La revista JAMA, la prestigiosa publicación de
la Asociación
Médica Americana, acaba de publicar un estudio colaborativo
multicéntrico realizado por la
Red Española del Sueño y en el que han
participado ocho investigadores de Osakidetza (Hospital Universitario Araba –
Proyecto BioAraba). El estudio ha sido denominado ‘Efecto de las mascarillas
nasales CPAP en la presión arterial de pacientes con apnea obstructiva del sueño
e hipertensión arterial refractaria: El ensayo clínico aleatorizado HIPARCO’ (1).
Tal y como ha destacado el investigador
vasco de Osakidetza, Joaquín Durán-Cantolla, del servicio de Investigación del
Hospital Universitario Araba - Proyecto Bio-Araba y coautor de la investigación,
“el estudio evalúa el impacto en la reducción de las cifras de presión arterial
en pacientes con hipertensión refractaria y apnea de sueño mediante el empleo de
mascarillas nasales de aire ligeramente presurizado CPAP (las siglas en inglés
corresponden a "presión positiva continua en la vía aérea)”. La investigación ha
sido liderada por el investigador del Hospital La Fe de Valencia, Miguel Ángel Martínez
García.
Según ha puesto de manifiesto el doctor
Joaquín Durán-Cantolla, la investigación, que hasta la fecha supone “el estudio
más importante y numeroso” llevado a cabo en este ámbito médico, “más del 70% de
los pacientes con hipertensión arterial refractaria tienen apnea del sueño,
estando la mayoría sin diagnosticar”.
Conclusiones
Las conclusiones del estudio
proporcionan a la comunidad sanitaria y a los pacientes con hipertensión
arterial refractaria y apnea del sueño un mensaje doble. “Por una parte, todo
paciente que sufre hipertensión refractaria debe ser estudiado para descartar la
existencia de apneas del sueño sin diagnosticar. En segundo lugar, el
tratamiento con las mascarillas nasales de aire ligeramente presurizado CPAP
contribuye a alcanzar una reducción significativa de las cifras de presión
arterial”.
En el estudio Hiparco, un total de194
pacientes con hipertensión refractaria y apnea del sueño fueron repartidos
aleatoriamente en dos grupos. El primero recibió su tratamiento habitual;
mientras que el segundo recibió su tratamiento habitual y, además, el
tratamiento de la apnea del sueño mediante un aparato de CPAP.
La presión arterial de los pacientes se
controló mediante un sistema de registro electrocardiográfico portátil de 24
horas, y cuyo seguimiento se prolongó durante un periodo de 12 semanas. Según ha
indicado Joaquín Durán-Cantolla, “el grupo de pacientes que recibió CPAP redujo
significativamente las cifras de presión arterial, tanto sistólica como
diastólica, en comparación con el grupo que sólo recibió tratamiento para la
presión arterial sin CPAP. Esto es especialmente patente por las noches y en los
pacientes que mantienen una adhesión al tratamiento
correcta”.
Según ha recordado el investigador de
Osakidetza, “la evidencia científica ha constatado que incluso reducciones
mínimas de la presión sanguínea (por ejemplo, del orden de 2 ó 3 mmHg) pueden
tener un efecto clínico muy significativo en la reducción de la mortalidad
cardiovascular (llegando incluso al 6-8% de reducción en el caso del ictus y al
4-5% en la cardiopatía coronaria). Por eso este estudio es tan
relevante”.
Entre el 12 y el 27% de los pacientes
hipertensos precisa de, al menos, tres fármacos antihipertensivos para un
correcto control de la enfermedad, siendo considerados, además, como pacientes
con hipertensión arterial refractaria. Este grupo tiene un 50% más de
probabilidad de sufrir un evento cardiovascular que los pacientes que
simplemente presentan hipertensión arterial no refractaria.
Por otro lado, la apnea obstructiva del
sueño es un síndrome que afecta a entre el 4 y el 6% de la población general de
mediana edad, porcentaje que aumenta con la edad. Está caracterizado por la
obstrucción repetida de la vía aérea durante la noche, causando falta de oxígeno
intermitente e interrupción del sueño. La evidencia internacional ha demostrado
que la apnea obstructiva del sueño es uno de los factores de riesgo más comunes
de la hipertensión arterial refractaria
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