Un nuevo estudio ha analizado la evidencia científica sobre la
asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de obesidad,
teniendo en cuenta por primera vez el balance energético. El análisis se ha
llevado a cabo a partir de una revisión sistemática de trabajos científicos
anteriores, y según sus conclusiones, publicadas ahora en la prestigiosa
publicación Nutrition Reviews, la evidencia de una asociación
entre el consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de obesidad es inconsistente
cuando se realiza el ajuste correspondiente al balance energético entre las
calorías ingeridas y las gastadas por el organismo.
No es posible extraer
conclusiones científicas de los estudios de intervención que anteriormente
habían evaluado la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y obesidad
al ajustarse al consumo de energía y a la actividad física realizada por
resultar inconsistentes para cada uno de los tres grupos de edad evaluados
(niños, adolescentes y adultos). Esta es la principal conclusión del
estudio “Systematic review of the evidence for an association between
sugar-sweetened beverage consumption and risk of obesity”, que acaba de
publicar la revista científica Nutrition Reviews.
Según el Profesor Lluìs
Serra-Majem, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Presidente de la Fundación para la
Investigación Nutricional, y Presidente de la Academia Española de Nutrición,
“la obesidad tiene una casuística compleja y multifactorial, por lo que reducir
la ingesta de azúcares, por sí solo no reducirá la incidencia de obesidad, si
no se acompaña de programas adecuados para ajustar el consumo y,
particularmente, el gasto de energía. Al fin y al cabo, la obesidad es el
resultado de un balance energético positivo continuado, en el que la ingesta
total de energía supera el gasto energético total “.
Estudios anteriores ya habían
cuestionado la relación entre bebidas azucaradas y obesidad
Anteriormente al estudio
publicado ahora en Nutrition Reviews las conclusiones de otro análisis
científico publicado en “Obesity Reviews”, revista científica de la Asociación
Internacional para el Estudio de la Obesidad, concluyó que la reducción del
consumo de bebidas azucaradas no estaba asociada de forma directa con una
disminución de la obesidad ni de los niveles del Índice de Masa Corporal
(IMC).
Este trabajo de investigación, un
metaanálisis en el que se revisaron diversos estudios sobre los efectos del
consumo de bebidas azucaradas en el peso y el IMC, mostró que muchas de las
evidencias científicas eran sesgadas y ambiguas, ya que los datos estadísticos
analizados no fueron concluyentes.
En concreto, los investigadores
observaron que cuando se incorporaban bebidas azucaradas a la dieta y se
aumentaba la ingesta excesiva de calorías, el peso corporal se incrementaba.
Sin embargo, en los ensayos controlados aleatorios en los que se suprimió de la
dieta las bebidas azucaradas, no se encontraron reducciones de peso
significativas.
Igualmente, en el
estudio científico “La paradoja australiana: descenso notable de la ingesta de
azúcares en el mismo periodo en que aumentan el sobrepeso y la obesidad”, sus
autores concluyeron que los esfuerzos para reducir la ingesta de azúcar pueden
disminuir su consumo, pero no necesariamente la prevalencia de obesidad.
Por último, según los resultados
de un estudio transversal, realizado por investigadores de Portugal y Reino
Unido, no hay evidencias entre la ingesta de bebidas azucaradas y el sobrepeso
en niños del área mediterránea. Ésta fue la principal conclusión de la
investigación “Sugar-sweetened beverage intake and overweight in children from
a mediterranean country”, publicada en la revista ‘Public Health Nutrition’.
Según sus autores, sus hallazgos “sugieren que reducir o eliminar el consumo de
bebidas azucaradas no tendría un gran efecto sobre la distribución del IMC de
los niños”.
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