Que la sexualidad pertenezca al
terreno de la estricta intimidad de la alcoba no impide que los especialistas
elaboren sus estimaciones estadísticas: cerca de la mitad de la población
padece alguna disfunción sexual. Sin embargo, a la hora de abordarla, los
ciudadanos encuentran cierta dificultad para identificar la disfunción clínica.
La escasa educación sexual y los estándares establecidos por los medios de
comunicación sociales, además, no hacen sino añadir confusión en una materia
propensa por sí misma al mito y a la fantasía.
El resultado, advierten los sexólogos, es el de una sociedad cargada
de prejuicios que hace que las consultorios médicos estén atiborrados de dudas
relacionadas, más que con disfunciones sexuales clínicas, con el
"malestar" con que se vive la sexualidad. Los motivos son variados, a
menudo asociados a cuestiones psicológicas. Así lo precisa Pedro Villegas,
sexólogo médico y psicosomático: "El malestar al que se refieren los
pacientes en las consultas suele estar causado por las autoexigencias a las que
tanto hombres como mujeres están sometidos por los estereotipos de la moda y el
porno y por la falta de una educación sexual específica".
Al margen de púdicas influencias morales del pasado y de una
sexualidad dirigida por la pornografía o los fármacos, las disfunciones
sexuales clínicas más comunes son la disfunción eréctil y la eyaculación
precoz, en hombres, y la falta de deseo o el vaginismo, en mujeres. "Las
más complicadas de tratar, en cambio, son las fobias o las aversiones",
dice Villegas, que apunta a las "personas perfeccionistas" y a
circunstancias o hábitos como "el estrés, el tabaco, el alcohol, las
drogas en general" como factores de riesgo en la disfunción sexual.
Según el doctor Pedro Villegas, que estará al frente de la Unidad de
Sexología que el Hospital Nisa Sevilla-Aljarafe tiene previsto poner en marcha
esta misma semana, es la primera consulta la más relevante en la terapia de las
disfunciones sexuales. A continuación, explica el sexólogo, se plantea un
programa de tratamiento que "unas veces requerirá medicación y otras,
técnicas de modificación de conducta". Además de su consulta periódica,
señala sobre su nueva labor, Villegas impartirá cursos de formación para los
profesionales sanitarios y de información para la población en el centro
hospitalario de Castilleja de la Cuesta.
Sexo y plenitud
Como apostilla, Villegas pretende deslindar de la sexualidad una cuestión de tanto peso como la plenitud. Aunque considera que "a una buena sexualidad le corresponde una buena felicidad", también subraya que la felicidad y el sexo "están sobrevalorados en los medios actuales". "Sólo hay que observar cuántos religiosos, artistas, profesionales o mamás y papás entregados al bienestar de los suyos no necesitan de la felicidad sexual para vivir su vida con una más que suficiente felicidad", concluye el sexólogo.
Como apostilla, Villegas pretende deslindar de la sexualidad una cuestión de tanto peso como la plenitud. Aunque considera que "a una buena sexualidad le corresponde una buena felicidad", también subraya que la felicidad y el sexo "están sobrevalorados en los medios actuales". "Sólo hay que observar cuántos religiosos, artistas, profesionales o mamás y papás entregados al bienestar de los suyos no necesitan de la felicidad sexual para vivir su vida con una más que suficiente felicidad", concluye el sexólogo.
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