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10 October 2019

Las enfermedades vasculares causan casi el 30% de las muertes en España

Con el objetivo de alcanzar mejoras en la prevención, tratamiento y atención de las enfermedades vasculares, profesionales sanitarios de las principales sociedades científicas han presentado en la Escuela Andaluza de Salud Pública en Granada un documento de consenso sobre salud vascular. Durante la jornada se ha hecho especial hincapié en la necesidad de mejorar, primero, la prevención de la enfermedad vascular y, después, las alternativas terapéuticas (control de factores de riesgo y alternativas farmacológicas). Cabe destacar que la enfermedad vascular es responsable del 29,17% de las muertes en España en 2017, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El documento de consenso, que cuenta con el aval de las sociedades españolas de Cardiología (SEC), Neurología (SEN), Medicina Interna (SEMI), Angiología y Cirujía Vascular (SEACV) y la asociación de pacientes Cardioalianza, trata aspectos de sensibilización y prevención de eventos vasculares con el objetivo de reducir el riesgo trombótico residual y reforzar la protección vascular en la población de alto riesgo.

Impacto en la esperanza de vida en España
La cardiopatía isquémica (CI) en los varones y el ictus en las mujeres son las principales causas de muerte en población adulta. Se espera, además, un aumento de estas cifras, determinado por el envejecimiento de la población. Por otro lado, los ponentes han advertido sobre el aumento de los factores de riesgo como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de actividad física y la adopción de dietas inapropiadas, que pueden hacer que se incremente el riesgo residual de padecer este tipo de patologías.
El riesgo trombótico residual se define como el incremento de las posibilidades de sufrir nuevos eventos vasculares o la progresión de una enfermedad ya establecida. Los pacientes con Enfermedad Arterial Coronaria (EAC) o Enfermedad Arterial Periférica (EAP) son los que presentan mayor riesgo de muerte vascular, ictus u hospitalización derivada de un nuevo evento vascular. Este tipo de patologías se caracterizan, asimismo, por una disfunción neurológica que puede causar invalidez permanente, amputaciones o muerte.
El ictus es la primera causa de invalidez o discapacidad grave a largo plazo en adultos y la segunda de demencia entre los pacientes que lo padecen. Además, a los seis meses de haber sufrido un ictus, uno de cada cuatro pacientes no logra sobrevivir y entre los supervivientes, más del 40% padecen alguna dependencia funcional.
Según el Dr. Juan José Gómez Doblas, director del Área del Corazón del Hospital Xanit Internacional, “en el tratamiento de la patología vascular existen aún parcelas sin resolver desde el punto de vista de concienciación, diagnóstico y estrategia terapéutica, que generan alteraciones graves en los pacientes, así como elevadas tasas de mortalidad”. Estas enfermedades, junto con los tumores, representan una de las cargas sociales y económicas con gran impacto en la calidad de vida de las personas que las padecen, en sus familiares y en el sistema público de salud.  La hospitalización representa aproximadamente el 50% del gasto sanitario relacionado con las enfermedades vasculares.
Por su parte, Dª Maite San Saturnino, presidenta de Cardioalianza, ha compartido que “es necesario crear una línea de trabajo sanitario entre todos los profesionales que mejore el manejo de las enfermedades vasculares para mejorar el pronóstico a través de la prevención de futuros eventos vasculares y reducir su mortalidad”. Para ello, además de las medidas no farmacológicas, como las modificaciones en el estilo de vida o la revascularización, entre otras, es fundamental la instauración de tratamientos farmacológicos que ayuden a trabajar en esta línea. Un aspecto importante es la incidencia anual de amputaciones derivada de la Enfermedad Arterial de las extremidades Inferiores (EAEI) que oscila entre 120 y 500 millones de casos en todo el mundo, distribuidos equitativamente en amputaciones por encima y por debajo de la rodilla.
El número total de personas con EAEI va en aumento, con un incremento del 23% en la última década como resultado del envejecimiento global, mayor incidencia de diabetes en todo el mundo o las elevadas tasas de nivel de tabaquismo en países de ingresos bajos y medianos.

Impacto económico y social de las enfermedades vasculares
Las enfermedades vasculares, junto con los tumores, suponen una de las cargas sociales y económicas más importantes dentro de nuestra sociedad. En España, los gastos directos e indirectos asociados a la enfermedad vascular representan el 0,7% del PIB y suponen un 9% del gasto sanitario global. En términos cuantitativos, este dato equivale a un total de 8.415 millones de euros de gasto anual. El impacto económico directo se centra en la atención en hospitales, centros de atención primaria o uso frecuente de medicamentos y material quirúrgico. Entre los costes indirectos se incluirían factores como muertes prematuras, absentismo laboral o incapacidad. Según datos recientes del Estudio REACH el 50% de los pacientes que experimentan un evento vascular, ya no trabajan al transcurrir un año. Una cifra que duplica los datos de la población general.
En cuanto al coste social, D. José Aguirre, presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones de Enfermos de Corazón (FAECO), ha destacado que los eventos vasculares “suelen afectar a tres esferas de su vida: la personal de la propia víctima, que puede fallecer o quedar gravemente incapacitada; la familiar que, además del sufrimiento por un ser querido, debe adaptar su vida diaria al cuidado del paciente; y la última esfera, es el resto de la sociedad que sufre el impacto del coste que conllevan los cuidados y complicaciones de los pacientes en situación de dependencia”.
A pesar de aplicar las estrategias terapéuticas disponibles, los pacientes que han sufrido un primer evento vascular tienen altas posibilidades de sufrir un segundo evento ya que el aumenta el riesgo residual.
En este sentido, la Dra. Carmen Suárez, jefa del servicio de medicina Interna del Hospital de La Princesa de Madrid, ha resaltado que “la mejora en la prevención, la detección más precoz de los factores de riesgo y la definición de procesos asistenciales locales que sirvan para asegurar el óptimo seguimiento y atención del paciente vascular”, serían los retos a los que se deben enfrentar todos los actores involucrados en el tratamiento y seguimiento del paciente vascular.
Participantes en la jornada
La jornada ha sido inaugurada por D. José María de Torres, director general de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica; y ha contado con la participación de la Dra. Blanca Fernández-Capel Baños, directora gerente de la EASP; el Dr. Juan José Gómez Doblas, director del Área del Corazón del Hospital Xanit Internacional; la Dra. Carmen Suárez, jefa de Servicio de Medicina Interna del Hospital de La Princesa; Dª Maite San Saturnino, presidenta de Cardioalianza; el Dr. Álvaro Hidalgo, miembro del Grupo de investigación economía de la salud y Gestión Sanitaria de la Universidad de Castilla La Mancha y autor del documento de consenso; el Dr. Josep María Piqué, director general del Servicio Andorrano de Atención Sanitaria, autores del documento de consenso; y D. José Aguirre, presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones de Enfermos de Corazón (FAECO).
  

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