Los cambios habidos en los últimos años en la reglamentación sobre las
metodologías de análisis de la legionella ha originado malestar tanto en las
empresas sujetas a las inspecciones como en los laboratorios encargados del
análisis.
Actualmente coexisten un Real Decreto de 2003, por el que el
análisis de la legionella se tiene que basar en métodos de cultivo, y una norma
técnica del año 2017, que introduce la posibilidad de emplear métodos rápidos
de detección mediante PCR, técnica de laboratorio que permite la detección e
identificación de fragmentos de ADN que son propios de cada organismo.
“Hasta hace poco, los laboratorios no han tenido más opción
que aplicar ensayos basados en cultivo en todas las instalaciones de riesgo, a pesar de
los problemas que conlleva”, afirma Asunción Martínez Planells, Directora
Técnica de Microbial-Systems, empresa biotecnológica especializada en el
desarrollo y producción de sistemas de análisis microbiológicos moleculares
destinados al ámbito agroalimentario y ambiental. Esos problemas que cita la
doctora Martínez Planells estarían relacionados con que los resultados de esos
análisis dependerían de la capacidad limitada de crecimiento de la bacteria, de
la dificultad en el reconocimiento de la morfología y de la necesidad de
detección de legionella a niveles muy bajos (100ufc/L).
Sin embargo, en 2017 se publica una Norma Técnica que
introduce la posibilidad de emplear métodos rápidos como la detección por PCR,
“creando una situación confusa para laboratorios e inspectores, pues obligaba a
realizar dos tipos de análisis –el considerado obligado por el RD de 2003 y el
autorizado en 2017 por la nueva Norma Técnica UNE 100030 - originando
duplicidades absurdas”, puntualiza Asunción Martínez.
La Directora Técnica de Microbial-Systems espera que el
nuevo Real Decreto unifique criterios y se permita, o mejor aún, se aconseje el
análisis de la legionella por métodos basados en PCR. “Estos métodos
evitan que se produzcan resultados negativos falsos, por una parte, y
permiten que los resultados emitidos se mantengan exactos y precisos a lo largo
del tiempo”, señala Asunción Martínez.
“Los laboratorios están convencidos de adoptar métodos
basados en PCR para la determinación de legionella –procesos automatizables,
objetividad en la interpretación del resultado, resultados en el mismo día,
etc-; sin embargo, el mayor impedimento actual proviene del Real Decreto de
2003 donde se “oficializa” el método basado en cultivo”, afirma la Directora
Técnica. “Confiemos –finaliza- que el nuevo reglamento permita a los
laboratorios actualizarse a las nuevas técnicas de PCR para garantizar una
gestión del riesgo de legionella rápida y eficaz”.
Por su parte, el Director General de Promega Biotech
Ibérica, Gijs Jochems, afirma-que “la rapidez en la detección de un foco de
legionella, una vez declarado el brote, es determinante. Por ello -señala-,
mientras las técnicas de cultivo exigen un determinado tiempo, facilitando que
el foco siga activo y el riesgo de contagio vaya en aumento, con las técnicas
moleculares (PCR) no sólo se gana en tiempo, sino también en sensibilidad y en
la capacidad de análisis de un número de muestras muy superior”.
El doctor Jochems alerta también sobre las medidas de
prevención, lo cual recae fundamentalmente en laboratorios municipales “que,
sin tener grandes instalaciones técnicas, tienen que analizar todas las
muestras que les llega de piscinas municipales, torres de
refrigeración de edificios públicos, etc, etc”.
“Siendo España un país con mucha dependencia de aire
acondicionado, la legislación en torno al control de la legionella debería ser
puntera y no anclada en el pasado” finaliza diciendo Gijs Jochems. Los expertos
creen que el nuevo Real Decreto podría ver la luz en los próximos meses.
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