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10 April 2013

Juan Carlos De Gregorio a EXPANSION: “Ya es posible retrasar el envejecimiento”


Según el fundador de Nesge, la mala nutrición está asociada al deterioro cognitivo o a la pérdida de la respuesta inmunitaria, muscular y respiratoria.
Juan Carlos de Gregorio
Juan Carlos de Gregorio
Juan Carlos de Gregorio tiene sobrada experiencia en el tema. Desde que se licenciara en Farmacia en 1987 se ha dedicado casi en cuerpo y alma al campo de la nutrición y a la relación que ésta tiene con nuestra salud. Tras su paso por distintos laboratorios, en 1997 pone en marcha la compañía Exxentia, que llega a ser líder nacional en la venta de materias primas de origen natural. En 2008 vendió la compañía a Puleva Biotech y fue nombrado consejero delegado de ésta y miembro del Comité de Dirección del Grupo Ebro–Puleva. Hoy ha abandonado esa responsabilidad, pero no el campo en el que se movía, y ha creado Nesge.
¿Qué es Nesge y por qué cree que es una empresa necesaria en el momento actual?
Es una compañía que recoge la inquietud de emprendedores con experiencia en el sector farmacéutico, en el nutricional, y por tanto en factores determinantes de la salud de las personas. Hay cerca de ocho millones de españoles mayores de 65 años, es decir un 16,5% de la población, y se estima que serán cuatro millones más en el año 2030.
El incremento de la esperanza de vida de las personas condiciona un estilo de vida diferente, más joven, con más expectativas sociales, relacionales, vitalidad... La respuesta a esta condición pasa por darle más vida a los años, que es el lema en el que se centra la actividad de nuestra empresa. Pero irremediablemente los procesos fisiológicos, metabólicos, en general, degenerativos, implican una pérdida funcional que separa la respuesta orgánica de las expectativas individuales. En la mayoría de los casos, hablamos de pérdidas funcionales lógicas por el deterioro fisiológico de sistemas funcionales; pero estos deterioros fisiológicos normales en las personas por el avance de la edad se pueden ralentizar, se pueden retrasar y dar más y mejor vida .
Con la aportación de nutrientes específicos, que no son habituales en la dieta, podemos retrasar esta pérdida funcional de nuestros sistemas fisiológicos. No hablamos de curar patologías o de tratar enfermedades, sino de retrasar de forma significativa trastornos o pérdidas de habilidades, de mejorar la calidad de vida de los mayores y generar un envejecimiento activo y saludable. Proponemos mediante la incorporación de nutrientes selectivos e innovadores, no habituales en la dieta alimentaria de los mayores, retrasar los síntomas generales de la edad.
Fundación Economía y Salud
Juan Carlos de Gregorio explica que “esta institución se conforma como un elemento que pretende liderar nuevos conceptos en el sector de la salud con una visión de inversión en conceptos saludables, y está compuesta por un equipo de promotores multidisciplinares de elevadísimo nivel, donde entendemos que podemos aportar valor al desarrollo tecnológico, la I+D y la innovación de la esfera de la salud”.
¿Por qué la alimentación es tan importante cuando llegamos a mayores?
El aporte nutricional es uno de los factores de riesgo de discapacidad y envejecimiento más importante. Además, es potencialmente modificable con aportes nutricionales específicos. Una nutrición adecuada es esencial para un envejecimiento saludable y, por el contrario, un estado nutricional inadecuado predispone a la fragilidad y a la pérdida de capacidades. La desnutrición repercute en los sistemas fisiológico y bioquímico y ha estado asociada al deterioro cognitivo, a la pérdida de la respuesta inmunitaria y de las funciones muscular y respiratoria, al retraso en la cicatrización de las heridas, al incremento global de las complicaciones hospitalarias, a la prolongación de la rehabilitación y de la estancia hospitalaria, y al incremento de la mortalidad. Por ello, es necesario abordar desde una perspectiva preventiva el tema de la nutrición, ya que prevenir no sólo mejora la calidad de vida de las personas, sino que es más eficiente desde el punto de vista del coste.
Actualmente contamos con herramientas específicas para la mejora nutricional y existen evidencias científicas sobre los beneficios de diversos tipos de intervenciones nutricionales, con nutrientes inteligentes. Estamos en condiciones de abordar con éxito, y desde distintas perspectivas, esta creciente necesidad.
¿Hay alimentos clave?
En términos de prevalencia, el deterioro cognitivo, la movilidad y la fragilidad, la pérdida de masa muscular o sarcopenia, y los problemas del sueño, representan la mayoría de los deterioros fisiológicos normales con el avance de la edad. Para cada una de estas alteraciones existen nutrientes, que en dosis adecuadas y en tratamientos continuados, retrasan el avance del deterioro de cada individuo.
¿Qué tipo de enfermedades o consecuencias propias de la edad se podrían evitar?
El proceso de envejecimiento es, hoy por hoy, inevitable, pero se puede retrasar con una vida saludable, que implica actividad física y alimentación adecuada. Las alteraciones fisiológicas de los mayores son múltiples y afectan a diferentes sistemas: las de mayor prevalencia afectan al sistema cognitivo, al sistema locomotor y al sistema nervioso central.
El deterioro cognitivo, la reducción sistemática de la capacidad intelectual, es significativa. Los factores que generan este deterioro son varios y, salvo patologías concretas, están vinculados a carencias de nutrientes específicos. Puede faltar componentes estructurales como el DHA, un ácido graso del grupo de los omega 3 que forma parte de la estructura de la pared celular de las neuronas. El DHA no se produce en el organismo, sólo existe en el pescado azul y en la leche materna. Si no tomamos cantidades suficientes de pescado azul rico en omega 3 nuestro cuerpo no puede reponer ni reconstruir las paredes celulares de las neuronas y el proceso de deterioro es mas rápido.
Personas que ingestan en la dieta pescados grasos aportan cantidades suficientes de DHA como para que las neuronas reduzcan su deterioro y por tanto su evolución cognitiva sea correcta. Cuando en los hábitos dietéticos de las personas no existen estas ingestas debemos incorporarlos externamente en complementos alimenticios enriquecidos. Son los nutrientes inteligentes, que se dirigen directamente al tejido diana, al lugar donde se necesitan, mejorando la respuesta de la neurona y su actividad cognitiva.
Otro ejemplo. Fosfolípidos como la fosfatidilserina afectan al transporte de los neurotransmisores a nivel sináptico, favoreciendo la velocidad de la transmisión de los impulsos eléctricos entre las células neuronales. La ausencia de ellos en la dieta reduce la actividad neuronal y las funciones intelectuales.
En el sistema locomotor ocurre lo mismo. La actividad de las articulaciones genera un desgaste de los cartílagos, que evolucionan con inflamación, dolor localizado y reducen la movilidad de los mayores. Una ingesta adecuada de componentes esenciales del cartílago implica que éste se regenera con más facilidad. Así, se mejora la movilidad, se reduce el deterioro de la misma y se facilita una actividad normal.
**Publicado en EXPANSION

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