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21 November 2014

A los 5-10 años de la colocación de un implante, un 20% de los pacientes presentan periimplantitis

Una salud adecuada de las encías es un prerrequisito para la colocación de implantes dentales. dado que en caso contrario, la utilidad y funcionalidad de estos implantes puede verse amenazada por la aparición de infecciones que afectan a los tejidos periimplantarios, lo que puede reducir la eficacia de este recurso terapéutico y acortar sustancialmente su vida media
Así se pondrá de manifiesto en el Simposio Europeo SEPA de Enfermedades Periimplantarias, que cuenta con la colaboración de DENTAID y que reúne mañana sábado en la sede del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Cataluña (en Barcelona) a cerca de 400 profesionales. La reunión cuenta, además, con tres ponentes de prestigio mundial, líderes en el manejo de las enfermedades que rodean a los implantes dentales: el Prof. Juan Blanco, el Dr. Jan Derks y el Dr. Giovanni Serino.
Estas enfermedades periimplantarias, con la mucositis periimplantaria y la periimplantitis al frente, se han convertido en un reto para odontólogos y periodoncistas, dado que amenazan la salud bucodental de los pacientes que cuentan con implantes dentales, y los tratamientos disponibles para su tratamiento hoy en día no son suficientemente efectivos.
El reto de la periimplantitis
Como destaca el Prof. Juan Blanco, Profesor Titular de Periodoncia de la Universidad de Santiago de Compostela
 y expresidente de SEPA
, “los implantes dentales pueden perderse a lo largo del tiempo si no se realiza un mantenimiento periódico, tanto de los componentes de la prótesis como de los tejidos que rodean el implante (encía y hueso subyacente)”.
A lo largo del tiempo, será necesario realizar la prevención de las enfermedades periimplantarias, entre ellas la conocida como periimplantitis, producida por bacterias situadas en la encía que se halla alrededor del implante y que acaba causando la pérdida del hueso que sujeta el implante (del mismo modo que la periodontitis destruye el hueso que sujeta a los dientes).
La periimplantitis es un problema muy serio, que tiende a aumentar su prevalencia en nuestro país”, según destaca el Dr. Blanco. A pesar de la ausencia de datos en España, y de la escasez de información epidemiológica a nivel mundial, se ha llegado a apuntar que el 20% en pacientes, en los 5-10 años posteriores a la colocación de los implantes, presentará una periimplantitis.
            Poniendo el acento en la prevención
El tratamiento rehabilitador, utilizando implantes dentales, se considera como un procedimiento de tratamiento seguro y predecible en pacientes desdentados y parcialmente dentados. Sin embargo, “este tratamiento no está exento de complicaciones”, según apunta el Dr. Jan Derks, especialista en Periodoncia por la Universidad de Gotemburgo (Suecia); a su juicio, “la complicación más importante es la aparición de periimplantitis”.
Mediante la identificación de factores de riesgo asociados a la mucositis periimplantaria y a la periimplantitis, así como con la implementación de estrategias clínicas apropiadas, ”esperamos prevenir las formas progresivas de la enfermedad, permitiendo el éxito clínico a largo plazo”, afirma el Dr. Derks.

La mala higiene bucodental, el tabaco y tener una historia previa de periodontitis son los principales factores de riesgo para sufrir una periimplantitis. Junto a ellos, según detalla el Dr. Giovanni Serino, Director del Departamento de Periodoncia en el Servicio Público Dental del Hospital de Boras (Suecia), “la falta de asistencia odontológica regular después de la colocación del implante es un importante factor de riesgo de enfermedad periimplantaria”; igualmente, añade, ”cualquier enfermedad sistémica que disminuya la defensa inmunitaria podría considerarse como posible factor de riesgo”.
En los últimos años se está progresando en la identificación de factores de riesgo de la patología perimplantaria, lo que permite detectar antes y mejor a los pacientes con más probabilidad de desarrollar la enfermedad. Por otra parte, están apareciendo cada vez más productos e instrumentos de higiene oral que facilitan el control de la placa por parte del pacienteSegún los expertos, el abordaje preventivo que más se va a desarrollar en el futuro es el control químico; sin duda, el uso de un control químico del biofilm (placa dental) en pacientes con implantes es fundamental. Se están investigando moléculas y formatos de productos que permiten llegar a esas zonas donde no se accede fácilmente con las técnicas habituales.

            Detección precoz y tratamiento
Las enfermedades periimplantarias son procesos inflamatorios. El síntoma clínico principal es el sangrado. En algunos casos, los implantes afectados pueden exhibir supuración (pus). La pérdida de hueso es lo que distingue a la periimplantitis de la mucositis peri-implantaria.

Actualmente, se cree que la inflamación en los tejidos blandos está causada por una biopelícula bacteriana que se adhiere al implante, el pilar o la reconstrucción protésica. Esta inflamación puede o no conducir a la pérdida de hueso. Por lo tanto, no es sorprendente que la ausencia de un control adecuado de la infección de las encías, de manera previa a la colocación de implantes, se considere como un factor de riesgo importante.
En palabras del Dr. Jan Derks, ”la clave para prevenir las complicaciones biológicas en nuestros pacientes es el diagnóstico precoz”, afirma. Tal y como añade este experto, ”debemos diagnosticar la mucositis periimplantaria y, lo más importante, ofrecer un tratamiento periodontal adecuado, previo a la colocación de implantes”.
La planificación del tratamiento es esencial. Los pacientes necesitan ser tratados de cualquier enfermedad periodontal existente antes de iniciarse cualquier terapia reparadora con implantes. Las restauraciones deben hacerse cuando ya se siguen adecuadas medidas de higiene oral.
Si ya se ha producido la periimplantitis, el diagnóstico precoz y el tratamiento temprano son igualmente importantes, aunque ”los resultados del tratamiento para las lesiones periimplantitis avanzadas son menos predecibles”, reconoce el Dr. Jan Derks. En cualquier caso, después de la aparición de periimplantitis, el tratamiento quirúrgico es inevitable.  Actualmente no existe un tratamiento que se considere tratamiento de referencia en la resolución de la enfermedad, aunque se asume que es necesario el abordaje quirúrgico de la periimplantitis con el fin de eliminar completamente la infección y minimizar el riesgo de reinfección de la bolsa periimplantaria.
Estudios clínicos a largo plazo han documentado que los pacientes que después de la terapia periodontal continúan en un programa de mantenimiento supervisado ​​profesionalmente exhiben una pérdida mínima de hueso en comparación con los pacientes no incluidos en este programa. De hecho, apunta el Dr. Serino, ”la falta de seguimiento de estas terapias de mantenimiento se asocia con un mayor riesgo de fracaso del implante, así como la pérdida ósea en los implantes y con un aumento en la incidencia de la enfermedad peri-implantaria”.

La existencia de un tratamiento de apoyo después de la inserción del implante podría disminuir el riesgo de periimplantitis. Como explica el Dr. Giovanni Serino, ”el tratamiento periodontal de mantenimiento consiste en el control profesional de la placa bacteriana e instrumentación subgingival en sitios seleccionados que presenten signos clínicos de inflamación durante las visitas programadas de acuerdo a las necesidades individuales”.

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