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08 January 2013

La obesidad, factor de riesgo para la fertilidad


La Organización Mundial de la Salud registró durante el año 2011 más de 80 millones de personas que sufrían algún tipo de problema de infertilidad, entendiendo esta como la incapacidad de una pareja para conseguir un embarazo que llegue a buen término tras un año de relaciones sexuales regulares y sin protección.

En este contexto, conviene señalar que cada año se registran en España 16.000 casos de parejas que quieren ser padres y no pueden. La importancia de estas cifras invita a localizar las causas del problema, destacando, entre los motivos principales, el retardo de la edad para ser padres por encima de los 35 años, y otro tipo de hábitos poco saludables como el tabaco, el alcohol, el estrés o la mala alimentación.

Esta última suele estar relacionada con la obesidad, importante factor de riesgo para la fertilidad según demuestran múltiples estudios. Así, científicos de la Universidad de Oregón, en Estados Unidos, han señalado en los últimos años un importante incremento en niños obesos, sugiriendo que el exceso de peso puede relacionarse con crecientes problemas de infertilidad. Según señalan los autores del estudio, los síndromes metabólicos causados por el sobrepeso pueden afectar a la calidad reproductiva. Por su parte, otra reciente investigación desarrollada por un grupo de especialistas en la materia de la Universidad de Aberdeen, Escocia, apunta que la obesidad masculina genera una menor producción de semen.

Estos y otros informes ponen de manifiesto la clara relación entre obesidad e infertilidad. Una vinculación que en las mujeres se manifiesta a través de largos intervalos entre los períodos menstruales y el exceso de ciertas hormonas que inhiben la ovulación. Así, entre el 4 y el 5 por ciento de las mujeres en edad reproductiva tienen Síndrome de Ovario Poliquístico (SOPQ), una causa común de infertilidad femenina, que se vincula con la obesidad. En los hombres, el exceso de peso puede llevar aparejados problemas en los vasos sanguíneos, que derivan con cierta frecuencia en impotencia.

En este contexto, el Instituto de Obesidad quiere recordar que en el 85 por ciento de los casos, según datos por la OMS, la obesidad en personas mayores de 25 años es un problema de hábitos y sedentarismo. Es decir, las parejas aumentan las probabilidades de no poder concebir por culpa de hábitos que pueden ser manejados y corregidos a tiempo.

Unos malos hábitos que tienden a adquirirse en la infancia. No en vano, los menores poseen hoy en día un importante déficit en lo que a alimentación se refiere. Un desayuno poco equilibrado y un tiempo inferior a los diez minutos, y comidas poco variadas y con exceso de grasas y azúcares suponen una primera parte del conflicto.
Asimismo, cabe señalar también un marco social que ha derivado hacia la ocupación del tiempo libre a través del ordenador, la consola o el televisor, reduciendo la práctica y los tiempos de las actividades deportivas.
Sobre esta base, el Instituto de Obesidad apuesta por unos correctos hábitos alimenticios en todas las etapas del desarrollo, que han de ir unidos a una adecuada selección en lo que a la práctica de actividades deportivas se refiere. Para ello, el Instituto de Obesidad ofrece información y asesoramiento a todos aquellos que lo deseen para la consecución de una dieta equilibrada e individualizada seguida en todo momento por un especialista que, a su vez, delimitará el proceso oportuno en lo que a hábitos saludables y práctica de ejercicios físicos se refiere.



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