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13 February 2013

La incorporación de la innovación, clave en las reformas sanitarias de Alemania y España



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En los últimos tiempos, Alemania se está erigiendo como modelo económico a seguir dentro de la Unión Europea, y es muy probable que esta tendencia se haga palpable en otros ámbitos competenciales, como la sanidad. En el caso concreto de España, hay quien dice incluso que el Ejecutivo central está considerando esta posibilidad, lo cual parece razonable si tenemos en cuenta que ambos países presentan un elevado nivel de descentralización y otras similitudes en cuanto a las necesidades de racionalización del gasto sanitario, en general, y del gasto farmacéutico, en particular. En los dos territorios también se han llevado a cabo reformas que introducen novedades importantes en el acceso a los medicamentos innovadores.

Con el objetivo de analizar los sistemas sanitarios de Alemania y de España, la Fundación Gaspar Casal y PharmaMar han organizado un encuentro conjunto en el que “se pondrán en valor las ventajas y desventajas de las reformas llevadas a cabo en ambos países, con especial atención a la incorporación de la innovación”, explica Juan del Llano, director de la Fundación Gaspar Casal. “Aunque los modelos sanitarios tienen orígenes diferentes (en Alemania son las compañías aseguradoras las que gestionan el sistema bajo un férreo control estatal), el incesante crecimiento del gasto sanitario público se presenta como un problema común que no encaja con las políticas de austeridad que se están llevando a cabo a causa de la crisis económica”, añade.

La principal diferencia entre ambos modelos está en las condiciones laborales de sus profesionales sanitarios. “Mientras que la gran mayoría de los médicos alemanes trabajan por cuenta propia en sus consultas privadas y facturan a las aseguradoras con precios concertados, prácticamente todos los facultativos españoles están asalariados y desarrollan su labor asistencial en dependencia del sistema sanitario público, simultaneándola con el ejercicio privado en algunos casos”, afirma el director de la Fundación Gaspar Casal.



La reforma AMNOG en Alemania, iniciada en enero de 2011, “gradúa de 1 a 6 el nivel de beneficio terapéutico añadido exigible como cuarta garantía a los nuevos medicamentos autorizados (grande, significativo, discreto, no cuantificable, sin beneficio terapéutico añadido y menor que el comparador)”, comenta el experto. Por su parte, “los desarrollos del Real Decreto Ley 16/2012  en España parecen ir en el mismo sentido”. Ambas normativas sanitarias también han tenido efectos importantes en la definición de la cartera básica de servicios, como “la puesta en marcha de políticas de desinversión sobre prestaciones y tecnologías que no añaden valor ni al sistema ni a la salud de los ciudadanos o la reasignación de recursos entre los distintos niveles asistenciales.

Financiación selectiva y fijación de precios
Según Regina Múzquiz, directora de Relaciones Institucionales de PharmaMar, las políticas de contención del crecimiento del gasto sanitario que se están llevando a cabo en algunos países de la Unión Europea (UE), como Alemania y España, “presentan tendencias similares en lo que se refiere específicamente a la financiación selectiva y a la fijación del precio de los nuevos medicamentos”. En este sentido, “hay que destacar que, mientras los procesos de evaluación de la eficacia, seguridad y calidad de los fármacos están sometidos a una creciente centralización a favor de la UE, los relativos a la decisión de financiación y fijación de precio se circunscriben al ámbito estatal, o incluso regional, en los países descentralizados, más allá del marco común que establece la Directiva de Transparencia”, explica.

Los aspectos fundamentales de todas estas reformas sanitarias “giran alrededor del valor añadido que aporta el nuevo fármaco frente a las alternativas terapéuticas existentes y de los órganos evaluadores a los que corresponde esta valoración”.

Además, Regina Múzquiz se pregunta “a quién corresponde la elección del comparador y cómo condiciona esta elección el diseño de los ensayos clínicos”. Mientras que Alemania cuenta ya con dos años de experiencia, España está en un momento crucial para la definición de todos estos aspectos clave.

Por su parte, José María Fernández Sousa-Faro,  presidente del Grupo Zeltia, ha dicho de nuestro sistema de salud que “adolece de una serie de necesidades relacionadas con la eficiencia en la utilización y consumo de recursos que precisan de una estrategia urgente de todos los integrantes de la cadena de valor del segmento de la salud en España”. Asimismo, señala que nuestro país tiene que incrementar necesariamente su inversión en I+D, si quiere volver a ser un país de primera línea en la Unión Europea.


En este encuentro han participado destacados expertos en Economía de la Salud de España y Alemania y la clausura del acto ha corrido a cargo del director general de PharmaMar Alemania, Alfonso Casal, y del propio Juan del Llano, director de la Fundación Gaspar Casal. Según Luis Mora, director general de PharmaMar, “este tipo de encuentros facilitan la labor de empresas como PharmaMar, comprometida con su internacionalización. Prueba de ellos son las dos filiales que acabamos de abrir en Italia y en Alemania. El compromiso con la innovación debe de ser tenido muy cuenta a la hora de evaluar nuevos medicamentos, especialmente en áreas complejas como la oncología”.

**Mesa inaugural, de izda. a dcha., Jesús Millán, presidente de la Fundación Gaspar Casal y José María Fernández Sousa, presidente de Pharmamar (Grupo Zeltia)


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