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29 May 2019

8 de cada 10 pacientes con cáncer oral son fumadores habituales


 El tabaquismo es un hábito extremadamente perjudicial para la salud, que continúa estando muy presente la población en general. En España, el 25% de la población sigue fumando y el 22,3% lo hace a diario, práctica que supone la primera causa evitable de muerte prematura en el mundo, según el documento “Tabaquismo y Cáncer en España” de la Asociación Española Contra el Cáncer.
Con sus más de 4.000 componentes tóxicos, el humo del tabaco afecta de manera directa a la salud bucodental. El tabaquismo influye en la salud bucodental de las personas, afectando negativamente el resultado de casi todos los procedimientos terapéuticos realizados en la cavidad oral. Por ejemplo, la curación tras una intervención dental como la extracción de una pieza o tras realizar algún tipo de cirugía oral es mucho más lenta en las personas que fuman, y es mucho más probable que sufran patologías bucales como gingivitis o sangrado de encías e incluso son más propensos a la aparición de caries.
Las consecuencias del tabaco también pasan por aspectos estéticos, las manchas o tinciones en los dientes son una de las causas más visibles de los fumadores. La nicotina, el monóxido de carbono, nitrosaminas, bencenos, aldehídos y cianuro de hidrógeno son las toxinas que más perjudican a nivel bucal.

Más de 37.000 fumadores desarrollan cáncer oral al año
“La consecuencia más grave del tabaco en nuestra boca es, sin duda, el cáncer oral, en el que la tasa de mortalidad a los cinco años del diagnóstico es muy elevada, del 50%, aunque disminuye cuando se realiza un diagnóstico precoz. Además, entre el 75 y el 90% de los casos de cáncer oral están vinculados a personas fumadoras y que consumen alcohol con frecuencia”, afirma Manuela Escorial, odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental”.

El riesgo que tiene un fumador de padecer cáncer de la cavidad oral es cinco veces mayor que el de una persona que no fuma. La boca es la primera parte de nuestro cuerpo que siente el humo del tabaco y, por lo tanto, en los labios, la lengua y las glándulas salivales se quedan impregnados los componentes tóxicos que contiene.

Las lesiones que se pueden encontrar en la boca y que tienen mayor riesgo de complicarse son las leucoplasias, descritas como placas blanquecinas que no pueden desprenderse por raspado, forman parte del epitelio y están en crecimiento. Se atribuyen principalmente al tabaco y son precursoras del cáncer oral en un 10% de los casos.

El tabaco favorece la periodontitis
Se calcula que entre el 30 y 40% de los casos de periodontitis crónica pueden ser atribuibles al tabaco. La enfermedad periodontal es una patología de la cavidad oral que consiste en la inflamación de las encías normalmente causada por el acumulo de placa que va asociada a una pérdida del hueso. Un fumador tiene mucho más riesgo de sufrir periodontitis; además, está demostrado que en casos de fumadores se produce un mayor acumulo de cálculo dental o placa. 
La nicotina que contienen los cigarrillos disminuye el sangrado de las encías debido a su efecto de estrechamiento de los vasos sanguíneos, enmascarando así la patología y haciendo creer al fumador que sus encías están sanas cuando no es así, “es recomendable que las personas fumadoras acudan al dentista habitualmente, ya que presentan un peor pronóstico ante problemas periodontales y periimplantarios. Por ello, las tasas de éxito de determinados tratamientos se ven reducidas y se hace necesario identificar el problema en una fase temprana. Es importante mantener una odontología preventiva y para ello el papel del seguro dental juega un rol fundamental en estos casos”, explica Escorial.
 

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