El paso del tiempo ha puesto de
manifiesto que el sistema sanitario es cada vez más dependiente de la
tecnología médica y que dicha tecnología es fundamental para alcanzar una mayor
eficiencia de los servicios de salud. “Desde la Sociedad Española de
Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC) consideramos que, hasta el momento,
no se ha tenido en cuenta el valor de la tecnología médica en el entorno
sanitario global. Ahora es cuando se está empezando a medir el valor y el coste
real de estos procedimientos, y como consecuencia, estamos asistiendo a cambios
en la gestión de la alta tecnología en algunas Comunidades Autónomas”, explica
Jesús L. Manzanares Pedroche, presidente de la SEEIC.
En este entorno de dependencia de los
equipos electromédicos, la SEEIC recuerda la necesidad de administrar y
gestionar los recursos de la forma más eficiente posible. En este sentido, es
de vital importancia el mantenimiento de estos equipos para mantener la calidad
y seguridad necesarias, tratando de que sean coste-efectivos.
“Desde la SEEIC consideramos elemental
que todos los centros sanitarios cuenten con un experto tecnológico que tenga
la capacidad y la responsabilidad de gestionar toda la tecnología existente en
su centro”, comenta Manzanares.
A esta figura le corresponde estar al
tanto de qué equipos son los más adecuados para cada proceso, cuáles son los
últimos avances para una técnica diagnóstica o terapéutica determinada, entre
otros aspectos. “Así, este gestor de la tecnología debe proponer qué
equipos/materiales son necesarios adquirir según las necesidades que se
plantean a nivel asistencial, en colaboración con los profesionales sanitarios
del centro, así como valorar qué equipos están obsoletos y deben ser
sustituidos, y por cuáles”, asegura el presidente de la SEEIC.
Por otro lado, desde esta sociedad
científica reivindican que sea este profesional el que ejerza como interlocutor
entre la industria y el personal asistencial que va a utilizar esta aparatología.
Se trata de un eslabón intermedio muy necesario, que se debe encargar de
recibir el equipamiento, instalarlo e impartir la formación necesaria para su
manejo.
“Sin embargo, a día de hoy, la
evaluación de estos procedimientos no es la adecuada. Por el contrario, se están
dejando de tomar decisiones clave como incorporar recursos humanos cualificados
en áreas vitales como las TICs (Tecnologías de la Información y la
Comunicación), o la e-Health, de capital importancia, a medio y largo plazo,
para el potencial desarrollo de su propia gestión y evolución”, señala el
presidente de la SEEIC.
Inversión
no significa gasto
Optimizar el rendimiento de los
quirófanos, la sostenibilidad de las técnicas de imagen o la creciente implantación
de las TICs en el entorno sanitario son temas de actualidad y, habitualmente,
objeto de debate. “La incorporación de nuevas tecnologías en el ámbito de la sanidad
viene acompañada de costes, pero también de un retorno de la inversión muy
interesante y, a largo plazo, de un ahorro global”, apunta Jesús L. Manzanares.
Desde la SEEIC recuerdan que una adecuada
implantación y funcionamiento de las tecnologías sanitarias es crucial, pero
siempre acompañado de una correcta ordenación de los recursos humanos
implicados.
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