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07 August 2012

La quiropráctica se abre camino en España


La quiropráctica, considerada la tercera profesión sanitaria en atención primaria, junto a medicina y odontología, se abre camino en España. Aunque todavía es una profesión muy desconocida en nuestro país se acaba de dar un salto cualitativo muy importante al lograr la primera promoción española de titulados superiores en quiropráctica.

Veintiocho jóvenes, tras cinco años de estudios, han obtenido el título de quiropráctica en el centro creado en 2007 en el Real Colegio Universitario Escorial-María Cristina, en Madrid. Es el primer paso para regularizar esta profesión en España, el único país europeo junto con Grecia que no tiene reconocida la quiropráctica.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la quiropráctica como una profesión sanitaria que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de los trastornos mecánicos del sistema musculoesquelético, y de los efectos de estos sobre la función del sistema nervioso y la salud en general. El quiropráctico trata de corregir, mediante precisos ajustes vertebrales, estos desplazamientos de las vértebras (complejo de subluxación vertebral) trabajando con la columna, corrigiendo su posición, restituyendo su movilidad y evitando la irritación del sistema nervioso.

Explicado de manera más sencilla, sabemos que el cerebro controla todas las funciones del organismo a través de una extensa red de comunicación, el sistema nervioso, que cubre todo el organismo. Todos los procesos –como el latido del corazón o la respiración– se controlan por impulsos nerviosos, permitiendo que el cuerpo funcione correctamente y mantenga su estado natural de salud. Cuando hay un cortocircuito o la señal nerviosa no llega correctamente la respuesta es la aparición de trastornos. La quiropráctica trabaja en el cuidado de la estructura que protege la red central de distribución de los impulsos nerviosos, la columna vertebral, para que la infinidad de redes nerviosas que desde ella llegan a todos los rincones del cuerpo lo hagan correctamente, manteniendo así un correcto funcionamiento que se traduce en salud. O dicho de otro modo, la quiropráctica tiene por objeto el restablecimiento y mantenimiento de la salud atendiendo a la íntima relación que existe entre las articulaciones, los músculos y el sistema nervioso, corrigiendo las alteraciones neuro-músculo-esqueléticas y los efectos que esas alteraciones producen en la salud. Es por ello por lo que el tratamiento quiropráctico está basado no solo en la ortopedia, sino también en la neurología.

La inadecuada posición de las vértebras puede provocar la irritación, compresión o pinzamiento de los nervios que emanan desde la médula espinal a través de los orificios vertebrales, o el sistema nervioso autónomo, impidiendo y/o alterando la transmisión de esa información. Por ello, una vértebra que se halla en una posición incorrecta puede ocasionar problemas mecánicos en la columna (lumbalgias, cervialgias, pinzamientos, hernias discales...), pero también puede incidir sobre el funcionamiento de los nervios, ocasionando problemas orgánicos o trastornos funcionales (migrañas, vértigos, parestesias, alergias, otitis, asma, trastornos respiratorios, ginecológicos o digestivos...).

La quiropráctica se basa en la premisa de que el óptimo funcionamiento del organismo (órganos, tejidos, sistema inmunológico, capacidad de respuesta y adaptación a los estímulos externos...) precisa del correcto funcionamiento del sistema nervioso, y éste depende, entre otras cosas, de una columna vertebral sana. La gran diferencia de esta profesión, frente al resto de profesiones sanitarias, es que la quiropráctica prescinde en su tratamiento de la farmacología y de la cirugía, enfatizando esa capacidad de autocuración del organismo.

Titulación superior

El Título Superior Universitario en Quiropráctica es un título propio del Real Centro Universitario, sin carácter oficial todavía, aunque cumple con las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior, y capacita para el ejercicio de la profesión quiropráctica en Europa y en el mundo. Actualmente el título escurialense está en proceso de ser reconocido por el Consejo Europeo de Educación Quiropráctica (European Council on Chiropractic Education, ECCE). Este consejo acreditativo asegura la uniformidad y la calidad de la educación quiropráctica, mediante la homologación del plan de estudios, el control del número de créditos y de las asignaturas teórico-prácticas impartidas.

El Real Centro Universitario Escorial-María Cristina imparte, desde octubre de 2007, el Título Superior Universitario en Quiropráctica en colaboración con la Asociación Española de Quiropráctica (AEQ), formando parte esta última de la Unión Europea de Quiroprácticos (ECU); y en asociación con el Colegio Universitario Angloeuropeo de Quiropráctica (Anglo European College of Chiropractic), de Bournemouth (Reino Unido), que imparte la enseñanza de Quiropráctica desde 1965.

Para completar su formación práctica el RCU Escorial-María Cristina cuenta con un centro quiropráctico universitario abierto al público en el que los alumnos pueden perfeccionar su aprendizaje.

Eficacia comprobada

Según explica Ricardo Fujikawa, Director de Estudios de Quiropráctica en el Real Centro Universitario Escorial-María Cristina, los pacientes quiroprácticos acuden en un 80% de los casos por problemas musculoesqueléticos de la columna, un 10% por jaquecas, migrañas y mareos, y otro 10% por trastornos orgánicos con causa en la alteración de la función neurológica. A estos se suma un número creciente de personas que acuden al quiropráctico regularmente como terapia preventiva de salud.

“Según la Organización Mundial de la Salud –explica Fujikawa– una de cada cuatro personas ha tenido, tiene o tendrá problemas de espalda. Y son mayoritariamente trabajadores en activo, muchos de los cuales solo pueden acceder a tratamientos a través del sistema público de salud. Por eso soy partidario de que la quiropráctica forme parte del sistema público, para que todos puedan beneficiarse de ella. En Canadá, donde la quiropráctica tiene una larga tradición, forma parte de las prestaciones de la Seguridad Social. Y es por una cuestión técnica y económica: coste/beneficio. Han comprobado que las personas con bajas laborales por dolores de espalda que seguían un tratamiento médico alopático normal tardaban dos o tres semanas en reincorporarse al trabajo y cuando eran tratados mediante quiropráctica se incorporaban antes al trabajo”.

“La quiropráctica no actúa sobre una dolencia determinada. Lo que hace es verificar y analizar la columna vertebral, y detectar donde hay problemas que interfieren con las funciones controladoras del sistema nervioso. Sabemos que la médula espinal es de donde salen las ramificaciones nerviosas que controlan cada órgano. El enfoque quiropráctico se centra en promover la mejora de las funciones de la columna. Tras los ajustes quiroprácticos vemos como mejora la calidad de vida del paciente”.

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