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25 November 2010

Alrededor del 30% del gasto sanitario global se pierde por el uso inapropiado de las tecnologías sanitarias


El gasto sanitario crece cada año de forma significativa, pero ¿a qué se debe este incremento continuado? La incorporación de las nuevas tecnologías sanitarias es la principal causa, y representa alrededor del 50% de este crecimiento. Sin embargo, los estudios científicos demuestran que actualmente el uso de esas nuevas tecnologías es a menudo inapropiado, bien por emplear procedimientos que no han demostrado ser efectivas o por recurrir a las eficaces en casos en los que no están indicadas, mientras que no se aplican otras que sí han demostrado ser efectivas y eficientes.
El uso inapropiado de las tecnologías sanitarias, y la incorporación a la práctica clínica de innovaciones de valía no comprobada, expone a los pacientes a procedimientos inútiles, contraproducentes o innecesariamente peligrosos y supone un coste superfluo que amenaza la sostenibilidad de los Sistemas de Salud, especialmente en situaciones de crisis económica. De hecho, se calcula que globalmente alrededor del 30% del gasto sanitario se dilapida en el uso inapropiado de las tecnologías sanitarias.
Ante esta situación y con el objetivo de analizar el proceso actual de adopción y aplicación de las innovaciones sanitarias en España, y definir las medidas que deben tomarse para identificar aquellas que resultan efectivas y eficientes, y asegurar que se aplican en los casos y condiciones en las que están indicadas, la Organización Médica Colegial ha promovido la Jornada científica "La adopción de las innovaciones sanitarias: análisis crítico y recomendaciones", bajo la organización conjunta de la Fundación Kovacs y la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC).
En el marco de esta Jornada, han participado ponentes de primer nivel, como Cesar Hernández García, de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios; Pablo Lázaro, de TAISS; Joan-Ramon Laporte, de la Universidad Autónoma y el Hospital Valle de Hebrón de Barcelona; Laura Sampietro-Colom, del Hospital Clínico de Barcelona y Presidenta de la Sociedad Internacional de Evaluación de Tecnología Sanitaria, Francisco Kovacs, director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de a Espalda, Gerard Urrútia, del Centro Cochrane Iberoamericano; Javier Zamora, del Hospital Ramón y Cajal de Madrid; Estanislao Arana, de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda y de la Fundación Instituto de Investigación en Servicios de Salud de Valencia; José Ignacio Emparanza, del Hospital Donostia de San Sebastián; Víctor Abraira, del Hospital Ramón y Cajal de Madrid; Agustín Gómez de la Cámara, del Hospital 12 de Octubre de Madrid; José Conde Olasagasti, del Hospital Virgen de la Salud de Toledo; Juan Gérvas, de la Escuela Nacional de Sanidad de Madrid; y Francisco Pozo, del Hospital 12 de Octubre de Madrid.
Para el doctor Francisco M. Kovacs, co-organizador de la Jornada y presidente de la Fundación Kovacs, "debemos detectar cuáles son las lagunas del proceso actual de adopción de las innovaciones sanitarias que posibilitan su uso inapropiado, y definir una sistemática que asegure la efectividad, seguridad y eficiencia de las tecnologías que asuma el Sistema Nacional de Salud. Se trata de definir unas reglas de juego que defiendan los intereses de los pacientes y la eficiencia del erario, con el objetivo de mejorar los resultados y, a la vez, reducir los costes, mediante la supresión selectiva de lo inútil o injustificadamente peligroso, y el uso apropiado de lo eficiente y seguro".
La propuesta lanzada en este sentido por la Organización Médica Colegial, como explica su presidente, el doctor Juan José Rodríguez Sendín, es la de elevar a la categoría de normal la revisión sistemática de los comportamientos de los profesionales en los apartados de pruebas diagnósticas y de decisiones terapéuticas, con la finalidad de evitar costes innecesarios, además de molestias y riesgos para los enfermos.
Es recomendable, a su juicio, que el médico "haga, por su parte, un seguimiento habitual de cada paciente y especialmente de los enfermos crónicos, con respecto a las pruebas que se les pueden suprimir y qué tratamientos se pueden retirar cuando ya no son necesarios. Por lo general, lamenta el doctor Rodríguez Sendín, la tendencia no es ésta sino la inversa, debido a la dinámica del sistema y a la falta de tiempo en las consultas". "Esta revisión -insiste el presidente de la OMC- tendría que pasar a ser una práctica habitual".


-Agencias y Unidades de Evaluación de Tecnología Sanitaria
La Evaluación de Tecnología Sanitaria (ETS) no es un instrumento de contención de costes, sino que también puede proponer estrategias para la introducción de innovaciones de gran potencial, sin que ello suponga una amenaza para la sostenibilidad del sistema sanitario. "Pero, innovadores, inversores, fabricantes, políticos, gestores, clínicos y pacientes ofrecen resistencias a la ETS, por miedo a perder alguno de sus intereses", afirma la doctora Laura Sampietro-Colom, presidenta de la Sociedad Internacional de Evaluación de Tecnología Sanitaria (HTAi, Health Technology Assessment International).
Tal y como apunta esta experta, "en un entorno de recursos limitados, acertar sobre cuáles son las inversiones adecuadas es un imperativo moral".
En España, existe una Red de Agencias y Unidades de evaluación de tecnología sanitaria "que hacen bien su trabajo, aunque aún hay espacio de mejora, pero que carecen del soporte real institucional y presupuestario que necesitan para ser un instrumento efectivo", señala. "Y sin un compromiso real –añade-, la evaluación de tecnología sanitaria en España no alcanzará su potencial, y con ello continuarán tomándose decisiones inapropiadas en la financiación de tecnologías sanitarias".

-Situación de la tecnologías sanitarias no farmacológicas
Si la situación general de la aplicación de las nuevas tecnologías sanitarias es mejorable, aún lo es más cuando se trata del uso apropiado de los procedimientos diagnósticos o de los tratamientos no farmacológicos: la eficacia o seguridad de más del 98% de los tratamientos no farmacológicos aprobados por la Agencia Estadounidense de Medicamentos y Alimentos (FDA) nunca han sido evaluadas, y nunca se ha retirado un tratamiento no farmacológico por ineficaz, sino sólo cuando sus problemas de seguridad se han hecho públicos. "Hoy en día, se desconoce la efectividad, seguridad y eficiencia de la mayoría de los tratamientos no farmacológicos costeados con fondos públicos", subraya el doctor Kovacs.
"Por ejemplo, aunque la cirugía ha contribuido de forma notable a la mejora de la calidad de vida y a una mayor supervivencia de los pacientes, y aun reconociendo las limitaciones y desafíos que supone la investigación formal en este área, en comparación con las intervenciones farmacológicas, es necesario adoptar un nuevo marco más riguroso y sistemático en la introducción de las innovaciones quirúrgicas en la práctica clínica, que proteja la seguridad de los pacientes a la vez que los intereses y los costes para la sociedad" afirma el doctor Gerard Urrútia, del Centro Cochrane Iberoamericano.
"En esencia, se requiere un cambio de actitud en los cirujanos y un marco regulatorio claro, a la vez que flexible, que impulse y posibilite la evaluación rigurosa de las innovaciones a lo largo de todo el proceso, incluso después de su adopción por una mayoría", concluye el doctor Urrútia.
El objetivo de la Jornada ‘La adopción de las innovaciones sanitarias’ se ha centrado no sólo en analizar las debilidades del proceso, sino sobre todo definir los cambios que son necesarios para mejorar la situación y emitir unas recomendaciones concretas, que aseguren que en el futuro sólo se apliquen las tecnologías que realmente mejoran la prevención, diagnóstico, tratamiento o recuperación de las enfermedades, y que se aplican en los casos en los que verdaderamente están indicadas. Una vez editadas, estas recomendaciones serán distribuidas a todos los estamentos que pueden contribuir a su aplicación, incluida la opinión pública.
**En la imagen, de izquierda a derecha; el doctor Gerard Urrútia, del Centro Cochrane Iberoamericano; el Dr. Serafín Romero, secretario general de la Organización Médica Colegial (OMC; el doctor Francisco M. Kovacs, presidente de la Fundación Kovacs; y la doctora Laura Sampietro-Colom, presidenta de la Sociedad Internacional de Evaluación de Tecnología Sanitaria (HTAi, Health Technology Assessment International).

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