Una
escuela en Sao Paulo ha optado por combatir la propagación de las infecciones a
través del aprovechamiento de la capacidad del cobre para eliminar bacterias y
otros patógenos. Para ello, las superficies de contacto frecuente han sido
sustituidas por otras de cobre antimicrobiano para incrementar el nivel de
salud de los alumnos y profesores.
Superficies
como pomos de puertas o barandillas son utilizadas cientos de veces a lo largo
del día en cualquier escuela. Si la superficie no está debidamente limpia o
desinfectada, algunos de los gérmenes que se depositan en ellas pueden llegar a
vivir durante días, semanas o, incluso, meses. La limpieza diaria no es
suficiente para eliminar el riesgo de propagación de patógenos. Debido a que no
es posible limpiar las superficies después de cada contacto, se corre el riesgo
de que la persona que toque estas superficies pueda contagiarse con dichos
gérmenes.
El cobre contiene propiedades antimicrobianas,
lo que significa que las bacterias y los patógenos en contacto con este
material son eliminados rápidamente. Estas propiedades son compartidas con las
aleaciones del cobre, como el bronce o el latón. En conjunto, a esta la familia
de metales se la denomina "cobre antimicrobiano”.
Los
ensayos clínicos han demostrado la eficacia de sustituir superficies de
contacto frecuente fabricados con materiales como acero o madera por
superficies fabricadas con cobre antimicrobiano ya que ayudan a reducir la
contaminación microbiana y reducen el riesgo de propagación de infecciones
gracias a su capacidad para eliminar microorganismos perjudiciales para la
salud.
Núcleo Aprendizagem e Desenvolvimento es
una escuela situada en Sao Paulo para estudiantes, tanto niños como adultos, con
necesidades educativas especiales. Para ayudar a proteger la salud de los
estudiantes, se han sustituido las superficies de contacto de mesas,
barandillas y pomos de puertas en todo el centro educativo por otras fabricadas
con latón.
“Esta es una forma de sumar valor a nuestro proyecto
y de demostrar nuestra preocupación por el bienestar y la prevención de
enfermedades, no sólo de nuestros estudiantes, sino también de nuestros
empleados y de los profesionales invitados” explica la directora y socia
fundadora de la escuela, Sandra Ferrini.
Esta
instalación se suma a las escuelas de Grecia y Chile, a los jardines de
infancia de Japón y a los hospitales de todo el mundo que ya usan superficies
de cobre antimicrobiano para mejorar su higiene, como el Hospital Vall D’Hebron
de Barcelona o el Hospital Universitario de Ceuta.
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