Josep Tàpies, titular de la Cátedra de Empresa Familiar, ha formulado una serie de propuestas para llevar a cabo una efectiva transición familiar en una oficina de farmacia en la conferencia “La farmacia como PYME. Gestión de la transición” que ha tenido lugar en Infarma. Para Tàpies cuando hablamos de sucesión,“lo primero que debemos preguntarnos es qué tipo de empresa tenemos: la farmacia es una micro pyme”. También ha hecho hincapié en que debe haber una buena relación entre el propietario y el futuro heredero de la pyme.
Tàpies considera que “es importante respetar profundamente la libertad de las personas para elegir su futuro”, y ha destacado la importancia de que “ahora mismo hay que saber de finanzas y de comercialización de productos”. Ha concluido explicando la necesidad de hacer una buena gestión del proceso de sucesión, ya que es un proceso muy lento y “hay que transmitir a los sucesores una serie de valores y aptitudes”.
En la conferencia también ha participado la directora de ventas de Hefame, Ana M. Gil Ortega, que ha apostado por una modernización en todos los sentidos de la oficina de farmacia. Gil promueve las nuevas tecnologías con el fin de lograr una mayor rapidez de los procesos en la gestión de la farmacia, una reducción de costes y mejorar los servicios. También ha destacado algunos inconvenientes como los costes de implantación, la dedicación de recursos y, en definitiva, la resistencia que hay entre los farmacéuticos al cambio. La finalidad es combinar la “experiencia y la innovación, hay que buscar las sinergias entre una generación y otra, buscar la conciliación” ha explicado Gil, con el fin de potenciar la calidad de la asistencia farmacéutica, la rentabilidad y la viabilidad del negocio.
Gil ha hecho mención también, haciendo un resumen de los problemas económicos de las farmacias, de la disputa patente con la administración en relación al retraso de los pagos a las farmacias. En cuanto a la gestión de ventas y márqueting, Gil ha insistido en la necesidad de entrar en las redes sociales, ya que la mayoría de compradores las utilizan habitualmente. Ha explicado que es necesario “tener un plan y no perder la visión estratégica que permita gestionar la farmacia como establecimiento sanitario y empresarial”.
En relación a las distintas formas de heredar, Mercedes Gras Balaguer, jefa del departamento de Asesoría Jurídica del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, ha explicado los problemas legales que puede haber en la sucesión, ya que para poder continuar es necesario ser farmacéutico: “La legislación no es uniforme en todas las comunidades autónomas, puesto que en algunas, los hijos herederos que se hallen cursando estudios de Farmacia en el momento del fallecimiento del farmacéutico titular, pueden continuar con la explotación de la actividad, hasta que obtengan la licenciatura de Farmacia, y en otras no existe tal posibilidad”. En todas las comunidades los herederos que no sean farmacéuticos ni cursen estudios de Farmacia, están obligados a vender en un breve período de tiempo.
El inconveniente mayor viene dado cuando el propietario de la farmacia fallece sin haber hecho testamento o, en su defecto, este no es válido: “En este caso existe un orden de sucesión regulado, que tampoco es uniforme en todo el Estado, cuya aplicación puede llegar a dificultar la sucesión de la oficina de farmacia a favor del descendiente farmacéutico” explica Gras. En definitiva, para evitar problemas mayores, Gras ha subrayado la necesidad de que el titular de la oficina de farmacia haga un testamento para asegurar la continuidad de ésta a favor de descendientes farmacéuticos.
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