Alianza Aire ha iniciado
hoy una campaña en redes sociales bajo el lema #StopBronquiolitis con
el objetivo de sensibilizar sobre la bronquiolitis, una de las
infecciones respiratorias agudas más frecuentes, habitualmente un proceso limitado, aunque
puede ser más seria en lactantes y grupos de riesgo.
El virus respiratorio sincitial (VRS), conocido como el “virus de los
bebés”, es el causante de cerca del 80% de los casos de bronquiolitis,
afectando en su mayoría a los lactantes y a los menores de dos años. El descenso de las temperaturas es uno de los
factores principales que favorecen la dispersión y el contagio del virus
respiratorio sincitial (VRS), cuya estación epidémica en España es de octubre a
marzo.
Infancia
vulnerable ante la bronquiolitis
La bronquiolitis suele ser un proceso autolimitado sin consecuencias
en adultos y niños y niñas mayores de 2 años con buenas condiciones de salud.
Sin embargo, puede afectar de modo más serio a
determinados grupos de riesgo, entre los que se encuentran
los niños y las niñas menores de 2 años que han nacido prematuramente, con cardiopatías
congénitas, con Síndrome de Down y con enfermedades pulmonares crónicas. En
estos niños y niñas el sistema inmunológico, su desarrollo pulmonar o la
existencia de condiciones previas hacen que la bronquiolitis pueda cursar con
mayor facilidad, impacto o, incluso, dejar secuelas.
Síntomas de bronquiolitis
Los síntomas más habituales con los que se presenta
la bronquiolitis causada por el VRS son similares a los de un catarro común, es
decir, tos, exceso de mucosidad, congestión nasal y fiebre baja. Así cursa la
mayoría de las veces en adultos y en la
población infantil sana.
Sin embargo, existe la posibilidad de que en lactantes
y poblaciones de riesgo lo haga con tos grave y persistente, dificultades para
respirar, sibilancias y respiración rápida y agitada, cansancio y fatiga,
aumento de la frecuencia respiratoria, pérdida del apetito, frecuencia cardíaca
acelerada, tono bajo, adormecimiento y dificultad para conciliar el sueño, así
como deshidratación o piel azulada (cianosis). Ante estos síntomas es necesario
acudir al médico. La bronquiolitis puede durar entre 7 y 32 días, aunque
la media suele ser de 15 días. Una persona puede trasmitir el virus sin saberlo, dado
que cursa habitualmente como un catarro, por lo que se deben tomar precauciones
para proteger a los lactantes y grupos de riesgo en el ámbito familiar, escolar
y de guarderías, etc.
Los expertos recomiendan así a los padres y madres
y cuidadores de los bebés menores de dos años que establezcan una serie de
medidas higiénicas y de carácter preventivo de acuerdo con la Guía de Práctica Clínica sobre
Bronquiolitis Aguda del Ministerio de Sanidad. Este tipo de medidas consisten en el lavado de
manos frecuente así como de los objetos que puedan estar en contacto con el
bebé, extremar la limpieza de las superficies donde haya podido estar una
persona que padecía la enfermedad, evitar el
contacto físico con familiares enfermos – como hermanos, especialmente si van
al colegio o guardería –, utilizar
pañuelos desechables, evitar los ambientes cerrados y muy cargados o exponer a
los bebés al humo del tabaco. Todas estas medidas de higiene son las que
difundirá muy especialmente la campaña #StopBronquiolitis que Alianza Aire
promueve del 22 al 25 de septiembre.
Cuando se trata de bebés pertenecientes a grupos de riesgo, existe un
tratamiento farmacológico de uso hospitalario, la inmunoprofilaxis con
anticuerpos monoclonales, que debe ser administrada mensualmente de noviembre a
marzo.
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