En un nuevo informe
sobre la tuberculosis (TB) publicado recientemente por ‘The Economist Intelligence Unit’ (EIU) se investigan los retos
cada vez mayores que plantea la TB en la salud y se exigen nuevas formas de
aumentar la eficacia de la respuesta internacional a esta pandemia. Este informe, respaldado por Janssen y titulado Ancient enemy, modern imperative: A time for greater action against
tuberculosis (Un antiguo enemigo, una exigencia moderna: un momento para una
mayor acción contra la tuberculosis), pone de relieve la evolución de la
crisis de la TB. Se destaca la necesidad urgente de una asistencia integrada,
empleando estrategias innovadoras pero coste-efectivas y dando importancia a la
TB para superar esta enfermedad letal sumamente infecciosa, pero tratable.
Como consecuencia
de la necesidad de un cambio radical para controlar con más eficacia la TB, el
informe exige nuevas estrategias para esta enfermedad que resuelvan las
limitaciones actuales, pero aprovechando los éxitos conseguidos hasta la fecha.
Estos cambios son:
·
Encontrar
y tratar a las personas allí donde viven: Para identificar los casi 3 millones de nuevos casos de TB cada año, los
sistemas sanitarios de los países con una gran carga de TB necesitan investigar
a toda la población. Incluso los países con una prevalencia menor tienen que
descubrir mejores formas para acceder y trabajar con las poblaciones
marginadas.
·
Controlar
la TB saliendo del aislamiento existente: La TB exige tratar a la persona en conjunto, lo que incluye abordar
enfermedades concomitantes frecuentes como la infección por el VIH/SIDA y
coordinar la prestación sanitaria pública y privada.
·
Utilizar
tecnología coste-efectiva:
Aunque los progresos en la TB siguen siendo de una lentitud frustrante, los
nuevos instrumentos disponibles en la actualidad – médicos y no médicos como
las tecnologías móviles y las bases de datos integradas – pueden transformar el
tratamiento.
·
Dar más
relieve a la TB:
Quizá más importante es que los activistas y otras partes interesadas trasladen
las nuevas ambiciones mundiales a su país, empleando los instrumentos a mano
con energía suficiente para acelerar los progresos contra esta enfermedad.
“El informe exige prestar más atención a los aspectos
básicos de la batalla contra la TB y la forma farmacorresistente de la
enfermedad; los esfuerzos actuales son insuficientes y la resistencia está
fuera de control. La inmensa mayoría de las personas con TB multirresistente no
están diagnosticadas o tratadas adecuadamente, y tenemos que reconocer que la
TB multirresistente es una urgencia de salud pública real en todo el mundo. El
incremento de la farmacorresistencia no solo aumenta la dificultad del control
de la TB, sino que también revela fallos en el control básico de la enfermedad”, señala el Dr.
Neil Schluger, director científico de la World Lung Foundation y presidente del
Tuberculosis Trials Consortium.
Si estos cambios necesarios se aplican con
urgencia, servirán claramente para ayudar a conseguir “La estrategia y los
objetivos mundiales para la prevención, el tratamiento y el control de la
tuberculosis después de 2015”, aprobados por la Organización Mundial de la
Salud (OMS). Estos últimos objetivos exigen reducir la incidencia
de la TB a menos de 10 casos por 100.000 habitantes y disminuir el número de
muertes en un 95% en 2035; sin embargo, esto requerirá que los sistemas
sanitarios hagan progresos espectaculares y desaparezca la apatía relacionada
con la TB.
“Aunque los
esfuerzos en la lucha contra la TB han salvado millones de vidas, se precisan cambios
fundamentales para controlar con eficacia esta enfermedad. Con el desarrollo de
nuevos tratamientos y tecnologías
coste-efectivas, ha llegado el momento de aplicar estos cambios
introduciéndolos de manera responsable y sostenible en sistemas sanitarios
estructurados", apunta Wim Parys, M.D., R&D Head, Global
Public Health, Janssen. “Estamos comprometidos
en obtener mejores resultados de salud, mejorar la vida de los pacientes con TB
en todo el mundo y seguir trabajando en pos de una estrategia mundial
coordinada de control de la TB que garantice la disponibilidad y el uso
adecuado de los tratamientos.”
La
tuberculosis es la segunda enfermedad infecciosa que provoca el mayor número de
muertes después de la infección por el VIH/SIDA; causó 1,3 millones de muertes en 2012 (2% de la mortalidad
mundial). Una persona con TB pulmonar activa infecta en promedio a
alrededor de una nueva persona por
mes y en dos tercios de los casos activos, si no se trata, la TB es mortal. En el caso de la TB pulmonar, esto se suele deber al deterioro de los pulmones
en un grado tal que la persona afectada acaba muriendo por asfixia.
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