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28 May 2014

La armonización de la práctica clínica mundial y el consejo individualizado, novedades en Medicina del Viajero



Vivimos en un mundo cada vez más globalizado e interconectado, donde la movilidad de las personas va en aumento. “Esto favorece el riesgo de diseminación de enfermedades muy contagiosas y letales”, ha apuntado el doctor Rogelio López-Vélez, coordinador de la Unidad de Medicina Tropical del Hospital Universitario Ramón y Cajal, de Madrid, en la presentación de la XII Jornada de Medicina del Viajero, cuya rueda de prensa oficial ha contado con la colaboración de GSK. El experto pone como ejemplo los recientes brotes de Ébola, coronavirus y gripe aviar, tres virus que “afortunadamente afectan muy poco al viajero, pero nos obligan a estar alerta en todo momento”, afirma. En este contexto, la Medicina del Viajero juega un papel capital.

Entre las novedades recientes que se han producido en el ámbito de esta disciplina, destaca una “tendencia generalizada hacia la armonización y conjunción de guías nacionales e internacionales para poder contar con puntos de vista comunes y actuar de la manera más homogénea posible”, explica el doctor López-Vélez. Tal ha sido el caso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de diferentes sociedades científicas europeas. Por otro lado, se están empezando a evaluar los riesgos del viajero en base a viajes concretos y en detrimento de la epidemiología local de las zonas a visitar, lo que genera unas recomendaciones mucho más precisas y efectivas. “Debemos tener en cuenta que una enfermedad que afecta a la población autóctona de una determinada región no tiene por qué aquejar al viajero”.

Incremento de la malaria importada
Esta nueva forma de evaluar los riesgos del viajero, de manera mucho más individualizada, es clave en la prevención de la malaria, por ejemplo. “Aunque las muertes por esta enfermedad han disminuido en un 40% a nivel global, resulta curioso que cada vez haya más casos de malaria importada”, afirma el experto. “Ahora sabemos de la existencia del grupo de mayor riesgo: los inmigrantes que viajan a sus países de origen para visitar a sus familiares no acuden a los centros de vacunación internacional y, por lo tanto, viajan sin la adecuada profilaxis”, comenta. “Por lo demás, no ha habido cambios sustanciales en el abordaje de esta patología”, salvo la aparición de algún que otro fármaco nuevo y la solicitud de autorización a la Agencia Europea de Medicamentos de la vacuna experimental ‘RTS,S’.

En este momento hay más de 100 países o zonas con riesgo de transmisión de la malaria, que son visitados por más de 125 millones de viajeros internacionales cada año. Muchos de ellos contraen malaria, notificándose más de 10.000 enfermos por año tras su regreso a casa. Debido a la infranotificación, las cifras reales pueden ser considerablemente mayores.

El doctor López-Vélez confía en que se refuerce “mucho” la concienciación de los viajeros sobre la importancia de acudir a los centros de vacunación internacional con suficiente antelación. “No hacerlo constituye un claro factor de riesgo para volver enfermo de cualquier viaje”, afirma. “Los clientes de las agencias de viajes sí que reciben cierta información al respecto, pero mucha gente compra hoy en día sus viajes a través de internet sin recibir recomendación alguna”. Volviendo nuevamente a la malaria, “podemos decir que en torno al 70% de las personas que regresan a su país con esta enfermedad no han acudido al médico antes de viajar para recibir consejo y profilaxis”.

Incremento del riesgo de enfermedad meningocócica
En el caso de las enfermedades más clásicas (hepatitis A y B, fiebre tifoidea, tétanos, fiebre amarilla, etc.), “debemos seguir insistiendo en la vacunación para evitar resurgimientos como el de la poliomielitis, que se creía próxima a su eliminación”, dice el experto. “El riesgo de enfermedad meningocócica también se ha visto incrementado en los últimos años por la movilidad mundial de los serogrupos de meningococo. Especialmente en todo el continente americano, en Estados Unidos y Canadá con el tipo Y y en el cono sur con el tipo W, así como en Oriente Próximo también con el tipo W, donde está empezando a cambiar la situación epidemiológica de la enfermedad”, añade. “Esto conlleva la necesidad de administrar nuevas vacunas antimeningocócicas más amplias que las tradicionales”.

Los expertos destacan la importancia de vacunar frente al meningococo dado que estamos en un mundo globalizado en el que los serogrupos circulantes en cada zona pueden sufrir variaciones. No es posible predecir la evolución futura, ni siquiera a corto plazo, y potencialmente cepas como la W y la Y podrían llegar desde diferentes zonas geográficas y cambiar la actual situación epidemiológica. Por eso es importante tener la protección más amplia posible frente a esta enfermedad.

En este sentido, el profesor Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, ha destacado como novedad más relevante de los últimos años la incorporación a los programas de vacunación del viajero de las nuevas vacunas antimeningocócicas tetravalentes conjugadas que protegen frente a cuatro serogrupos de meningococo (A, C, W e Y). “Esto es importante, sobre todo, para las personas que viajan a África subsahariana”, señala. Según este experto, el viajero español se desplaza mayoritariamente al norte de África y al Caribe, pero “necesita una mayor concienciación para acudir a los centros de vacunación internacional a recibir consejo”. En Salud Pública “es necesario que se entienda que la vacunación es para toda la vida y no solo para la edad pediátrica”, concluye.


Según la doctora Pilar Arrazola, responsable de la Unidad de Vacunación y Consejo al Viajero del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, “la vacunación ha tenido y tiene un impacto decisivo en la prevención de las enfermedades infecciosas”. En el caso concreto de los viajeros, “son utilizadas para prevenir patologías que prevalecen en otros países y que, en algunas ocasiones, no tienen tratamiento”, explica. “Es aconsejable acudir a un centro de vacunación internacional o a un servicio especializado por lo menos un mes antes del inicio del viaje, teniendo en cuenta que el tiempo medio necesario para que una vacuna genere una respuesta inmunitaria protectora va de 10 a 14 días, y que determinados sujetos pueden necesitar que se les programe un calendario vacunal concreto”.

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