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17 November 2014

EL 73,7% DE LOS PACIENTES TRATADOS CON ANTICOAGULANTES CLÁSICOS NO CONOCE QUE HAY ALTERNATIVAS AL TRATAMIENTO QUE RECIBE

El 73,7% de los pacientes anticoagulados con tratamiento clásicos no conoce que hay alternativas al tratamiento que recibe. Sin embargo, si tuvieran la posibilidad de cambiar a un tratamiento que fuera igualmente eficaz, pero que no necesitara controles rutinarios, el 78,1% valoraría la posibilidad de hacerlo. Estos son dos de los principales datos que arroja la encuesta a 751 pacientes anticoagulados: ‘Estudio sobre el control, seguimiento y calidad de vida de los pacientes anticoagulados’, llevada a cabo por el Consejo General de Enfermería (CGE) a iniciativa de Bayer y a través de la Red ‘La salud del paciente, por delante’, en el marco del  Día del Paciente Anticoagulado, que se celebra mañana bajo el lema ‘Por tus derechos, por tu salud, juntos sumamos más’

Estos datos son especialmente relevantes si se atiende, según explica el doctor José María Lobos, coordinador del Grupo de Enfermedades Cardiovasculares de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFyC) y coordinador de la Red, a los últimos estudios presentados , que muestran que “más del 40% de los pacientes con fibrilación auricular no valvular tratado con anticoagulantes clásicos en España presenta un mal control de su coagulación y, por tanto, están expuestos a un riesgo aumentado de ictus u otros embolismos y de hemorragias graves; un riesgo que es mayor cuanto más se aleja del rango de control de INR  óptimo”. 

Tal y como señala la doctora Pilar Fernández, vicepresidenta del CGE, desde la institución que representa a los 265.000 enfermeros españoles hemos querido  trabajar con la Red una vez más para saber exactamente qué opinan los propios pacientes sobre su tratamiento actual y sobre las nuevas terapias que ya están a sus disposición y que podrían mejorar el control y su calidad de vida. Sorprende constatar cómo sobre los últimos avances terapéuticos planea la sombra del desconocimiento, y eso que se trata de medicamentos con un gran volumen de evidencia científica a sus espaldas. Sin embargo, pese a no tener suficiente información sobre las opciones terapéuticas, estos pacientes sí conocen su enfermedad, ya que los resultados de la encuesta apuntan a que saben mayoritariamente el motivo por el que han de tomar el tratamiento (90,9%),  el rango de control de sus niveles de anticoagulación (83,4%) y los riesgos que conlleva no estar dentro de ese rango (78,2%)”.

Una vez descrita esta situación, el doctor José Ramón González Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y coordinador de la Red, recuerda que “aunque se ha observado un ligero incremento en el empleo de los nuevos anticoagulantes orales (NACO) en el grupo de pacientes prioritarios, todavía hay una gran proporción de ellos a los que es urgente ofrecerles esta alternativa terapéutica de mayor eficacia y seguridad”, y asegura que son “los profesionales sanitarios los que debemos asumir el reto de impulsar la unificación de las diferentes normativas de uso de los nuevos anticoagulantes orales en las distintas comunidades autónomas por el bien de los pacientes”.

Percepción sobre el tratamiento
Un 44,7% de los pacientes que toman los anticoagulantes clásicos reconoce que su principal preocupación en relación al tratamiento es sufrir un ictus, seguido de sufrir una hemorragia tras un corte o un golpe (43,1%) y de no estar en rango terapéutico (32,3%). Además, en relación a la terapia que toman y el control del rango terapéutico, entre las cosas que les causan nerviosismo está el tener los niveles dentro del mismo (71,9%) y el desplazarse para los controles (31,7%).

Al realizarles la pregunta de qué razones les llevarían a cambiar del tratamiento clásico a los nuevos anticoagulantes, un 29,4% contesta el no precisar controles, un 25% considera que el evitar acudir al centro de salud tan a menudo, un 14,4% el no necesitar cambios de dosis y un 12% por la efectividad y seguridad.

Aunque el grupo de pacientes encuestados que siguen tratamiento con NACOs no es lo suficientemente representativo, si se percibe la tendencia de que…Es especialmente destacable que el 83% de los encuestados que toman NACO considera que su calidad de vida ha mejorado mucho o bastante. De este grupo, el 72,7% cree que estos fármacos le dan más independencia, por no tener que acudir a realizarse los controles; a un 61,4%  le tranquiliza el hecho de no tener que cambiar la dosis; y un 47,7% destaca que le evita el estrés de conocer los resultados de INR y si estarán o no en rango terapéutico.

Además, los pacientes encuestados están muy o bastante de acuerdo, en mayor medida, con que los nuevos anticoagulantes son más fáciles de tomar, o que las dosis son fijas, que los pacientes que valoran estos parámetros en relación a la anticoagulación clásica. Esta última tiene una asociación mayor con conceptos como efectos secundarios, interacción con medicamentos o con el no poder comer algunos alimentos.  

En este sentido, los pacientes que toman los nuevos anticoagulantes orales reconocen que cambiaron su tratamiento de las terapias clásicas a los NACO por problemas relacionados con los controles (49,1%). En concreto, por falta de tiempo para acudir a los controles (18,9%), por imposibilidad de acudir a los mismos (15,1%) o por el estrés que se deriva de hacérselos (15,1%). Además, consideran que las razones pasan por la complejidad del uso del tratamiento clásico en un 26,5%, mientras que el 24,5% hace referencia a la incompatibilidad con este. Por último, los pacientes aseguran que el cambio se debe a la pérdida de efectividad del tratamiento anterior en un 9,4%. 

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