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24 January 2013

Expertos destacan la importancia de la asistencia psicológica y la rehabilitación para mejorar la autonomía de los enfermos de Parkinson

Jornada de Parkinson organizada por Lundbeck y la Asociación Parkinson de Madrid

   La apatía asociada a la depresión, la pérdida de memoria inmediata y el déficit de atención son los problemas neuropsicólogicos más comunes que padecen los enfermos del Parkinson, según ha asegurado el neurólogo especialista en Trastornos del Movimiento del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Juan Carlos Martínez Castrillo, durante una jornada informativa organizada por Lundbeck y la Asociación Parkinson de Madrid.
   Se trata, por tanto, de una enfermedad caracterizada no sólo por el temblor y la dificultad de movimiento sino también por otros factores psicológicos (no motores) que empeoran el estado del paciente de no ser tratados a tiempo.
   De hecho, el 60 por ciento de los enfermos presentan temblor de inicio, pero, según ha matizado el experto, los síntomas más incapacitantes, producidos por una mala respuesta al tratamiento, son la depresión, la apatía, el desequilibrio y caídas, la congelación de la marcha, el cansancio, el dolor o el insomnio.
   En este sentido, Martínez Castrillo ha informado de que el diagnóstico de esta patología, que afecta especialmente a personas mayores, se posterga una media de 18 meses aunque puede llegar a ser de varios años. Esto se debe a que, en muchas ocasiones, los síntomas se confunden con una depresión o con un simple dolor de articulaciones, especialmente del hombro.
   "Cuando la enfermedad se manifiesta por temblor, la consulta con el neurólogo suele ser más temprana que cuando la enfermedad se manifiesta por torpeza motora o dolor. Además, alrededor del 20 y 40 por ciento de los enfermos parkinsonianos tienen síntomas de depresión desde el inicio y, con frecuencia, se pueden asociar los síntomas de enlentecimiento y torpeza como secundarios a la depresión, lo que conlleva un retraso en el diagnóstico", ha explicado el experto.
   En concreto, los principales síntomas no motores que padecen estos pacientes son el llamado fenómeno 'punta de la lengua' --se produce cuando se olvida una palabra y es recordada cuando se da una pista--, los mareos, los problemas urinarios, el estreñimiento, los dolores, trastornos del sueño REM, el babeo y el deterioro cognoscitivo llegando, en ocasiones, a la demencia.

EL TRATAMIENTO AYUDA A TENER UNA 'LUNA DE MIEL'

   Por este motivo, Martínez Castrillo ha destacado la importancia que tiene realizar un diagnóstico temprano para conseguir frenar, en cierta medida, la evolución de la enfermedad y, por tanto, mejorar la calidad de vida del paciente. Es, además, en este momento de la enfermedad cuando se obtiene la mejor respuesta en el tratamiento farmacológico, periodo que se conoce como 'luna de miel'.
   "Cuando la enfermedad está más evolucionada la respuesta puede ser peor", ha recalcado el doctor, tras apostillar que, aún así, la evolución de la patología depende también de cuáles sean los primeros síntomas, ya que"los pacientes que empiezan con torpeza suelen tener un peor diagnóstico que los que comienzan con temblores".
   Asimismo, ha recordado que diversas investigaciones han mostrado que determinados fármacos, las intoxicaciones, las infecciones, el colesterol LDL bajo, la obesidad y la vida rural son factores de riesgo para la enfermedad, al igual que el consumo de tabaco, el café o el ibuprofeno son factores que"pueden llegar a proteger" su evolución.
   En este punto, el neurólogo ha destacado la necesidad de seguir investigando en esta enfermedad dado que, según ha advertido, actualmente todavía no se conoce por qué las personas que tienen el gen que produce el Parkinson no lo desarrollan; cuáles son los marcados bioquímicos que desencadenan la enfermedad, así como otros "muchos factores de riesgo"que están presentes desde el inicio y que, hoy por hoy, son desconocidos.
   "Hay que encontrar esos factores de riesgo que provocan las enfermedades neurodegenerativas porque sólo así seremos capaces de prevenirlas", ha recalcado el especialista en Trastornos del Movimiento del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

IMPORTANCIA DE LA ASISTENCIA NEUROPSICOLÓGICA Y REHABILITACIÓN

   Por otra parte, la responsable de rehabilitación de la Asociación Parkinson de Madrid, Beatriz González, ha destacado la importancia que tienen los tratamientos rehabilitadores en estos pacientes dado que consiguen aumentar su autonomía personal y, por consiguiente, su autoestima.
   En este sentido, ha asegurado que la fisioterapia, la logopedia, la terapia ocupacional y la musicoterapia son las técnicas más efectivas para los enfermos del Parkinson porque permiten mantener el estado físico de la persona, aumentar su comunicación, enseñarle estrategias para realizar las actividades diarias --abrocharse un botón o peinarse-- y consiguen relacionar las emociones con el movimiento.
   "Las emociones son un buen motor para moverse", ha asegurado para destacar también la importancia que tiene realizar los tratamientos en grupo para estimular a estos enfermos.
   Estas declaraciones han sido corroboradas por la neuropsicóloga de la Asociación Parkinson Segovia, Almudena Alonso, quien, además, ha destacado la necesidad de dejar pensar a estos pacientes, no presionarles, y conseguir controlar su apatía.
   Asimismo, esta experta ha informado de que las personas que padecen Parkinson suelen también tener un trastorno del control de los impulsos caracterizado por un consumo compulsivo, juego patológico o hipersexualidad."Hay medicamentos que favorecen la aparición de estos trastornos y por eso es importante que acudan a un neurólogo", ha recalcado.
"FUE UNA LIBERACIÓN QUE ME DIAGNOSTICARAN EL PARKINSON"
   Por último, Juan Luis del Pozo, paciente con Parkinson desde hace siete años, ha contado su experiencia asegurando que para él fue una "liberación" cuando le diagnosticaron la enfermedad porque el tratamiento ha conseguido paliar sus efectos.
   Y es que, según ha explicado este paciente de 65 años, antes de acudir al especialista sentía una fuerte apatía y un agarrotamiento de los dedos de los pies. Un hecho que le perjudicó mucho en su estado anímico debido a que es un "amante del ciclismo" y estos problemas le impedían realizarlo habitualmente.
   Por ello, cuando recibió tratamiento psicológico y físico experimentó una gran mejoría que le ha permitido poder continuar montando en bicicleta. "Es muy importante aceptar la enfermedad de entrada", ha comentado Del Pozo para animar a todos los pacientes a que acudan a los talleres que realizan las asociaciones porque "ayuda muchísimo a pasar el día a día".

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