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17 March 2014

Las farmacias rurales están condenadas a desaparecer en las actuales condiciones

Es lunes por la mañana, Antonio necesita comprar aspirinas para el dolor de cabeza, pero tiene que coger el coche porque la farmacia más cercana está a 10 kilómetros. Aún ésta es una situación ficticia, aunque dada la situación de las farmacias rurales, puede que se convierta en realidad.
Esto es lo que ha denunciado la Sociedad Española de Farmacia Rural, SEFAR, durante la celebración de sus II Jornadas Nacionales, donde se han puesto de manifiesto los problemas de subsistencia que tienen las oficinas de farmacia de los municipios más pequeños, para proponer posibles soluciones. En España el número de oficinas de farmacia es de 21.427, de las que 1078 se encuentran en municipios con menos de 500 habitantes y en torno a 1024 están en pueblos de entre 500 y 1000 habitantes.

Francisco Javier Guerrero García, presidente de SEFAR, asegura que “las farmacias rurales están condenadas a desaparecer en las actuales condiciones, donde las poblaciones van en retroceso, nuestros ingresos son cada vez menores y los gastos de explotación se comen posibles ganancias debido, entre otros motivos, a un sistema de retribución dependiente del precio de los medicamentos, continuamente a la baja, y que además no contempla las particularidades de estas farmacias”. Esta desaparición afectaría a más de 2.100 municipios de todo el país y a un mínimo de medio millón personas.
El debate, durante las jornadas, se ha centrado en las alternativas reales que pueden desarrollar estas farmacias para completar sus ingresos. Una de las propuestas contempla, como ya se está comenzando a hacer en núcleos con mayor población, fundamentalmente urbanos, la oferta de servicios retribuidos por el paciente, y adicionales al servicio principal de dispensación de medicamentos; por ejemplo: tomar la tensión, ofrecer sistemas personalizados de dosificación (SPD), cribado de cáncer de colon (que ya se está haciendo en Cataluña), venta de productos nutricionales, cesamiento tabáquico, etc... “No obstante- puntualiza Guerrero- somos conscientes de que hablamos de farmacias ubicadas en un entorno socioeconómico especial y que atendemos a un número muy limitado de personas, a las que además no podemos cargar con más gastos”.

-Un fondo común
Ante esta situación, la SEFAR reivindica la implicación directa y activa de las administraciones públicas. Su presidente explica que en la actualidad ya existe un sistema de retorno a la Administración por el que las farmacias con un nivel de facturación superior a 37.500 euros mensuales, deben abonar un porcentaje a la Administración Pública, dinero que se recauda “por el momento, sin carácter finalista”, puntualiza el presidente de la Sociedad.
“Desde SEFAR lo que pedimos es la creación de un fondo cuyo destino sea compensar el déficit de ingresos de las farmacias rurales, dando así continuidad a la medida aprobada en el RDL 09/2011, en el que ya se introducía “…un índice corrector de los márgenes para las citadas oficinas de farmacia (rurales) inversamente proporcional a su facturación con cargo a fondos públicos”, determina Guerrero. En este punto, el presidente de SEFAR recuerda además que “el déficit de este tipo de farmacias se debe exclusivamente a su ubicación en lugares con menos población, y que a su vez responde al cumplimiento de la ley, para velar por el interés general y asegura la viabilidad de estas farmacias esenciales”.
Asimismo, Francisco Javier Guerrero añade que actualmente el dinero se gestiona a nivel autonómico y pide que se establezcan mecanismos que permitan el flujo de estas cantidades a nivel nacional considerando la red asistencial de forma unitaria. El presidente de SEFAR justifica esta petición explicando que “existen Comunidades Autónomas donde predominan las farmacias con una gran facturación, mientras que hay pocas farmacias pequeñas y rurales, por lo que en principio, la aportación que se tendría que hacer desde el fondo para las oficinas rurales no sería excesiva y este fondo no se resentiría”. Sin embargo,- concreta Guerrero- en otras Comunidades como Castilla y León, el conjunto de sus farmacias no presentan un volumen de facturación elevado y hay gran cantidad de farmacias pequeñas y rurales, por lo que dicho mecanismo, desarrollado a nivel autonómico sería deficiente y por tanto inviable”. Castilla y León es la Comunidad Autonómica con el mayor número de farmacias rurales (casi 900, más del 50%), seguida de Castilla- La Mancha.
Para SEFAR “sólo con una visión global que persiga el objetivo de garantizar la viabilidad del conjunto de la red asistencial se propiciaría el equilibrio entre comunidades, y el de la propia red de oficinas de farmacia, manteniendo su principal seña de identidad, el acceso universal para la población”.
En cualquier caso, concluye el presidente de la Sociedad, “la colaboración de la Administración es fundamental e imprescindible si queremos mantener esta accesibilidad universal, para lo cual estas farmacias rurales resultan esenciales; es preciso que la Administración colabore realizando las correcciones necesarias para que estas farmacias rurales sean viables, y para que esta viabilidad se traduzca posteriormente en una serie de servicios adicionales que mejoren esta prestación, tal y como lo conocemos”.

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