Durante
el embarazo y el periodo de lactancia, las mujeres necesitan un mayor aporte mineral
en su organismo para alimentar adecuadamente al bebé. Es por
ello que el cobre es necesario para mantener las tasas de
crecimiento del bebé en el periodo de gestación, ya que el feto recibe de su
madre, desde el tercer trimestre del embarazo a través de la placenta, el cobre
que necesitará durante sus primeros meses de vida.
Este
mineral asegura el normal funcionamiento del cerebro, además de ser el
encargado de transportar el hierro, lo que ayuda al crecimiento de los huesos y
fortalece su sistema inmunitario gracias a sus propiedades antimicrobianas.
Tras
el parto, las necesidades de cobre del bebé las obtiene de la leche materna,
por lo que la madre tiene que continuar alimentándose con una dieta de alimentos ricos en cobre, como pescados,
mariscos, hígado, cereales integrales, frutos secos, legumbre y chocolate.
Según
la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cobre es un nutriente esencial
para el organismo humano. La ingesta mínima para que una persona adulta pueda
mantener una buena salud es de 20 a 50 microgramos por cada kg de peso y día y 1,3 para mujeres
embarazadas o lactantes.
Huesos
fuertes con cobre
Según
diversos estudios, alrededor del 30% de las dietas occidentales son deficientes
en cobre. Para las
embarazadas, el principal riesgo de la falta de cobre puede ser el aborto y las
malformaciones del feto. Asimismo, la falta de cobre también puede llevar
aparejado el inicio de la osteoporosis provocando fracturas óseas o el
aplastamiento vertebral.
Aunque las enfermedades óseas
afectan principalmente a la tercera edad, esta enfermedad es común entre mujeres
que acaban de dar a luz. La osteoporosis se produce por una disminución en la
cantidad de minerales en los huesos. Por lo que la falta de calcio y de
minerales en la dieta es una de las principales causas de esta enfermedad.
Por
ello, una dieta rica en cobre puede ayudar a prevenir la osteoporosis, así como
otro tipo de enfermedades como la anemia, la artritis reumatoide o el
aplastamiento vertebral. Los estudios demuestran que la mayoría de las mujeres
embarazadas y lactantes que sufren alguna fractura en los huesos presentan
niveles de cobre en sangre más bajos que los recomendables para su edad.
Para
los bebés, si el nivel de cobre en su cuerpo es insuficiente, no será posible
que el hierro adopte la forma necesaria para su normal desarrollo.
Es
importante saber que el cuerpo regula la absorción de cobre y que éste no es un
oligoelemento PBT (persistente, bioacumulable ni tóxico), ni CMR
(carcinogénico, mutagénico ni disrruptor hormonal), y que una carencia de cobre
en nuestra dieta tiene muchos más riesgos que un exceso del mismo,
especialmente entre niños y ancianos.
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