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23 November 2012

El ejercicio físico a temperaturas extremas incrementa las necesidades de hidratos de carbono un 76%


 

Expertos reunidos en Santander abordarán mañana diferentes aspectos y estrategias en torno a la realización de deporte en condiciones extremas  y en cómo una correcta preparación, nutrición e hidratación resulta clave en el rendimiento de los deportistas en estos ambientes. El Simposio “Hidratación adecuada ante diferentes circunstancias” se desarrolla dentro del XIV Congreso Nacional de la Federación Española de Medicina del Deporte que se está celebrando estos días en el Palacio de la Magdalena de Santander y que será clausurado mañana.

Si la práctica de actividad física es especialmente intensa, de larga duración y además se desarrolla en condiciones ambientales de calor y humedad, la pérdida de líquido que conlleva en el organismo puede desencadenar estrés térmico, alteración de la cognición y de la función cardiovascular, aparición de fatiga y consecuentemente, un deterioro en el rendimiento físico.

Según los expertos que mañana intervendrán en Santander en el Simposio “Hidratación adecuada ante diferentes circunstancias”, en ambientes extremos de altitud, frío o calor, cuidar la alimentación y la hidratación del deportista se convierten en algo decisivo, y permite aumentar las posibilidades de que el deportista cumpla su objetivo con éxito. Según la  Dra. Nieves Palacios, Jefe de Servicio de Medicina, Endocrinología y Nutrición del Centro de Medicina del Deporte del Consejo Superior de Deportes, y moderadora del encuentro, “la altitud disminuye el apetito y la ingesta de alimentos baja pese a que las necesidades metabólicas aumentan, y hace que descienda el agua intra y extra celular y del volumen plasmático, provocando una pérdida de peso de entre 1 y 2 kilogramos, por lo que es necesario beber suficiente líquido para evitar la deshidratación del deportista”.

Pese a que los deportistas deben hidratarse mediante distintos tipos de líquidos, han de prestar especial atención a aquellos que aporten la cantidad necesaria de hidratos de carbono y Sodio, el electrolito que más se pierde durante la sudoración y fundamental para mantener el equilibrio de los fluidos celulares. Para la Prof. Dra. Juana Morillas, de la Facultad Ciencias de la Salud y Actividad Física de la Universidad Católica San Antonio, además del agua, “bebidas con esta composición son recomendables para todas aquellas actividades deportivas de duración superior a una hora”.

Cuando el ejercicio físico es prolongado es conveniente incluir hidratos de carbono en la bebida, ya que los dos hechos demostrados científicamente que más contribuyen a la aparición de fatiga son la disminución en el organismo de hidratos de carbono y la aparición de deshidratación debido a la pérdida de agua y electrolitos a través del sudor.  A este respecto, la Dra. Raquel Blasco, especialista en Medicina Interna del Centro Regional de Medicina Deportiva de Castilla y León (Valladolid), apunta que la fórmula de la bebida debe incluir hidratos de carbono y electrolitos en cantidad suficiente para promover las respuestas fisiológicas que mejoren el rendimiento del deportista y contrarrestar la sensación de fatiga.

“El ejercicio físico a temperaturas extremas incrementa las necesidades de hidratos de carbono un 76%. La eficacia de la bebida dependerá en gran parte de la cantidad y tipo de hidratos de carbono que contenga, ya que éstos favorecen el vaciamiento digestivo y mejoran la absorción de electrolitos en el intestino delgado. Se recomienda una mezcla de diferentes hidratos de carbono en las bebidas a una concentración de 60-70g/L (6-7%)”.

En cuanto a los electrolitos, la experta explica que “en el estrés térmico la pérdida de electrolitos es un 30% más alta que en basal, incluso en individuos adaptados”. Los electrolitos juegan un papel clave al prevenir la caída de la osmolaridad por debajo del umbral de la sed.

Para esta especialista una correcta reposición de líquidos y electrolitos dependerá fundamentalmente de que el deportista aprenda desde el entrenamiento a hidratarse correctamente; de que la ingesta de líquidos se realice en pequeñas cantidades y así evitar que las pérdidas por sudor sean superiores a la capacidad máxima de vaciamiento digestivo; y de la formulación y composición de la bebida que ingiera el deportista.

Aproximadamente el 70% del peso de nuestros músculos es agua (mientras en el tejido graso hablamos de un 20-25%), y en el caso de los deportistas, al poseer mayor masa muscular, aún tienen un porcentaje mayor de agua en el organismo. Para conservar la salud y bienestar debe mantenerse un equilibrio hídrico entre el volumen de líquido ingerido y el excretado por el organismo, que en la práctica deportiva aumenta notablemente y hay que reponer. “El deportista libera la mayor parte de la energía de  su esfuerzo en forma de calor, y su organismo recurre a la sudoración para evitar que la temperatura corporal aumente y tenga consecuencias negativas. De esta forma se ‘enfría’ el cuerpo, pero se provoca una importante pérdida de líquidos”, apunta la Dra. Palacios.

En relación a cómo el ejercicio físico intenso puede producir una situación de gran estrés, tanto a nivel muscular como sistémico, lo que desencadena una respuesta del organismo a diferentes niveles, la  Prof. Dra. Morillas considera que “el estrés oxidativo inducido por el ejercicio físico es directamente proporcional a la intensidad del mismo. Los antioxidantes pueden ser movilizados desde el organismo para combatir esta situación”. 


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