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27 September 2016

Premiado el proyecto CUIDAR-SE, un trabajo de Salud sobre evolución de la calidad de vida de personas cuidadoras

El proyecto de investigación “Estudio de seguimiento de la salud y calidad de vida de mujeres y hombres cuidadores” ha recibido el reconocimiento de la comunidad científica a través del premio SESPAS a la mejor comunicación presentada en la XXXIV Reunión Científica de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). El estudio se ha llevado a cabo con financiación del Ministerio de Economía y Competitividad, Instituto de Salud Carlos III.
Este proyecto multicéntrico, que se desarrolla en distintas provincias españolas (Granada y Guipúzcoa), analiza a lo largo de varios años el estado de salud de las personas cuidadoras, diferenciando entre mujeres y hombres. Es la primera vez que se realiza un estudio de estas características desde un enfoque de género, y está ayudando a conocer los patrones de cuidado y el impacto sobre la calidad de vida y la salud que tiene cuidar en cada sexo.
El estudio ha monitorizado durante tres años la calidad de vida y el estado de salud de un grupo de más de 600 personas cuidadoras, en el que se ha conseguido el mismo número de hombres que de mujeres para que los datos fueran comparables.
El cuidado de personas dependientes es un factor de riesgo para la salud y como tal un tema de gran relevancia en salud pública.
Resultados
En el perfil de personas cuidadoras hemos encontrado que los hombres que cuidan tienen más edad, en su mayoría están jubilados y cuidan a su esposa, mientras que las mujeres que cuidan están en edades centrales de la vida, laboralmente activas, con un trabajo remunerado y cuidan a sus progenitores (46%) o en menor medida a su pareja (24%).
Las mujeres realizan más tareas de cuidado personal, como ayudar a comer, vestirse o asearse, y las que tienen que ver con la atención a la enfermedad, control de medicación, curas, etc. Los hombres realizan más que ellas las tareas de movilidad física y las que se realizan fuera del hogar.
El cuidado en solitario se da más en las mujeres que en los hombres. Las mujeres cuentan más con ayuda de su red social y familiar, mientras que los hombres tienen más apoyo de personas contratadas.
En la primera medición que hizo el equipo investigador observó una sobrecarga percibida mayor en las mujeres que en los hombres. Mediciones posteriores mostraron que la sobrecarga va disminuyendo, aunque no lo hace igual en hombres y en mujeres. Ellas reducen la sobrecarga a mayor velocidad que ellos, probablemente porque el rol de cuidados no ha sido tradicionalmente asignado a los hombres.
Los resultados han mostrado también un claro empeoramiento en calidad de vida tanto de las mujeres como de los hombres que cuidan a medida que avanza el proceso de cuidados. No obstante, los hombres parten de una mejor puntuación en este indicador (6,71 puntos más que las mujeres en una escala de 0 a 100), que hace que la brecha de género permanezca constante a lo largo del periodo estudiado.
Entre los indicadores de ‘calidad de vida’ se registró la movilidad, el autocuidado, la realización de la actividad cotidiana, la ansiedad-depresión y el dolor-malestar, obteniéndose resultados diferentes en hombres y mujeres: ellos están peor en los tres primeros indicadores y ellas en ansiedad-depresión y dolor-malestar.
El equipo de investigación liderado en la EASP por María del Mar García Calvente e integrado por María del Río, Ricardo Ocaña, Gracia Maroto y que ha contado con la colaboración del Distrito Sanitario Granada, ha obtenido financiación para continuar en una segunda fase del proyecto en la que se profundizará en el conocimiento del estado de salud y la sobrecarga de las personas cuidadoras, así como en el análisis de la influencia de las redes personales para mejorar ambos indicadores.

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