Ya ha salido al mercado el primer teclado fabricado con cobre antimicrobiano de mano de la firma ‘Operator Interface Technology’. Este teclado tiene el sello Cu+, lo que garantiza que su eficacia es rápida y continua para matar los agentes patógenos que se pueden depositar en las superficies de contacto y que son causantes de enfermedades por contagio.
La naturaleza del cobre es inherentemente antimicrobiana, lo que significa que de forma rápida, continua y completa mata a los patógenos que se depositan en su superficie y que causan infecciones asociadas a la salud. Esta propiedad la comparte con muchas aleaciones de uso común, incluyendo latones y bronces, que se describen colectivamente como “cobre antimicrobiano”.
En una encuesta reciente realizada a 220 profesionales de control de infecciones -llevada a cabo por la Asociación de Desarrollo del Cobre para evaluar las superficies de contacto clave para dar prioridad a la hora de aplicar cobre antimicrobiano- el 20% situó a los teclados informáticos en la lista de objetos que más riesgo tienen para la propagación de infecciones, dado que son superficies que tocamos con las manos, la parte del cuerpo que más expuesta está al contacto con patógenos causantes de infecciones.
Este nuevo teclado está en su totalidad compuesto por cobre, tanto sus teclas como la placa frontal, y es resistente al agua, lo que permite la limpieza y desinfección periódica, sin que sea necesario ningún tipo de protocolo de limpieza distinto de los habituales.
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Nuevo teclado de cobre de la empresa Operator Interface Technology
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Eficacia probada del cobre
En EEUU, financiado por el Departamento de Defensa, se ha llevado a cabo un ensayo clínico en tres centros utilizando para ello componentes de cobre antimicrobiano. Este estudio identifica a los dispositivos informáticos de entrada de datos, como una de las superficies más contaminadas en la zona de cuidados intensivos.
En el ensayo clínico, los dispositivos de entrada de datos, junto con otras superficies altamente contaminadas, fueron reemplazados por sus equivalentes de cobre antimicrobiano y se procedió a medir y comparar el grado de contaminación bacteriana de estos objetos de cobre con la acumulada en las superficies de otros materiales. El estudio dio como resultado una reducción media del 97% de la contaminación en las superficies de cobre, y también mostró una reducción mayor del 40% en el riesgo de un paciente de contraer una infección hospitalaria durante su estancia en la UCI, resultados que se obtuvieron reemplazando sólo seis superficies por otras tantas de cobre antimicrobiano.
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