Traductor

11 July 2013

Expertos advierten del riesgo de obesidad por un consumo excesivo de proteínas en los tres primeros años de vida



Desde la gestación y hasta los tres primeros años de vida se establece un periodo de tiempo, de aproximadamente unos mil días, que son claves para la salud futura del niño y, especialmente, para determinar su riesgo futuro de sufrir sobrepeso u obesidad. Así se ha destacado en el transcurso del Simposio Mediterráneo de Obesidad, en una iniciativa promovida por Danone Baby Nutrition y que ha congregado este fin de semana en Valencia a más de un centenar de expertos de diferentes disciplinas de distintos países de la vertiente mediterránea.

En esta reunión se han tratado de construir las bases de las recomendaciones de nutrición desde la concepción hasta los 3 años de edad para tratar de reducir, mediante una adecuada y precoz estrategia nutricional, el impacto de la obesidad. Con qué tipo de alimento iniciar la nutrición de los niños, cuándo comenzar con las fórmulas infantiles de alimentación, a qué ritmo se deben introducir cada uno de los grupos de alimentos, qué variedad escoger y en qué cantidades han sido algunos de los aspectos prácticos que se han puesto en común en este simposio, donde también se han subrayado algunos hallazgos de interés en relación con los hábitos alimentarios en los más pequeños y su asociación con el riesgo futuro de aparición de obesidad.

Cuanto antes, mejor
“La lucha contra la obesidad debe empezar desde el periodo periconcepcional”, en opinión del Dr. José Manuel Moreno, pediatra de la Unidad de Nutrición del Hospital 12 de Octubrede Madrid, “aunque tiene que ser una tarea continua, que se prolongue a lo largo de toda la vida”. Sin embargo, advierte que “hay etapas de la vida, sobre todo en los primeros años, que tienen una mayor influencia en la salud posterior”. Así, a juicio de este experto, “cuanto antes se inicien unos hábitos de vida saludables, donde es clave la alimentación sana y equilibrada, más salud futura se garantizará”.

La obesidad es un problema de salud complejo, en cuya patogénesis influyen tanto factores conductuales, como biológicos y psicosociales. Por ello, recomendó el Prof. Gianvincenzo Zuccotti, del Departamento de Pediatría del Hospital Luigi Sacco, de Milán y la Universidad del Estudio de Milán (Italia), “la estrategia de prevención de la obesidad será más efectiva si se lleva a cabo lo antes posible, atendiendo a todos los factores implicados y conociendo bien e interviniendo en los hábitos dietéticos de la población”.

Se ha establecido un periodo simbólico, de mil días, en el que “nos jugamos gran parte de la salud futura”, insiste el Dr. Moreno. Incluso está en marcha una iniciativa bajo este título (www.thousanddays.org) que pretende concienciar sobre la “importancia del capital de salud que se acumula en este periodo de tiempo”, apuntó la Dra. Claudine Junien,profesora de Genética y representante de la sociedadfrancófona “Orígenes de la Salud y la Enfermedad en el Desarrollo” (SF DOHaD). Y es que, como defendió el Dr. José Manuel Moreno, “aunque todas las intervenciones que se hagan sobre los hábitos de vida y de nutrición después de los mil días son positivas, no resultan tan eficaces y son más costosas que las llevadas a cabo en estos primeros meses de vida y durante la gestación”.

Insistir en lo conocido, advertir sobre lo nuevo
Como recomendaciones básicas, se ha insistido en este simposio en los beneficios que ofrece la lactancia materna. Durante los primeros seis meses de vida, siempre que sea posible, la alimentación debería ser exclusivamente con leche materna y, cuando la lactancia ya no es posible, se aconseja el empleo de leches de continuación que provean el aporte energético y las cantidades de macro y micro nutrientes necesarios para las necesidades del niño durante los tres primeros años”, según el Dr. José Manuel Moreno.

Además, se ha recalcado la importancia de vigilar y extremar el cuidado de la alimentación de la embarazada (incluso antes de la concepción). Aparte de confirmar que determinadas dietas de la madre influyen sobremanera en la salud del feto, ahora se sabe también que “incluso estas dietas pueden tener un impacto distinto en la salud posterior del niño según el sexo del feto”, afirmó Pascale Chavatte-Palmer, Directora de Investigación en el French National Institute of Agricultural Research (Francia).

En este sentido, se ha comprobado en modelos animales (de ratones) que la administración en la madre de una dieta equilibrada durante el embarazo y la lactancia se vincula con importantes cambios en la susceptibilidad de la cría a desarrollar obesidad, con un marcado dimorfismo sexual en la placenta y en la cría asociado con rasgos epigenéticos específicos. “Estos hallazgos –apuntó la veterinaria Pascale Chavatte-Palmer- indican que la dieta materna antes y durante el embarazo tiene un significativo impacto en el desarrollo posterior de la cría y que, por lo tanto, pueden llevarse a cabo estrategias para minimizar los posibles efectos negativos”.

Incluso, el tipo y cantidad de alimento que se ofrece al niño hasta los tres años no es el único factor que modula el riesgo de desarrollar obesidad en el futuro, sino que también tienen una gran trascendencia los factores epigenéticos y, en concreto, el modo y contexto en el que se hace esta alimentación. Como destaca el Dr. Moreno, “hay que individualizar las pautas de alimentación, así como ser constantes, prácticos y flexibles en la introducción de alimentos en los niños pequeños”, matizando que “la excesiva rigidez de los padres en la alimentación de sus hijos acarrea, entre otras consecuencias, la aparición de ansiedad que termina por afectar negativamente a la correcta alimentación del niño”.

No comments:

Post a Comment

CONTACTO · Aviso Legal · Política de Privacidad · Política de Cookies

Copyright © Noticia de Salud