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05 March 2010

Las pacientes de cáncer de mama demandan mejores recursos sanitarios


El linfedema es una de las principales secuelas del cáncer de mama, una realidad que afecta a una de cuatro mujeres como consecuencia de la cirugía para extirpar el tumor. También denominado edema linfático, este trastorno consiste en una hinchazón del brazo provocada por alteraciones en el sistema linfático y supone una importante limitación física en el desarrollo de determinadas actividades cotidianas. "En algunas ocasiones en el plano personal, acciones tan triviales como vestirse, ducharse o peinarse pueden representar todo un reto en las pacientes que, con frecuencia, llegan a depender de terceras personas", explica María Antonia Gimón, presidenta de la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA).
En el ámbito laboral, las mujeres afectadas se enfrentan a otras muchas dificultades como consecuencia de los cambios físicos que sufren: problemas para reincorporarse al trabajo y continuar desempeñando sus funciones, así como menores opciones de promoción profesional. Estos y otros obstáculos derivan, en ocasiones, en la baja voluntaria, la jubilación anticipada o el despido. Por eso, en el Día Internacional de la Mujer, FECMA reivindica más atención y sensibilidad a las empresas y a las administraciones para atender y solucionar estos problemas. "Como mujeres trabajadoras, empresarias, empleadas, profesionales y funcionarias solicitamos medidas para cambiar esta realidad favoreciendo un clima laboral sensible a la actual situación de las afectadas que, en ocasiones, se puede solucionar simplemente ubicando a la afectada de forma temporal en un nuevo departamento o asignándole nuevas responsabilidades que no requieran de esfuerzos físicos", comenta su presidenta.


--La otra cara del linfedema
La prevención y el tratamiento del linfedema deben constituir una prioridad en las Unidades de Patología de la Mama del Sistema Nacional de Salud, reivindica FECMA en este día para dar solución a este problema. En este sentido, la Federación insta a que se implante de forma generalizada la prueba del "ganglio centinela" en todos los centros asistenciales como un paso indispensable para prevenir la aparición del linfedema.
Esta técnica consiste en analizar un único ganglio axilar que será el que determine si puede haber o no otros afectados. De esta forma, se evita extirpar de manera indiscriminada los ganglios de la zona y, por tanto, las secuelas. Como parte de este proceso asistencial, María Antonia Gimón señala que "el tratamiento rehabilitador de manera precoz y continuada deba constituir una prioridad en las pacientes a fin de garantizar una mejora en su calidad de vida".


--Soporte psicológico
Junto a la rehabilitación cuando existe un linfedema, la otra gran necesidad de las afectadas es el apoyo psicológico. "Frustración, sensación de dependencia, baja autoestima son sólo algunas de las muchas emociones encontradas en las pacientes como consecuencia de todos los procesos a los que se enfrentan y los cambios que van sufriendo en su imagen", explica Gimón.
Por ello, la Federación Española de Cáncer de Mama demanda un servicio de atención psicológica desde el momento en que se comunica el diagnóstico del cáncer de mama y a lo largo de todo el proceso de la enfermedad. "La mayoría de las afectadas tienen una percepción de que el núcleo básico de apoyo durante todo el proceso son ellas mismas ya que, de forma generalizada, comparten el sentimiento de que su entorno no les entiende y que sólo pueden hacerlo las personas que pasan por la misma experiencia. Como mujeres que sobrevivimos a la enfermedad compartimos afectos y experiencias", explica la presidenta. En este sentido, las asociaciones de pacientes cumplen también un papel esencial como grupos de autoayuda.

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