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15 October 2012

Los expertos apuestan por nuevos fármacos para el tratamiento de la cardiopatía isquémica crónica a medio plazo

En el marco del Master Course ESH “Medicina Cardiovascular 2013”, organizado por Área Científica Menarini en Barcelona, 24 referentes nacionales e internacionales de esta especialidad han expuesto las principales actualizaciones en materia de cardiopatía isquémica crónica, arterioesclerosis, insuficiencia cardíaca e hipertensión arterial. El Auditori AXA, sede del simposio, ha acogido durante dos días a más de 200 especialistas de toda España y Europa, quienes han coincidido en señalar que en los próximos años habrá un cambio de rumbo en el tratamiento farmacológico de la cardiopatía isquémica y han incidido en la necesidad de una mayor concienciación entre médicos y pacientes sobre los factores de riesgo. 


Coordinado por el Dr. Antonio Coca, Director del ICMiD del Hospital Clínic de Barcelona y miembro de la junta directiva de la Sociedad Europea de Hipertensión, el curso ha contado con la participación, entre otros, del Dr. José Luis López-Sendón, del Hospital La Paz de Madrid, el Dr. Josep Redón, del Hospital Clínic de Valencia, la Dra. Lina Badimón, del Hospital Sant Pau de Barcelona, y el Dr. Pedro Conthe, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.  Además, en esta edición han participado ponentes internacionales referentes en distintas áreas del simposio. 



Según el Dr. Antonio Coca, “la organización de este encuentro tiene como objetivo la actualización y puesta al día de los aspectos más relevantes en Medicina Cardiovascular: hipertensión arterial, lípidos, arterioesclerosis, cardiopatías isquémicas e insuficiencia cardíaca, entre otros. Hemos primado la calidad de los trabajos de ponentes de máxima relevancia internacional, cuyos contenidos están dirigidos a la mejora de la práctica clínica”. El coordinador del Master Course ha destacado asimismo “la próxima publicación, en junio de 2013, de la nueva guía ESH/ESC de hipertensión 2013, que supondrá la actualización de la presentada en 2007, con la aportación de importantes novedades y recomendaciones”.

La cardiopatía isquémica crónica implica un abordaje global

Uno de los principales temas tratados en el simposio ha sido la necesidad de abordar la cardiopatía isquémica crónica de forma global: “durante mucho tiempo se ha enfrentado el tratamiento médico a la revascularización miocárdica. Sin embargo, ese debate no tiene sentido, pues este tipo de patologías requiere una sinergia entre ambos, ya que son imprescindibles en un correcto tratamiento”, afirma el Dr. José Luis López-Sendón.

Cada vez resulta más necesario destacar la importancia del papel activo del paciente, pues en él recae la responsabilidad de realizar cambios en los hábitos diarios como prevención del desarrollo de factores de riesgo. Por ello, el Dr. López-Sendón insiste en que la labor educativa y de concienciación a través de la rehabilitación cardíaca “es imprescindible para que el paciente actúe en consecuencia. Sin embargo, y a pesar de que disponemos de la información adecuada para evitar los factores de riesgo, no parece estar haciendo mella en la mayor parte de la población, ya que no se abandonan hábitos como el tabaco, no se cuida la dieta ni se practica más ejercicio físico y no se controlan de forma correcta otros factores como la tensión arterial y el colesterol. Necesitamos un cambio de mentalidad para actuar sobre nuestro estilo de vida: sin él, no es posible una completa rehabilitación”.

Ranolazina, nuevo tratamiento a medio plazo

En los últimos 20 años, el tratamiento médico de la isquemia miocárdica ha experimentado cambios importantes: “hoy el médico tiene un papel muy importante a la hora de proporcionar pautas relacionadas con hábitos, como la práctica de ejercicio, y consejos nutricionales, y la receta de aspirinas es algo común. Esto no sucedía hace dos décadas, por lo que es lógico que hayamos evolucionado asimismo en materia de tratamientos”, afirma el Dr. López-Sendón.

Por ello, los fármacos betabloqueantes darán paso, en los próximos años, a nuevos tratamientos como la ranolazina. Hoy los bloqueadores beta se siguen considerando de primera elección, especialmente en pacientes con infarto de miocadio previo o mala función ventricular. Según el Dr. López-Sendón, “estos fármacos reducen los episodios de angina, mejoran la capacidad funcional y, en pacientes con insuficiencia cardíaca, reducen la mortalidad”.

“Los resultados de diversos estudios justifican la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento de la ranolazina para el tratamiento de la cardiopatía isquémica. La ranolazina posee un efecto antiisquémico tanto en pacientes que reciben tratamiento médico como terapia de revascularización, al disminuir la isquemia y aumentar la capacidad funcional en casos de angina crónica estable”

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