Traductor

01 August 2013

Embarazada y asmática


Por último está el caso de las pacientes asmáticas embarazadas. La mayoría de los medicamentos que se emplean por vía inhalada para tratar el asma son seguros durante la gestación. Teniendo en cuenta que el comportamiento del asma puede variar durante el embarazo, se debe realizar una valoración de la situación clínica y ajustar la medicación si fuera preciso.
El concepto de que la mujer embarazada no debe tomar medicación debe quedar desterrado. El objetivo ha de ser mantener el asma bajo control para reducir el riesgo de exacerbaciones que, en caso de producirse, deberán tratarse en forma convencional para reducir al mínimo el riesgo en la madre y el bebé. Para la presencia de síntomas agudos, se elegirá el empleo de los fármacos beta-adrenérgicos de acción corta. La relación riesgo/beneficio en el uso de estos fármacos se inclina a favor de su uso siempre que se encuentre indicado. De hecho, la mayoría de las complicaciones que surgen durante el embarazo en una mujer asmática son debidas al inadecuado control de la enfermedad o a una falta de diagnóstico. Siempre que sea necesario, en los casos de asma persistente, los corticoides inhalados serán el tratamiento de elección”, recuerda la doctora Vidal.
Rinitis del embarazo
En algunos casos, 2 o 3 de cada diez, las mujeres embarazadas desarrollan una alteración conocida como “rinitis del embarazo”. En palabras de la alergóloga “es una inflamación de la mucosa nasal sin causa alérgica que aparece por la dilatación de los vasos sanguíneos y el aumento del volumen de sangre que ocurre durante el embarazo. Los síntomas son similares a los de la rinitis alérgica y puede aparecer en cualquier momento durante los 9 meses. Cede con el parto o pocas semanas después”.
Controversias
En relación al factor hereditario y la predisposición genética a padecer alergia puede que la madre aporte un componente mayoritario, pero en general, se aplica la regla del 20-40-60. Para una muestra de población general se puede decir que el porcentaje de sensibilización alérgica definido por unas pruebas cutáneas positivas a inhalantes habituales es del 20% de la población si ninguno de los progenitores lo presenta. Pero se eleva al 40% y 60%, respectivamente, si uno o ambos de los progenitores sí la presentan, - comenta Vidal.
El concepto de “sensibilización alérgica” es distinto al de “alergia”. La “alergia” implica relevancia clínica cosa que no sucede con la sensibilización. Un sujeto puede tener pruebas positivas pero no presentar síntomas”, añade la doctora.
La parte controvertida viene representada por la actitud higiénico-dietética de la mujer durante el embarazo. Algunas teorías afirman que, por ejemplo, tomar muchos antioxidantes (vitamina D y E) ayuda a evitar el riesgo de enfermedad alérgica; otras teorías alertan de que el consumo de ácido fólico, lo favorece. Lo mismo ocurre con la alimentación y la lactancia. Diversos trabajos aseguran que comer fruta, verdura y frutos secos disminuye el riesgo de enfermedad alérgica en el bebé; y otros recomiendan limitar la ingesta de huevos, leche y pescado y marisco porque durante la lactancia pueden traspasarse trazas de estos alimentos y potenciar que el niño desarrolle alergia a los mismos. Todos estateorías corroboran la importancia de consultar siempre con el especialista para que el control de la patología alérgica durante el embarazo sea más exhaustiva y garantice la seguridad de la madre y el bebé”, concluye la experta.

No comments:

Post a Comment

CONTACTO · Aviso Legal · Política de Privacidad · Política de Cookies

Copyright © Noticia de Salud