Por primera vez se ha publicado un estudio que demuestra “un
posible papel de la sal como promotor de condiciones inflamatorias”. Según ha afirmado la Dra.
Margarita Domínguez-Villar, associate research scientist del
departamento de Neurología de la facultad de Medicina de Yale (New
Haven, CT) “los experimentos in vivo sugieren que la sal puede tener un
papel importante en el desarrollo de la esclerosis
múltiple”. Estos datos se pusieron de manifiesto en la conferencia
magistral “La sal de la vida” durante el 40º Congreso Nacional de la
Sociedad Española de Reumatología, SER.
Como
ella misma ha señalado “el estudio se centró en examinar el papel del
cloruro sódico (NaCl) en la generación de células Th17, tanto en
experimentos in vitro con células
provenientes de donantes sanos, como in vivo, en un modelo animal (EAE)
que se utiliza de manera rutinaria para estudiar esclerosis múltiple
(EM). Los resultados del estudio demuestran que, in vitro, una
concentración elevada de sal favorece la generación
de células Th17 (células con fenotipo patogénico que están implicadas,
junto con células Th1, en la patología de muchas enfermedades
autoinmunes, entre ellas esclerosis múltiple)”. En el desarrollo de este
estudio, desarrollado a la vez que otro trabajo publicado
por el laboratorio del Dr. Vijay Kuchroo, en Harvard, “también
describimos la vía de señalización celular que se activa como respuesta
al incremento de sal. Además, en el modelo in vivo sometimos a los
ratones a una dieta rica en sal y al inducir la enfermedad
(EAE) observamos que animales que habían consumido una dieta rica en
sal enfermaban antes y los síntomas de la enfermedad eran más graves”.
Este
estudio sólo se ha probado en animales, por lo que, “para demostrar el
papel de la sal en la enfermedad -ha advertido la Dra.
Domínguez-Villar-, es necesario realizar
ensayos clínicos con pacientes con esclerosis múltiple en el que se les
controle la ingesta de sal y se compruebe si la enfermedad mejora”.
La sal y el desarrollo de la artritis
La sal también ha sido protagonista en el estudio llevado a cabo por la Dra.
Loreto Carmona, directora científica del Instituto de Salud
Musculoesquelética en Madrid, que ha encontrado “una asociación muy
consistente entre la artritis reumatoide (AR) y los grandes consumidores
de sal. Lo que indica, que la sal que consumimos
está relacionada de alguna manera con el desarrollo de la AR”.
En
este estudio, también presentado por la reumatóloga en la conferencia
magistral “La sal de la vida” y que espera sea publicado este año, se
han recabado datos experimentales
en células en cultivo y en modelos animales de que una de las vías que
produce la inflamación está regulada por un canal de sodio, el
componente de la sal común (cloruro sódico). Se ha visto que poniendo
sal en el medio de cultivo, se desencadenan una serie
de procesos idénticos a los que tienen lugar en modelos experimentales
de artritis. “Saber eso –añade la doctora Carmona- nos hizo preguntarnos
si la sal en la dieta estaba relacionada con el desarrollo de artritis.
Lo que hicimos fue utilizar los datos de
una cohorte española, la cohorte SUN (Seguimiento de la Universidad de
Navarra), en la que más de 10.000 personas hemos respondido a un
cuestionario dietético y de salud. A partir de ahí hemos estudiado si
existe asociación entre el consumo de sodio calculado
en la dieta y el tener artritis reumatoide”.
Por
el momento, se ha conseguido dilucidar que sal y artritis están
asociados, ya que “hay más AR entre los que consumen más de 8 gramos de
sal al día que entre los que consumen
menos de tres gramos”, ha asegurado.
Más sal en la comida precocinada
Como
ha manifestado la reumatóloga Loreto Carmona, “el perfil de las
personas que ingieren más cantidad de sal es variado, pero, en general,
aquéllas que abusan de comidas
precocinadas y carnes, embutidos y quesos salados”.
La
doctora Domínguez-Villar coincide en esta afirmación. El estudio que
llevó a cabo, realizado en Connectituct (Estados Unidos) ha demostrado
que “este tipo de comidas puede
tener hasta 100 veces más sal que la misma comida cocinada en casa”. Se
hizo un estudio previo “(que sirvió de base para el estudio publicado)
tras el cual se puede afirmar que “aquellas personas sanas que
consumían este tipo de comida de manera rutinaria
tenían en sangre un porcentaje elevado de células CD4 que producían
interleuquina 17 (células Th17) con respecto a aquellos que no comían en
este tipo de restaurantes o lo hacían de manera esporádica (menos de
dos veces cada seis meses)”.
Enfermedades autoinmunes, enfermedades multifactoriales
Ambas
profesionales coinciden en afirmar que tanto en la esclerosis múltiple
como en la artritis reumatoide, son muchos los factores que influyen en
su origen y desarrollo
por lo que es fundamental “no sumar más factores de riesgo”, ha
alertado la directora científica del Instituto de Salud
Musculoesquelética. En ambas patologías, el tabaco afecta de manera muy
negativa. En el estudio de la doctora Carmona se demuestra también
que su asociación con la artritis es incluso mayor que el consumo de
sal.
En
la EM, además, el componente genético es fundamental. “La enfermedad es
el resultado de la acción de diferentes factores ambientales en un
individuo genéticamente susceptible
a padecer la enfermedad”, ha añadido la doctora Domínguez-Villar. Para
la doctora de la Universidad de Yale, es importante destacar que “la sal
no es el único factor que agrava la enfermedad” aunque sí empieza a
haber datos que demuestran “una correlación
entre niveles de sal en dieta y gravedad en pacientes con estas
enfermedades”.
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