Tumores que se encuentran en un mismo órgano, aunque tengan incluso el mismo
estadio, no siguen la misma evolución en un paciente que en otro: su
comportamiento, agresividad, pronóstico y respuesta a la terapia difieren de un
tumor a otro. "No existe un paciente con cáncer, sino un cáncer diferente
en cada paciente", sostiene el Dr. José Antonio Ortega, jefe de Oncología
de Hospital Quirón Málaga, con motivo del Día Mundial del Cáncer que se
celebrará el próximo 4 de febrero.
La oncología
personalizada apunta a tratamientos ‘a la carta’ diferentes para cada individuo
según su perfil genético, con el objetivo de que cada paciente reciba la
terapia más idónea. Y es que “el cáncer es una alteración de la
información genética contenida en el ADN de las células que, debido a la
influencia nociva de productos químicos, radiaciones o ciertas infecciones
virales, transmite a las células órdenes de división sin respetar las
habituales medidas de control”, apunta el Dr. Arturo Aboal, jefe de Oncología
de Hospital Quirón Marbella y Hospital Quirón Campo de Gibraltar.
El desarrollo
de la medicina personalizada, a diferencia de la tradicional, tiene en cuenta
las particularidades de cada enfermo. “En la oncología clásica, el protocolo
sirve para homogeneizar las series y los resultados, intentando disminuir la variedad
terapéutica al máximo, de forma que todos los pacientes, en todos los
hospitales, sean tratados de manera similar”, apunta el Dr. Antonio Brugarolas,
director de la Plataforma de Oncología de Hospital Quirón Torrevieja.
Sobre esta
base, la oncología personalizada está dando un nuevo giro a los protocolos de
actuación. Y en tumores como el de próstata, pulmón, mama, colon, melanoma y
leucemias se están modificando los métodos de diagnóstico-terapéuticos
tradicionales para enfocarlos a la medicina ‘a medida’. Las principales
ventajas de esta nueva etapa se traducen en "más eficacia y más seguridad",
según el Dr. Josep Tabernero, director médico del Instituto Oncológico Baselga,
de Hospital Quirón Barcelona,
Los nuevos
fármacos que tienen en cuenta las particularidades genéticas de cada paciente
han mostrado mejores índices de tolerancia, puesto que se dirigen de forma
selectiva a las alteraciones del tumor, quedando inmunes las células sanas. Se
evitan así la mayoría de los efectos secundarios de la quimioterapia clásica,
como la alopecia, vómitos, anemia, úlceras, y la toxicidad que genera a largo
plazo. “Muchos de estos nuevos fármacos, que no son quimioterapia, se
administran por vía oral, lo que hace que estos pacientes frecuenten menos los
hospitales y sea un tratamiento más cómodo para ellos y sus familias”, apunta
el Dr. Guillermo López Vivanco, jefe de Oncología del Hospital Quirón Bizkaia.
La Plataforma
de Oncología de Quirón Torrevieja ha demostrado que los pacientes tratados con
terapias personalizadas registran mejores tasas de curación en los tumores
localizados y aumento de la supervivencia en los tumores metastásicos. En la
actualidad, un tercio de los cánceres tienen ya una supervivencia a cinco años
superior al 80%. La oncología personalizada, junto al diagnóstico precoz y los
cambios en los hábitos de vida, han contribuido a ello.
Sin embargo,
el desarrollo de fármacos anti-cáncer es un proceso “largo y costoso”, indica
el Dr. Santiago Viteri, coordinador clínico y oncólogo médico del Instituto
Oncológico Dr. Rosell, del Hospital Universitario Quirón Dexeus. Los
investigadores buscan continuamente nuevas formas de proporcional tratamientos
eficaces y asequibles a los médicos oncólogos y sus pacientes. “Por eso,
fármacos útiles contra alteraciones genéticas específicas relacionadas con la
diabetes, la angina de pecho o muchas otras condiciones, ahora se investigan
también como potenciales terapias anti-cáncer”, informa Viteri, que sostiene
que muchos de estos medicamentos que originalmente se utilizan para otras
patologías pronto podrán ser reposicionados para el tratamiento del cáncer.
Otra clave a
tener en cuenta para ser más eficientes a la hora de realizar tratamientos a
medida, como destaca el Dr. Pérez Carrión, jefe de Oncología de Hospital
Universitario Quirón Madrid, es “el abordaje multidisciplinar de la enfermedad
oncológica, en el que los distintos equipos de
oncólogos, cirujanos, biólogos y patólogos trabajan de forma coordinada”.
El papel de los biomarcadores
La investigación
de nuevos biomarcadores -de donde se extrae toda la información objetiva del
tumor a partir de imágenes médicas de alta resolución- juega un papel
fundamental en el desarrollo de la oncología personalizada. La Unidad de
Ingeniería Biomédica de Grupo Hospitalario Quirón trabaja en biomarcadores de
imagen que proporcionen datos sobre los indicadores que influyen en el aumento
del tamaño de un tumor, en su densidad y en su agresividad, habiendo conseguido
grandes avances en tumores cerebrales, cáncer de próstata, mama y
hepatocarcinoma.
“Las
principales ventajas estarán centradas en un mejor diagnóstico del cáncer y en
una evaluación temprana de la respuesta a los tratamientos”, señala Ángel
Alberich, coordinador de Ingeniería Biomédica de Quirón, que asegura que la
implantación clínica de estos estudios está siendo progresiva.
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