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14 December 2012

Un 70% de las lesiones tendinosas tratadas con Ondas de Choque se curan


Las ondas de choque son ondas mecánicas similares a los ultrasonidos, pero con una frecuencia y densidad de energía más elevada. Su aplicación induce al propio cuerpo a regenerar los tejidos dañados gracias al estímulo celular de un tipo de proteínas conocidas como factores de crecimiento. “Asimismo, favorece la angiogénesis o creación de vasos sanguíneos lo que aumenta el riego en la zona tratada y produce un efecto analgésico, que elimina el dolor que suele acompañar a este tipo de patologías”, explica Ramón Foraster, jefe del Servicio de Fisioterapia del Hospital Sanitas CIMA.

Estos efectos biológicos y terapéuticos hacen que las ondas de choque estén especialmente indicadas en patologías crónicas donde los tratamientos de rehabilitación convencionales han fracasado, pero también como primera opción de tratamiento en un gran número de tendinopatías. Entre las patologías que mejor responden a esta terapia cabe destacar la tendinitis de hombro, con o sin calcificación; las tendinitis del tendón de Aquiles; la tendinitis rotuliana o rodilla de saltador; la epicondilitis o codo de tenista; y la fascitis plantar. La frecuencia de este tipo de lesiones entre la población es muy alta, el Hospital Sanitas CIMA calcula que cerca de un 50% de los pacientes que acudan a sus servicios de fisioterapia y rehabilitación podrán beneficiarse de este tratamiento.

Un tratamiento rápido y no invasivo

Según la fuente de generación, las ondas de choque se clasifican en tres tipos: electromagnéticas, piezoeléctricas y electrohidráulicas. “De las tres, las ondas de choque electrohidráulicas son las más eficaces porque obtenemos los mismos resultados con un número menor de sesiones”, explica Ramón Foraster.

Así, el tratamiento permite acortar los tiempos de recuperación. Otra de sus ventajas es que se ha convertido en una alternativa a la cirugía en muchos casos que, hasta ahora, precisaban de intervención quirúrgica. “Los pacientes se benefician de un tratamiento rápido, eficaz y no invasivo que carece de efectos secundarios destacables”, recalca Foraster. Lo habitual es realizar entre tres y seis sesiones de manera ambulatoria, con intervalos de dos semanas, en función de la patología y evolución.

Además de en Traumatología, las ondas de choque electrohidráulicas se están aplicando con éxito también en Dermatología. En esta especialidad, su aplicación acelera la cicatrización de la piel en lesiones agudas y crónicas como las úlceras por presión, úlceras venosas y arteriales crónicas diabéticas; quemaduras así como lesiones postraumáticas y postquirúrgicas.

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