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01 December 2012

Un mayor consumo de betacaroteno para prevenir la deficiencia de vitamina A





Marjorie J. Haskell, Programa de Nutrición Internacional y Comunitaria, Departamento de Nutrición, Universidad de California, Davis, EE. UU.


"Los carotenoides que el cuerpo puede convertir en vitamina A se llaman 'provitamina A'. Estos carotenoides, que se encuentran principalmente en los vegetales de hoja verde oscuro, como la espinaca, y en las frutas y verduras naranjas y amarillas, como la zanahoria, el mango o la papaya, son un fuente importante de vitamina A dietética. Aportan un parte significativa de la ingesta diaria de vitamina en los países desarrolla-dos –en Estados Unidos, por ejemplo, en torno al 30%–, mientras que los productos animales que contienen vitamina A preformada, como el hígado o la yema de huevo, no se consumen en grandes cantidades. En las poblaciones de ingresos bajos de los países en vías de desarrollo, los carotenoides dietéticos aportan hasta un 80% de la ingesta diaria de vitamina A (2). Aunque los humanos pueden absorber bien la vitamina A dietética prefor-mada, no ocurre así con la provitamina A procedente de fuentes vegetales, que tiene que ser convertida en vitamina A por las células del intestino. 


De la provitamina A que se haya comúnmente en los alimentos, el betacaroteno tiene la mayor actividad de vitamina A. La relación de equivalencia entre el betacaroteno y la vitamina A (retinol) se estima actualmente en 12;1 en base al peso (12 mg de betacaroteno equivalen a 1 mg de retinol) para el betacaroteno de fuentes vegetales en una dieta mixta. Esta relación se basa en aproximadamente un 17% de absorción de betacaroteno a partir de una dieta mixta (6 mg de betacaroteno vegetal = 1 mg de betacaroteno puro) y una tasa de conversión de vitamina A de 2:1 (2 mg de betacaroteno = 1 mg de retinol) (3). No obstante, las relaciones de equivalencia de vitamina A varían en gran medida tanto para el betacaroteno puro en aceite como para el betacaroteno de fuentes vegetales dependiendo de varios factores. Entre los factores alimenti-cios y dietéticos que afectan a la biodisponibilidad del betacaroteno se incluyen la matriz alimentaria, las técnicas de preparación de los alimentos, el tamaño de la dosis de betacaroteno y las cantidades de grasa, fibra, vitamina A preformada u otros carotenoides en la dieta. Las relaciones de equivalencia de vitamina A para el betacaroteno varían de 3,8:1 a 28:1. Las relaciones de equivalencia de vitamina A, por ejemplo, para el arroz dorado y el maíz biofortificado van de 3,8:1 a 6,5:1 y son inferiores a las de las fuentes vegetales y frutales de betacaroteno, que oscilan entre 10:1 a 28:1. Resulta alentador que las relaciones de equivalencia de vitamina A sean inferiores en los alimentos de primera necesidad biofortificados que van destinados a poblaciones con riesgo de deficiencia de vitamina A en países en desarrollo. El estatus nutricional y la salud de los grupos de población también pueden afectar a la equivalencia de vitamina A del betacaroteno. Por otra parte, las variantes genéticas (polimorfismos) también afectan a la equivalencia de vitamina A del betacaroteno. Se han identificado dos polimorfismos comunes de un gen y se han asociado con una reducción de la conversión intestinal de betacaroteno en vitamina A de aproximadamente 32-69% en las mujeres británicas (4). Este hallazgo podría explicar gran parte de las variaciones interindividuales observadas en la estimación de la equivalencia de vitamina A del betacaroteno en los humanos.


Se ha establecido que la absorción de betacaroteno puro varía entre el 8,7% y el 65% en los humanos y oscila enormemente según los estudios. La mayoría de estos estudios se realizaron en adultos sanos de países desarrollados y, si bien no en todos ellos se indicó el estatus de vitamina A, es probable que éste fuera adecuado. La variabilidad en la absorción probablemente esté relacionada con la cantidad de la dosis oral de betacaroteno y las diferencias en los errores de medición de los diferentes métodos utilizados para evaluar la absorción. La absorción de betacaroteno de fuentes vegetales se ha establecido entre un 7% y un 65% en los humanos. En los estudios, el betacaroteno tendía a ser mejor absorbido de los alimentos que estaban más procesados.


El betacaroteno dietético es una fuente segura de vitamina A, ya que la conversión intestinal del betacarote-no en vitamina a disminuye conforme aumenta la dosis oral de betacaroteno (5). Dado que la vitamina A puede perjudicar potencialmente el crecimiento y desarrollo de un embrión o feto, se recomienda a las mujeres embarazadas no consumir grandes cantidades de vitamina A preformada (6) y recurrir a fuentes vegetales de betacaroteno para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, existe una preocupación en relación con los posibles efectos adversos en los humanos de grandes dosis de betacaroteno en forma de suplementos. Los ensayos han sugerido que una ingesta excesiva de betacaroteno (20-30 mg/día) podría ser nociva para los fumadores y los trabajadores expuestos a asbestos (7-9). Las cantidades de betacaroteno administradas a los participantes en los ensayos son muy superiores a las consumidas habitualmente en la dieta. La mayoría de la gente en Estados Unidos y Reino Unido, por ejemplo, consumen 1-2 mg de betacaro-teno dietético al día, y los veganos y vegetarianos entre 4-9 mg/día (10). No se conocen efectos adversos para la salud asociados al consumo de dosis fisiológicas de betacaroteno.


El consumo diario de cantidades habituales de betacaroteno a partir de frutas y verduras puede aumentar los niveles de vitamina A en grupos de población con riesgo de deficiencia de vitamina A. No obstante, la efectividad de las fuentes vegetales de betacaroteno para aumentar el nivel de vitamina A suele depender del contexto específico y de los factores anteriormente mencionados. La intervención dietética con fuentes vegetales de betacaroteno debería ser tenida en cuenta como estrategia en los programas actuales para aumentar los niveles de vitamina A en personas con riesgo de deficiencia. Se requiere más información acerca de las variaciones genéticas que podrían afectar el metabolismo del betacaroteno y la vitamina A, así como sobre otros factores relacionados con la dieta y la población que puedan afectar la biodisponibilidad del betacaroteno, para poder establecer unas recomendaciones dietéticas que permitan mantener un nivel adecuado de vitamina A en la población humana".

**Publicado en el Boletín Informativo NUTRI-FACTS 

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