Los datos epidemiológicos presentados hoy en EULAR 2013, elCongreso Anual de la Liga Europea contra el Reumatismo, demuestran que el parto aumenta el riesgo de padecer artritis reumatoide (AR) ACPA-negativa*.
El incremento del riesgo fue demostrado en mujeres de 18 a 44 años que habían tenido un hijo (2.1, 95% CI 1.4-3.2) pero no en mujeres más mayores, y es más pronunciado en mujeres que han dado a luz durante el primer año de sufrir síntomas.
AR es una enfermedad autoinmune caracterizada por la inflamación de articulaciones y tendones. Es una enfermedad crónica, que puede causar dolor, rigidez, destrucción progresiva de las articulaciones y deformidad, además de reducir el número de funciones físicas que se pueden realizar y la calidad y esperanza de vida. La prevalencia varía entre un 03% y un 1%, siendo más común en mujeres que en hombres.
“Se ha sugerido que durante el embarazo se reduce el riesgo de AR pero aumenta después del parto. Nuestros datos demuestran que el incremento del riesgo después del parto está asociado sólo con AR ACPA-negativa y no con AR ACPA-positiva.
Nuestros descubrimientos demuestran un diferente impacto en paridad de condiciones en los dos subgrupos con AR, lo que evidencia la idea de que la AR se compone de dos entidades patológicasdiferentes, con diferente etiología” afirma la autora principal del estudio Cecilia Orellana, del Instituto de Medicina Medioambiental Karolinska Institutet, en la Universidad de Karolinska, Estocolmo, Suecia.
La población sueca estudiada por EIRA (Investigación Epidemiológica de AR), estudio de control de casos, está compuesta por 2.035 mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 70 años y2.911 controles emparejados recogidos entre 1996 y 2009. El parto y el periodo posterior a ésteantes de desarrollar los síntomas, junto con la edad del primer parto, fueron evaluados mediante un cuestionario.
“Se necesitan más estudios para explorar a fondo los mecanismos biológicos que están detrás de nuestros hallazgos, aunque los factores reproductivos pueden, en cierta medida, explicar la alta incidencia de AR en mujeres pre-menopáusicas”, concluye la Sra. Orellana.
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