El tratamiento de la
trombocitopenia inmune primaria crónica (PTIc), una enfermedad autoinmune que
provoca una destrucción de plaquetas por el propio organismo con el
consiguiente riesgo de hemorragia, está cambiando desde la llegada de nuevas
terapias. Así se ha reflejado en las dos reuniones del Grupo Andaluz de
Coagulopatías Congénitas que se acaban de celebrar en Málaga y Sevilla. Estos
encuentros han estado organizados, además, por la Asociación Andaluza de
Hematología y Hemoterapia (AAHH) y la Fundación Andaluza de Hematología y
Hemoterapia (FAHH).
La PTIc era una patología “poco considerada
hasta hace no muchos años, quizás por sus bajos índices de mortalidad”, como ha
explicado el doctor Antonio Fernández Jurado, presidente de la Asociación
Andaluza de Hematología y Hemoterapia, que fue el encargado de hacer la
apertura del curso en Sevilla. “Existía una amplia variabilidad en su manejo
clínico, pero la aparición de nuevas terapias con indicaciones que cubren un
vacío terapéutico han supuesto una nueva visión del problema y han puesto en
valor algo que nos pasaba casi desapercibido y que es trascendental para los
pacientes: la mejora de su calidad de vida”, ha señalado.
Las personas con PTIc sufren una destrucción
acelerada y una producción inadecuada de plaquetas. El curso clínico de la
enfermedad es muy variable alternando periodos de remisión con otros de
reagudización. En consecuencia, los enfermos suelen presentar inquietud ante la
posibilidad de padecer una complicación hemorrágica.
Asimismo, suelen estar cansados y verse
limitados para hacer ejercicio físico. “Por eso la mejora en la calidad de vida
que ofrecen los nuevos tratamientos conlleva un beneficio integrador en lo
social, educativo, laboral y psicológico”, ha apuntado el doctor Fernández
Jurado.
El objetivo de los cursos, dirigidos a residentes,
ha sido actualizar de forma estructurada tanto la teoría como la práctica sobre
la PTIc, una enfermedad que afecta a todas las edades, incluidos niños. En
Andalucía, la prevalencia es similar a la de otras partes de España y ronda
entre 1-4 casos por cada 100.000 habitantes/año.
Los cursos contaron con una amplia participación
de residentes de todos los niveles de formación procedentes de toda
Andalucía. “Cabe destacar la categoría
profesional y científica de ponentes, organizadores y programa que alcanzó
cotas de excelencia, así como la de los casos clínicos elegidos”, ha destacado
el doctor Fernández Jurado.
Avances terapéuticos
Tradicionalmente tratada con corticoides, una
clase de fármacos con efectos secundarios inherentes a su uso continuado
(diabetes, cataratas, hipertensión arterial u osteoporosis), y también con la
extirpación del bazo en los casos más graves, en los últimos años el estudio de
los mecanismos de la enfermedad ha permitido el desarrollo de nuevos avances
terapéuticos. Tal es el caso de los agentes trombopoyéticos, que ejercen una
función similar a la de la trombopoyetina, el factor que estimula la producción
de plaquetas.
Estos nuevos fármacos trombopoyéticos, uno con
presentación oral y otro por vía subcutánea, favorecen la recuperación de
plaquetas en enfermos resistentes a otros tratamientos con un perfil de
seguridad adecuado. Asimismo, han supuesto una mejora sustancial en la calidad
de vida de estos pacientes con respecto a las terapias previas, según se ha
demostrado en estudios clínicos recientes.
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