Un paciente
que padezca cáncer no está condenado a renunciar a su futura
paternidad/maternidad gracias a los avances en preservación de la fertilidad.
Así lo manifiestan desde CREA (Centro Médico de Reproducción Asistida de
Valencia). Este centro médico, referente a nivel nacional en reproducción
asistida, fue pionero en abandonar el método clásico de congelación y desde el
año 2005 se decantaron por la vitrificación como método exclusivo para el
mantenimiento de embriones a bajas temperaturas ya que tiene la ventaja de
evitar la formación de cristales intracelulares y minimizar así el daño celular
por la crioconservación.
Algunas de las secuelas de los tratamientos oncológicos pueden ser la amenorrea (desaparición de la menstruación) y la disminución de la reserva ovárica de las mujeres llegando a quedar como si la mujer tuviera 10 años más. En este sentido, la doctora Carmen Calatayud, co-directora de CREA, considera que las mujeres que vayan a recibir tratamiento oncológico deben preservar la fertilidad antes de iniciar la quimioterapia o radioterapia, “ya que los efectos de éstas sobre la fertilidad pueden llegar a ser devastadores. De la celeridad con la que se actúe va a depender en gran medida el éxito de preservar la fertilidad”. No obstante, señala que es muy importante estudiar cada caso de forma individual ya que “la presencia de metástasis podría desaconsejar una estimulación ovárica”.
Gracias al
avance en estas técnicas se puede ofrecer a estas mujeres la oportunidad de
realizar su sueño de ser madres una vez superada la enfermedad, sin renunciar a
que sea de su propio material genético. A diferencia de los varones, las
mujeres nacen con una dotación limitada de ovocitos que va disminuyendo a
partir de los 35 años cuando apenas queda un 10% de la reserva inicial, a lo
que se suma la reducción de la calidad ovocitaria, por lo que las posibilidades
de gestación se ven mermadas con la edad. Es por ello por lo que se aconseja
realizar la preservación de la fertilidad cuando todavía hay una adecuada
reserva ovocitaria, es decir no más tarde de los 35 a 38 años. Si bien como
señala la doctora Calatayud, “incluso en edades más avanzadas se debe valorar a
cada paciente de forma individual”.
Las técnicas
que ofrecen mejores resultados son la vitrificación de ovocitos y de embriones.
En ambos casos se requiere una estimulación ovárica previa y la recuperación de
esos ovocitos mediante aspiración folicular. Obtenidos los ovocitos, serán
vitrificados aquellos que sean maduros y presenten una buena calidad. En el
caso de la vitrificación de embriones, los ovocitos serán inseminados con los
espermatozoides de la pareja o de un donante anónimo, según el caso. “La
aparición de la técnica de vitrificación embrionaria ha posibilitado una mayor
efectividad al lograse mejor supervivencia de los embriones y una mejor tasa de
implantación, lo que se traduce en mejores tasas de embarazo”.
Respeto a la
congelación de tejido ovárico y su posterior maduración in Vitro, la
co-directora de CREA ha señalado que “es una técnica con un futuro muy
interesante”. En referencia al autotrasplante de ovario, ha destacado que
aunque es poco utilizada, supone otra opción para estas pacientes. Se trata de
trasplantar el ovario a una zona alejada de donde se vaya a recibir
radioterapia para que ésta no afecte a la reserva del ovario (trasplante
heterotópico). En los casos en los que se reimplanta tejido ovárico, no sólo se
preserva la fertilidad, sino que se puede recuperar además la función endocrina
del ovario.
Por lo que
respecta a la preservación de fertilidad en los varones que van a recibir un
tratamiento oncológico, se realizará previamente la congelación de sus
espermatozoides. Se valorará la supervivencia a la congelación de cada muestra
congelada y según el resultado se aconsejará congelar tantas muestras como sea
posible antes del comienzo de la terapia.
Como ayuda a
la detección precoz del cáncer de testículo o de alguna patología de tipo
reproductivo en el varón, entre otras rutinas como la autoexploración, CREA
aconseja el análisis de una muestra de semen a los varones de entre 15 y 35
años. Según ha señalado la co-directora de CREA “el cáncer de testículo es el
más frecuente entre los varones jóvenes de entre 15 y 35 años y su incidencia
está aumentando en la actualidad”. La Dra. Calatayud ha advertido que “en ocasiones,
el primer signo de la aparición de esta enfermedad es una gran reducción en la
producción de espermatozoides lo que solo puede ser diagnosticado a través de
un análisis de semen”.
De hecho, según datos de la pasada campaña, el 60 % de los jóvenes presentaba valores por debajo de los niveles de referencia de normalidad establecidos por la OMS, un signo de posibles problemas de tipo reproductivo, pero también, en determinados casos, de mayor riesgo de aparición de un proceso neoplásico a nivel testicular.
La doctora
Calatayud considera muy importante una comunicación y sincronización temprana
entre el oncólogo y el centro de reproducción para preservar la fertilidad
antes del tratamiento oncológico “ya que de la celeridad con la que se actúe,
va a depender el éxito de la preservación”. Además, ha instado a que los
oncólogos se conciencien de la importancia de considerar la posibilidad de
recurrir a terapias que pudiendo ser igual de efectivas para el tratamiento
oncológico, afecten lo menos posible a la fertilidad.
La demanda por
parte de la sociedad para preservar la fertilidad ha ido aumentando en los
últimos años, no sólo por cuestiones médicas sino también por razones
sociales. En este sentido, ha apuntado que en la actualidad la edad media
de la mujer, cuando tiene a su primer hijo, está entre los 30 y los 34 años,
pero que en un 20 % de los casos se sitúa entre los 34 y 39 años.
Calatayud
finaliza afirmando que “la preservación de la fertilidad va dirigida a mujeres
y hombres que por motivos médicos o de otra índole, deciden guardar su material
genético para poder posponer sus deseos reproductivos“ y que “gracias a los
avances en la preservación de la fertilidad, la aparición de un cáncer no
supone una renuncia a tener descendencia”.
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