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13 May 2010

Una de cada cinco personas con cáncer padece Enfermedad Tromboembólica Venosa (ETV)

"La enfermedad tromboembólica venosa (ETV) es una patología de gran interés sanitario debido a su elevada incidencia, gravedad y recurrencia". Esta frase del doctor Antonio Romera, médico especialista en Angiologia y Cirgia Vascular y miembro del Comité Científico del Capítulo Español de Flebología (CEF) se ve respaldada por una serie de datos contundentes.
En efecto, "la ETV es la tercera causa de muerte entre las enfermedades cardiovasculares (después del infarto de miocardio y la trombosis cerebral), que a su vez son la primera causa de muerte en las sociedades desarrolladas", explica el experto. Y lo que es más importante, "esta enfermedad es la primera causa de muerte hospitalaria en dichos países. No sólo eso, de cada 1.000 personas, tres padecen cada año una Trombosis Venosa Profunda (TVP) –una de las dos formas, junto con la Embolia Pulmonar (EP), en que se manifiesta la ETV- en las piernas", añade.
Así pues, la ETV es "un proceso grave que afecta sobre todo a personas mayores". Uno de cada cinco trombos (coágulo de sangre en el interior de un vaso sanguíneo) crece hasta llegar a las venas del muslo y desde aquí la mitad de los trombos sí pueden soltar fragmentos (émbolos) al pulmón con mayor facilidad. En tal caso, puede darse la EP, que es la principal y más temida complicación de la ETV.
Existen tres circunstancias principales que conducen a la trombosis venosa: que la sangre fluya muy lenta, que la pared interna de las venas esté dañada, y que la sangre coagule más de lo habitual. Respecto a las causas, se pueden agrupar en ‘predisponentes’ y precipitantes. "La predisposición individual viene determinada por la calidad de la coagulación de cada persona", señala Romera.

--Inmovilizaciones prolongadas
En cuanto a los factores desencadenantes, "son todas aquellas situaciones que obligan a inmovilizaciones prolongadas (encamamientos, colocación de vendajes o escayolas en las piernas) o que producen una lesión en las venas (cirugía, golpes, dispositivos endovenosos…)".
Por otra parte, existen situaciones clínicas con un riesgo muy elevado de ETV. Tener antecedentes de ETV, cirugía, inmovilizaciones prolongadas por causa médica o quirúrgica. Asimismo, el cáncer, que según el doctor Romera, "se asocia aproximadamente al 20% de los casos de ETV". Las situaciones que incrementan los niveles de estrógenos también favorecen la aparición de ETV, durante el embarazo sobre todo (y más, si hay cesárea). De igual forma, los infartos de miocardio, las insuficiencias cardiacas, los infartos cerebrales, así como los politraumatizados y los grandes quemados tienen más riesgo de sufrir ETV.
"La ETV no es fácil de diagnosticar puesto que las manifestaciones clínicas son poco evidentes. En cualquier caso, el dolor y/o hinchazón suele ser el primer síntoma", indica el experto. Si se trata de una EP: dolor en el pecho, sensación brusca para respirar y tos (a veces con sangre). Cobra especial importancia, pues, un "diagnóstico precoz". "Para ello", prosigue, "se suele usar el eco-doppler, que permite ver el sistema venoso profundo y analizar su contenido".
"La evolución de la ETV no diagnosticada y tratada suele ser mala. Hemos de prestar atención a las situaciones de riesgo que nos pueden hacer padecer esta enfermedad. En pacientes de bajo riesgo, como prevención, se indican las medidas físicas (movilización precoz, medias elásticas de comprensión) y en los de riesgo moderado o alto precisan de tratamiento anticoagulante", que facilita la disolución y la no progresión de un trombo.
En cuanto al tratamiento, existen tres tipos distintos: los comprimidos de Acenocumarol (Sintrom), los que se inyectan en la vena (heparina) o en la grasa del abdomen, heparina de bajo peso molecular (HBPM) .La principal complicación de estos fármacos son las hemorragias y una mayor facilidad para la aparición de hematomas.
Respecto al tratamiento ambulatorio, según el experto, "no está del todo aceptado por la comunidad médica ya que, en general, al médico le preocupa la sensación de inseguridad que podría representar el envío a domicilio de un paciente capaz de presentar complicaciones potencialmente graves lejos del hospital". Por último, en cuanto a la prevención, "la medida preventiva más eficaz es la deambulación precoz, y cuando no sea posible lo mejor es la inyección de HBPM".

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