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21 December 2012

Se aprueba la Estrategia Nacional de Enfermedades Reumáticas y Musculoesqueléticas


La Estrategia de Enfermedades Reumáticas y Musculoesqueléticas del Sistema Nacional de Salud (SNS) ha sido aprobada en el Pleno del Consejo Interterritorial del SNS, tras dos años de trabajo entre más de 40 representantes de sociedades científicas, asociaciones de pacientes, delegados de comunidades autónomas (CC.AA) y técnicos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Esta iniciativa tiene el objetivo principal de mejorar la asistencia y calidad de vida de los más de 10 millones de afectados por estas dolencias en España.

“Se trata de una estrategia transversal, no centrada en patologías concretas, cuyo fin es mejorar la calidad de las intervenciones y los resultados en relación con las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas. Para ello se ha  establecido un conjunto consensuado de recomendaciones y objetivos medibles y realistas, de acuerdo a los recursos disponibles y en el ámbito de competencias de las comunidades autónomas”, explica la coordinadora del Comité Técnico, la Dra. Rosario García de Vicuña.

A partir de ahora, cada CC.AA. tendrá que implantar programas o estrategias regionales para cumplir los indicadores asociados a varios objetivos y recomendaciones. “Si bien, los verdaderos resultados en salud serán detectables a más largo plazo, probablemente tras 2 ó 3 años de su implantación”, indica la experta.

Por su parte, el vicepresidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER), el Dr. Manuel Castaño, resalta que “esta Estrategia es una muestra del elevado interés de las autoridades sanitarias en las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas, por su alta prevalencia y el enorme impacto tanto social como económico que generan. No hay que olvidar que casi uno de cada cuatro mayores de 20 años padece una de estas patologías y este porcentaje seguirá en aumento según pasen los años. Además, son enfermedades que, lejos de lo que se pueda pensar, afectan en muchas ocasiones a población en edad laboral, lo que provoca, además del impacto en la salud y en el entorno social del paciente, la pérdida de jornadas laborales y elevados recursos en bajas, etc. Por eso, estas enfermedades merecen una mayor atención y mejor abordaje en todos sus ámbitos, desde la prevención hasta el tratamiento. Y esto es lo que persigue la Estrategia Nacional”.

A su juicio, el principal beneficio es para los pacientes, ya que la Estrategia persigue, entre otros fines, la prevención, el tratamiento precoz o la mejora de la práctica clínica. “Haciendo hincapié sólo en estos puntos, ya se mejoraría la calidad de vida de los enfermos, evitando el desarrollo extremo de algunas patologías e incluso frenando su evolución en estadíos en los que los pacientes pueden mantener una vida normal como la de cualquier persona sana. Hoy por hoy, esto ya se consigue, pero es necesario homogeneizar y dotar al sistema de estándares sobre los que actuar, como está haciendo la estrategia”.

“Asimismo, esta iniciativa pretende impulsar la formación e investigación, lo que permitirá tanto una mayor capacitación de los profesionales como un avance en el desarrollo de nuevos abordajes de estas patologías, redundando ambas en un beneficio claro del paciente”, añade el Dr. Castaño.

Líneas estratégicas
Las líneas estratégicas se centran en favorecer la promoción y prevención de la salud mediante la equidad y salud en todas las políticas,; aumentar la capacitación y la autonomía de los afectados; mejorar la atención sanitaria a través de la detección y acceso precoz a los tratamientos, promoviendo la coordinación y continuidad asistencial, y mejorando la práctica clínica. Además, también se va a impulsar la gestión de la información sanitaria, la investigación y la formación.

Es clave garantizar la equidad para todo el territorio nacional, en función de las necesidades de los pacientes, teniendo en cuenta todos los determinantes sociales, incluido el nivel socioeconómico”, insiste la Dra. García de Vicuña, jefe de Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid.

Para disminuir la carga de estas enfermedades, se recomienda desarrollar actividades de promoción de la salud, con especial énfasis en la higiene postural y ergonomía; promover un estilo de vida saludable (no fumar, dieta saludable, practicar ejercicio físico, etc.); realizar campañas de información para empresarios y trabajadores; y desarrollar programas específicos de prevención de lesiones en cada etapa de la vida que integren componentes de modificación del entorno.

De cara a garantizar una mayor autonomía del paciente, el documento propone, entre otras medidas, capacitar al personal de enfermería, fisioterapia y otros agentes (terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, educadores sociales, psicólogos, asociaciones de pacientes) para el desarrollo de actividades de educación para la salud y autocuidado dirigidas a los enfermos y familiares con estas patologías.

“La gestión de la información sanitaria servirá para promover la consolidación de la historia clínica digital compartida e interoperable, y reforzar la existencia de herramientas de apoyo a la decisión clínica en formato electrónico para garantizar la calidad de la atención y la seguridad de los pacientes”, destaca la experta.

Carga de estas enfermedades
Las enfermedades reumáticas se caracterizan por su alta prevalencia en la población (más del 22% de los mayores de 20 años), su tendencia frecuente a la cronicidad y su potencial de limitar la autonomía del paciente.. Además, tienen un gran impacto en la calidad de vida y la funcionalidad de las personas que las padecen y son una causa importante de consumo de recursos sanitarios y pérdida de productividad laboral. Con el envejecimiento progresivo de la población y los cambios en los estilos de vida se prevé que estas enfermedades irán en aumento en los próximos años.

Su carácter crónico, así como el alto grado de discapacidad que pueden provocar a medio y largo plazo, hace que uno de los objetivos principales de la Estrategia sea conseguir manejar de forma temprana este tipo de enfermedades con el fin de ralentizar su curso y reducir así el nivel de discapacidad de los pacientes e incluso prevenirlo.

La Encuesta Europea de Población Activa del año 2010 mostró que cerca del 60% de los trabajadores, tanto hombres como mujeres, manifestaba haber padecido trastornos músculoesqueléticos originados por el trabajo en los últimos doce meses. En total, más de 100 millones de ciudadanos europeos padecen dolor crónico de origen musculoesquelético, y este tipo de trastornos da lugar a una proporción de la incapacidad temporal registrada más alta que cualquier otro tipo de dolencia.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades reumáticas en su conjunto suponen la primera causa de discapacidad física en el mundo occidental (de origen no mental). Dentro de estas patologías, el mayor impacto poblacional en la calidad de vida corresponde a la artritis reumatoide, la artrosis de rodilla, la lumbalgia o la fibromialgia.

Nuestro sistema sanitario se enfrenta a nuevos retos para mantener su sostenibilidad. Por eso, añade la Dra. García de Vicuña, “nunca había sido más necesaria la implantación de políticas y estrategias de efectividad reconocida que rediseñen los procesos y las tareas de los profesionales de forma integradora, involucrando al paciente y a la comunidad, para  variar nuestro sistema de provisión de cuidados y transformarlo en un auténtico sistema de atención sociosanitaria”.    

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