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22 November 2012

El tratamiento con Fingolimod logra reducir en un 70-80% la actividad de la enfermedad en los pacientes con Esclerosis Múltiple



La Esclerosis Múltiple (EM) es la segunda causa de discapacidad más frecuente en adultos jóvenes, entre los 30 y 40 años, por detrás de los accidentes de tráfico, y su impacto sobre la calidad de vida de los pacientes es muy alto. De hecho, se estima que alrededor de la mitad de las personas con EM necesita silla de ruedas en los 20 años siguientes al inicio de la EM.
Estos son algunos de los motivos por los que los resultados en torno a la eficacia en práctica clínica habitual de Fingolimod, tras más de un año de su llegada a España, es uno de los temas que, sin duda, más atención está causando en el marco de la LXIV Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que se está celebrando esta semana en el Palau de Congress de Catalunya, en Barcelona. En este sentido, tras casi un año de práctica clínica llevada a cabo en España con esta terapia, la primera de administración oral aprobada para el tratamiento de personas con las formas recurrentes de Esclerosis Múltiple, “nuevos datos ponen de manifiesto su eficacia a largo plazo, su efecto a nivel del Sistema Nervioso Central y su seguridad, afirma el profesor Xavier Montalbán, responsable de la Unidad de Neuroinmunología del Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona. “La investigación realizada en torno al conocimiento más profundo de la Esclerosis Múltiple ha abierto en los últimos años, sin duda, una vía de esperanza para los pacientes, que pueden optar a terapias más eficaces, así como nuevas posibilidades en las estrategias terapéuticas de los neurólogos, tanto a corto como a largo plazo”.

La EM recidivante-remitente (EMRR) es una forma de EM caracterizada por brotes o recidivas con empeoramiento de la función neurológica, seguida por periodos de remisión con recuperación parcial o completa, durante los que la enfermedad permanece estable. Aproximadamente un 80% de las personas con EM presenta esta forma de enfermedad al inicio.

En relación a la eficacia de Fingolimod en la reducción de brotes, el doctor Oscar Fernández, del Instituto de Neurociencias Clínicas del Hospital Regional Universitario Carlos Haya de Málaga, destaca que “en los ensayos clínicos, fingolimod ha demostrado una eficacia muy importante, superior al 50% de reducción de la actividad clínica; no obstante, en la práctica clínica, la efectividad es mayor, alrededor de un 70-80 % en la reducción de la actividad de la enfermedad”. A este respecto, los resultados del Estudio TRANSFORMS1 a cuatro años y medio confirman la reducción del 39% de la tasa analizada de brotes en pacientes que cambian de tratamiento de interferón a Fingolimod 0,52. Asimismo, en el Estudio TRANFORMS1, el tiempo hasta el primer brote tras el cambio de interferón a Fingolimod fue dos veces superior frente al tiempo estimado para los pacientes con interferón.

“Según este Estudio, la eficacia a largo plazo de Fingolimod está demostrada, además, a los cuatro años y medio, de forma que el 59% de los pacientes se mantiene libre de brotes6”, añade el profesor Rafael Arroyo, responsable de la unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid y uno de los clínicos españoles con más experiencia en el uso de este tratamiento. Esta eficacia a largo plazo, así como los beneficios de que los pacientes sean tratados con Fingolimod de forma temprana, se ha comprobado también en el Estudio FREEDOMS. A la luz de ambos estudios, el doctor Arroyo destaca que “la aparición del primer brote se retrasa de forma significativa en el grupo que comienza el tratamiento con Fingolimod desde el principio. Asimismo, es de destacar que se da un mayor número de pacientes sin progresión de la discapacidad asociada a la Esclerosis Múltiple en los casos en los que el tratamiento es continuado”.

“Sin duda 
–añade- Fingolimod ha demostrado en práctica clínica habitual una buena eficacia y efectividad en el tratamiento de la EM recidivante-remitente, así como un buen perfil de seguridad y una excelente tolerabilidad”.
En relación a la eficacia de Fingolimod a largo plazo, el profesor Montalbán añade que “el tratamiento con Fingolimod a largo plazo, es decir, más de siete años, se asocia a una actividad sostenidamente baja de la enfermedad, evidenciada tanto por imagen por resonancia magnética (RMI) como por criterios clínicos”. En este periodo de siete años, además, este experto destaca que “la tasa de atrofia cerebral permaneció sustancialmente más baja que la notificada en otras poblaciones con EM recidivante”.
 
Efecto de Fingolimod sobre el Sistema Nervioso CentralAunque la EM es una enfermedad en que median procesos inflamatorios y neurodegenerativos, sin embargo, hasta ahora, ninguna terapia ha demostrado tener un efecto neuroprotector. Según el profesor Juan Antonio García Merino, responsable de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Servicio de Neurología del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, “sabemos que Fingolimod atraviesa la barrera hematoencefálica y que hay receptores para esfingosina-1-p (S1P) en todas las células neurales, a los que Fingolimod se une de manera específica”. A este respecto, los niveles de S1P son más elevados en los casos de EM2.
“Los datos de experimentación in vitro y en modelos animales presentados en la LXIV Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología, nos sugieren que Fingolimod juega un papel en modulación de procesos importantes que median en la neurodegeneración propia de la patología, así como en estirpes celulares relacionadas con la patogenia de la enfermedad”, explica el profesor García Merino.
En ensayos clínicos, los resultados del Estudio FREEDOMS a cuatro años ponen de  manifiesto que la reducción en la tasa de pérdida de volumen cerebral se mantiene en aquellos pacientes en los que se comenzó a utilizar Fingolimod desde el inicio del tratamiento. “Del mismo modo –explica el doctor Fernández- en el Estudio TRANSFORMS1, la pérdida de volumen cerebral en el mes número 12 fue menor en el grupo de Fingolimod que en el que se utilizaba interferón”. A este respecto, el doctor Arroyo añade que “la aportación de esta terapia al manejo de la enfermedad en relación a su efectoneuroprotector es muy importante, en el sentido de que, al disminuir la atrofia cerebral, algo que se ha demostrado a través de pruebas de laboratorio, radiológicas y clínicas, supondrá una disminución de la discapacidad ocasionada por la Esclerosis Múltiple”.
Seguridad a corto y largo plazoEn relación a la seguridad de Fingolimod, el doctor Fernández destaca que “en nuestras manos, la seguridad ha sido muy alta y permite un fácil manejo para los clínicos. Deben seguirse unas reglas de seguridad mínimas”. En este sentido, los últimos datos del Estudio FIRST, realizado con pacientes con antecedentes cardiacos, diabetes, en tratamiento con betabloqueantes, etcétera, indican que el 1,3% de los pacientes experimentó bradicardia -un enlentecimiento del pulso de entre 6 y 7 latidos por minuto- aunque sin ninguna complicación posterior.

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