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27 November 2012

INVESTIGADORES DE BIOCRUCES HALLAN UNA POSIBLE DIANA TERAPÉUTICA PARA LA LIPODISTROFIA



Descargar Las doctoras Arantza Infante y Clara Isabel Rodríguez.jpg (243,8 kB)
La celebración esta mañana de un seminario científico en el Instituto de Investigación Sanitaria BioCruces en el Hospital Universitario de Cruces (Bizkaia) ha puesto de manifiesto la identificación de una posible diana terapéutica para la lipodistrofia. El avance es el resultado de una investigación realizada por investigadores de BioCruces mediante un modelo experimental con células madre mesenquimales humanas, centrada en el estudio de las laminopatías (patologías que tienen su origen en un problema de la lámina nuclear de las células). La investigación ha sido publicada recientemente en la revista científica “Stem Cells Translational Medicine” (http://stemcellstm.alphamedpress.org/content/1/4/309).

La lipodistrofia asociada al gen LMNA se caracteriza por alteraciones en la distribución de la grasa corporal y está asociada a complicaciones metabólicas y cardiovasculares tempranas. Puede tener un origen tanto genético (debida a mutaciones hereditarias) como adquirido (debida a fármacos, prácticamente en desuso, que se emplean en la terapia contra el sida).

Los investigadores, liderados por la doctora Clara Isabel Rodríguez, jefa del Grupo de Células Madre y Terapia Celular del Instituto de Investigación Sanitaria BioCruces,  han averiguado que la acción de los inhibidores de la proteasa del VIH sobre las células mesenquimales da como resultado la acumulación de proteínas lamin A inmaduras. Éstas se asocian posteriormente de manera inadecuada con el factor de transcripción SP1, limitando la actividad de éste y contribuyendo así al desarrollo de la lipodistrofia. El conocimiento de la génesis de esta patología puede dar como resultado el considerar al factor de transcripción SP1 como una diana molecular para el desarrollo de fármacos contra la lipodistrofia.

Una línea de investigación novedosa
Dentro del seminario, la ponencia ha corrido a cargo de la doctora Arantza Infante, investigadora del Grupo de Células Madre y Terapia Celular, y coautora de este trabajo publicado recientemente en la revista científica “Stem Cells Translational Medicine”, quien ha explicado “el estudio de los mecanismos moleculares implicados en el desarrollo de laminopatías mediante un modelo experimental en células madre humanas”.

Tal y como indicó, “se conoce que las laminopatías se producen cuando se da una acumulación de proteínas lamin A inmaduras. Sin embargo no se sabía por qué dicha acumulación generaba este tipo de patologías”. Entre las laminopatías más frecuentes, la investigadora citó a la lipodistrofia, congénita o adquirida, y al síndrome de envejecimiento prematuro en niños (progeria), de origen genético.

“Con el objetivo de determinar los mecanismos moleculares que dan lugar a la lipodistrofia, nuestra línea de investigación llevaba varios años trabajando en un modelo experimental de laminopatías, concretamente de lipodistrofia, y basado en células madre mesenquimales, dado que muchos de los tejidos afectados por las laminopatías son de origen mesenquimal”.

En este sentido, “en 2007 se describió que los inhibidores de la proteasa del VIH, fármaco empleado en pacientes con sida, inhibían una enzima que se encarga de procesar correctamente la proteína lamin A madura. Esto da como resultado una acumulación de proteínas lamin A inmaduras que, a su vez, generan la lipodistrofia”.

Gracias a esta investigación llevada a cabo en el Instituto de Investigación Sanitaria BioCruces “hemos podido generar la lipodistrofia en el laboratorio aplicando los inhibidores de la proteasa a células madre mesenquimales humanas. El resultado es la acumulación de proteínas lamin A inmaduras, que, a su vez, provocan cambios en el entramado tridimensional que forma esta red de proteínas”.

“Entonces, nos planteamos la hipótesis de que esos cambios en la red tridimensional provocados por la acumulación de las proteínas lamin A inmaduras originaban interacciones no fisiológicas entre estas proteínas y determinados factores de transcripción. De esta manera, estos factores no podrían ejercer sus funciones correctamente, lo que traería como consecuencia el desarrollo de la enfermedad (en este caso, la lipodistrofia)”, comentó la investigadora de BioCruces.

De este modo, “comprobamos que la función del factor de transcripción SP1 estaba limitada por su interacción no fisiológica con la proteína inmadura lamin A acumulada. De hecho esta investigación nos ha servido para determinar el papel esencial de SP1 en la formación de adipocitos a partir de células madre mesenquimales, desconocido hasta el momento. Así la alteración en la función de este factor de transcripción contribuye al desarrollo de la lipodistrofia”.

La doctora Arantza Infante ha incidido en que este descubrimiento “puede dar como resultado la consideración del factor de transcripción SP1 como una diana molecular que pueda ser útil en el desarrollo de fármacos contra la lipodistrofia”.

Asimismo, ha valorado muy positivamente “la constatación de que el desarrollo de modelos experimentales de laboratorio empleando células madre mesenquimales humanas es una vía idónea para el estudio de enfermedades humanas como las laminopatías”.

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