Los
factores que influyen en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad no pueden
ser analizados de forma aislada sino en su conjunto, y a través de un planteamiento
amplio que centre los esfuerzos en la promoción de la actividad física y la
reducción del consumo excesivo de calorías. Esta es una de las principales
conclusiones de un reciente Editorial de la prestigiosa publicación “American
Journal of Clinical Nutrition”.
Según el Editorial “Are
sugar-sweetened beverages the whole story?” publicado en American
Journal of Clinical Nutrition, el efecto de las bebidas azucaradas en
relación a la obesidad y enfermedades cardiometabólicas es pequeño y no existen
evidencias que muestren que su influencia sea mayor que las de otras fuentes de
energía de la dieta. Según la publicación “un planteamiento que solo atienda
a un único alimento o estilo de vida puede resultar inadecuado para
desentrañar las complicadas interacciones existentes entre los alimentos, la
dieta y los patrones de estilo de vida”.
Las personas consumen muchos
alimentos y bebidas diferentes, por lo que no un alimento o bebida por sí solo
no es responsable del sobrepeso u obesidad. No obstante, todas las calorías
cuentan, provengan del alimento o bebida que provengan, incluidas las de las
bebidas azucaradas.
El Editorial de la revista
científica considera que resulta improbable que las intervenciones de salud
pública centradas en las bebidas azucaradas sean suficientes y señala que es
necesario un planteamiento más amplio, focalizado en reducir la ingesta
excesiva de calorías, así como promover la actividad física.
La importancia del equilibrio energético
Cuando se trata de controlar el
peso, es importante equilibrar las calorías que consumimos con las que se
queman a través de las actividades físicas que realizamos. Para poder perder
peso, es necesario quemar más calorías que las ingeridas.
Se trata de lo que los expertos llaman "balance energético".
A este respecto, otras investigaciones han ahondado
también en el papel de la actividad física y el equilibrio energético en la
lucha y prevención de la obesidad. Así, la investigación ‘Energy balance
and obesity’, publicada recientemente en la revista científica Circulation
destaca cómo la restricción alimentaria por sí sola no resulta eficaz a la hora
de reducir el sobrepeso y la obesidad, debido a que la fisiología humana está
preparada para un elevado nivel de ingesta y de gasto energético al mismo
tiempo. Dicha restricción alimentaria unilateral produce la adaptación natural
del organismo de mantener su peso actual, alterando la forma en que el cuerpo
quema calorías. Los autores de este análisis aseguraron además que la
restricción constante de alimentos es difícil de mantener a largo plazo y que “igualar
la ingesta de energía (calórica) con un alto gasto energético sería más
factible para la mayoría de las personas que restringir la ingesta alimentaria
para compensar un nivel bajo de consumo de energía”.
Tal y como afirmó el profesor de
Pediatría y Medicina del Campus de Medicina de la Universidad de Colorado y
coautor de la investigación, James O. Hill, “si no aumentamos la actividad
física de la población, nos estaremos limitando a fomentar unos niveles
insostenibles de restricción alimentaria, una estrategia que no ha funcionado
antes, no es probable que lo haga en el futuro”; y añade que hay que
cambiar el mensaje, de “comer menos y moverse más” por “moverse más y comer
mejor”.
No comments:
Post a Comment