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02 July 2012

La Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp) recomienda una exposición responsable y moderada al sol

Con la llegada del verano, las horas de luz solar son más prolongadas, las temperaturas comienzan a ascender y la exposición al sol se hace más frecuente. Por ello, la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp) recomienda una exposición al sol responsable, de manera que podamos disfrutar de sus beneficios sin sufrir sus efectos nocivos.

El sol desempeña un papel importante en la salud del ser humano cuando se toma en las dosis adecuadas. Aporta beneficios como el fortalecimiento de huesos y dientes, mejora el aspecto de la piel, estimula la inmunidad, produciéndose menos catarros, y también aumenta la sensación de bienestar. Sin embargo, los excesos pueden acarrearnos consecuencias en forma de quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel e incluso tumores cutáneos.

Pese a la creciente concienciación que existe en torno a la importancia de una correcta protección solar, la incidencia del cáncer de piel aumenta cada año y se diagnostican nuevos casos de melanoma, la forma más agresiva de este tipo de tumores.

Por este motivo, toda medida para proteger la piel del sol es poca. "La población cada vez tiene más información y está más concienciada sobre los efectos negativos que conlleva una inadecuada exposición al sol", señala Rafael García Gutiérrez, director de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp). Muestra de ello son los datos ofrecidos por la consultora IMS Health, que cifra en algo más de 7 millones las unidades de protectores solares que se vendieron en las farmacias españolas durante 2011, siendo junio el mes en el que se registró un mayor número de ventas de estos productos, seguido de julio, abril y mayo. De los siete millones de protectores vendidos, casi seis millones fueron destinados a adultos y algo más de un millón a niños.

Medidas de protección

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y, a la vez, es el que se encuentra más expuesto a los agentes externos. Por ello cobra gran importancia protegerla y cuidarla de los efectos nocivos del sol. Aunque sea en verano cuando la piel se encuentra más expuesta y requiere más cuidados, es también imprescindible protegerla durante el invierno o los días nublados.

A la piel llegan dos tipos de radiaciones solares: los rayos infrarrojos y los ultravioleta. Estos últimos son los causantes de las alteraciones visibles en la piel y los que la predisponen a la aparición de tumores cutáneos. Para defenderse de ellos, el organismo produce de forma natural un pigmento protector llamado melanina, el cual varía dependiendo del color de la piel y con la edad, pues se va produciendo en menor cantidad. Así, las personas de piel más oscura poseen melanina en mayor cantidad y por eso se encuentran más protegidas.

De esta forma, el color de la piel es importante para determinar la protección que se debe de utilizar, como también lo es el color de los ojos o del pelo. A través de la escala de fototipos que cataloga la piel en función de sus características y de la propensión a sufrir quemaduras, se puede conocer cada tipo de piel para adecuarla a una correcta protección frente al sol. Estos fototipos van desde el I, en el que quedan incluidas las personas de piel muy blanca y que se queman con mucha facilidad, hasta el VI, que hace referencia a las personas de color, que no se queman. Una vez identificado el perfil de nuestra piel, debemos elegir el fotoprotector más adecuado para ella, con el fin de aumentar la capacidad de defensa frente al sol. "Un buen fotoprotector tiene que ser resistente al sudor y al agua y no debe causar irritación", explica Rafael García Gutiérrez, director de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp).

La memoria de la piel

Pero, dependiendo de la intensidad de la radiación UV de los rayos solares, la que produce las lesiones importantes en la piel, se debe precisar más la protección. Esta radiación es más o menos dañina dependiendo de distintos factores como la altura del sol, la nubosidad o el ozono. Así, en zonas de montaña, o cuando el sol está más alto, los efectos nocivos de la radiación solar se ven potenciados. "También, hay que tener especial cuidado con la incidencia de la luz sobre la arena, el agua o la nieve, y no olvidar que en un día nuboso, el 80 o 90% de los rayos UV sigue traspasando las nubes", añade García Gutiérrez.

La piel tiene memoria y los efectos de la radiación solar son acumulativos e irreversibles. Por eso hay que priorizar el cuidado de la piel frente al bronceado, y hay que usar cremas protectoras de manera correcta. "Una exposición prolongada y sin la debida protección puede generarnos más problemas de salud que beneficios", señala Rafael García Gutiérrez. Por eso el uso correcto de las cremas solares se hace fundamental. Hay que extenderla abundantemente por las zonas que quedan expuestas al sol, y no dejar de lado las zonas más olvidadas como orejas, párpados o cuello.

Especial cuidado deben tener los grupos de población más sensibles a los efectos del sol como son los niños, embarazadas y ancianos, concienciando desde las edades más tempranas de los efectos irreversibles de las malas prácticas bajo el sol. "La protección solar debe aplicarse periódicamente y de forma generosa, teniendo especial cuidado en los niños, aunque se encuentren bajo una sombrilla", añade García Gutiérrez. Pero además de la piel, otras zonas del cuerpo pueden verse resentidas, por lo que es necesario el uso de gafas homologadas para no dañar la vista, proteger la cabeza con gorras y viseras, e intentar cobijarse en la sombra de forma frecuente.

Además, desde anefp se recuerdan algunos consejos básicos a tener en cuenta para disfrutar del sol sin complicaciones:

- No tomar el sol entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde

- No llevar ropa que deje zonas amplias de la piel al decubierto

- No utilizar perfumes y lociones con alcohol, ya que favorecen la irritación de la piel

- Sí aplicar el protector solar media hora antes de exponerse al sol, renovarlo cada dos horas o después de cada baño y cubrir la superficie corporal expuesta

- Sí utilizar protectores labiales para evitar quemaduras, deshidratación y sequedad

- Sí hidratar la piel después de tomar el sol y beber líquidos para reponer las pérdidas de agua y sales minerales

- Sí utilizar gafas de sol homologadas, incluso en niños, con suficientes garantías de calidad y seguridad

No hay que temer a las radiaciones del sol, sino mantener una actitud responsable y consciente que permitirá que la época estival pueda disfrutarse en plenitud. El sol estará presente una larga temporada brillando con fuerza, por lo que la vida al aire libre aportará beneficios importantes para la salud, aumentando el bienestar personal, siempre y cuando la exposición sea de una manera moderada.

La Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp), trabaja para mejorar la salud y la calidad de vida de los ciudadanos y para promover el autocuidado responsable de la salud como instrumento idóneo para hacer frente a los problemas de salud leves y transitorios. Esta asociación, creada en 1978, agrupa a las compañías farmacéuticas que fabrican y comercializan medicamentos sin receta, así como un gran número de empresas del sector de la fitoterapia, la homeopatía, la cosmética y los complementos alimenticios.

**Emisor: Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp)

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