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31 July 2012

Controlar la diabetes también en verano previene problemas del corazón, el riñón o la vista

La campaña esDIABETES, TÓMATELA EN SERIO recomienda unos hábitos de vida saludable para disfrutar de la época estival sin olvidar el cuidado de la diabetes.

La diabetes no tiene por qué suponer un inconveniente a la hora de disfrutar de las actividades habituales del verano como viajar, ir a la playa, pasear o practicar deporte al aire libre. Sin embargo, aunque se puedan modificar ligeramente, es importante no abandonar las pautas del tratamiento seguidas durante el año para que la época estival finalice con un buen control de la enfermedad.

Mantener la diabetes controlada también en verano es una garantía para evitar o retrasar la aparición de sus complicaciones, como la nefropatía diabética, que se estima que afecta hasta el 35% de la población con diabetes tipo 2 en España; las enfermedades cardiovasculares, que constituyen la principal causa de mortalidad asociada a la patología y son responsables del 65-75% de los casos; o la retinopatía diabética, una de las principales causas de ceguera que tiene una prevalencia del 40%.

Estas son las recomendaciones de la campaña esDIABETES, TÓMATELA EN SERIO para que las personas con diabetes puedan aprovechar la época estival manteniendo unos hábitos de vida saludable.

Sí a disfrutar de la comida, pero con control

La alimentación y la práctica de ejercicio suelen ser los primeros hábitos afectados por la relajación de los horarios debido a que se multiplican los compromisos sociales, se come más fuera de casa o se practica un tipo de ocio más sedentario. El control de la alimentación es recomendable para toda la población pero fundamental para las personas con diabetes. Esto no significa que no puedan disfrutar de los placeres de la comida, pero sí controlar las cantidades y tipos de alimentos para optimizar los niveles de glucosa en sangre (glucemia).

“Subir unos dos kilos de peso puede ser frecuente para algunos pacientes en esta época del año. Algunas personas relajan y modifican parte de sus pautas de tratamiento, por ello pueden volver con unos niveles de glucemia más alterados”, señala Mercedes Galindo, Enfermera educadora en diabetes del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), Profesora de la Escuela a de Enfermería de la Universidad Complutense y miembro de la Junta Directiva de SED. “Por el contrario – continúa- otras personas controlan mejor su diabetes en verano por tener más tiempo para cuidar la alimentación y practicar ejercicio”.

Los alimentos que deben controlarse en mayor medida son los ricos en carbohidratos (farináceos, pasta, sémola, harina, patatas, guisantes, habas, legumbres, arroz, pan, tostadas, cereales, bebidas azucaradas, zumos fruta y leche), ya que tienen un efecto directo sobre la glucemia4. Aun así, “los hidratos de carbono deben mantenerse en la dieta de la persona con esta patología. Según la Asociación Americana de Diabetes, las personas con diabetes no deberían consumir menos de 13 raciones de carbohidratos al día (unos 130 gr./día) que deben repartirse en las 4/5 comidas diarias”, señala Galindo.

La recomendación de la enfermera experta en diabetes es no privarse de estos alimentos, pero sí compensarlos durante las comidas: “al mediodía, por ejemplo, se puede preparar un primer plato más contundente introduciendo pasta, arroz o legumbres, como alubias o lentejas. Estas últimas no es recomendable prepararlas habitualmente con abundante grasa saturada (chorizo, morcilla, tocino etc.) y cocinarlas con verduras y en esta época pueden resultar agradables tomarlas frías, en ensaladas. El segundo plato será más ligero. El pan, la fruta o la patata se pueden utilizar como comodín en los casos en que el plato tenga menos cantidad de carbohidratos de los necesarios”.

Hidratación y actividad física

El calor y la humedad pueden provocar una vasodilatacion y por tanto la absorción de la glucosa también puede variar. Los niveles elevados de glucosa en la sangre pueden conducir a un aumento de necesidad de orinar, de la sed etc. Por ello, es necesario beber mas agua para evitar la deshidratación. Sudoración, debilidad, temblores y sensación de cansancio son algunos síntomas de hipoglucemia que deberán tenerse en cuenta.

La intensidad de la actividad física deberá adaptarse a las condiciones de la época estival, y beber agua de manera constante es una garantía para mantenerse hidratado. También deberán controlarse los niveles de glucemia tanto antes como después del ejercicio para evitar hipoglucemia, y “tomar previamente carbohidratos en mayor o menor cantidad dependiendo de la intensidad y duración del ejercicio (una pieza de fruta, un yogur o un pequeño bocadillo para compensar los niveles de glucosa, si éstos están próximos a los 70 mg/dl. También puede complementarse la ingesta de agua con algún zumo natural, teniendo en cuenta que contienen fructosa y que harán subir la glucemia”, aconseja Galindo.

La salud de los pies

Para aquellas personas con diabetes que además tengan problemas vasculares o pie de riesgo, el cuidado de esta extremidad también toma protagonismo durante el verano. En general, se recomienda utilizar calzado cerrado y cómodo. Las sandalias, que dejan los dedos y los talones al aire, no son una buena opción ya que es mas fácil rozarse con alguna piedra u obstáculo del camino que provoque una herida en las extremidades inferiores. “Los problemas neurológicos y vasculares provocan la pérdida de sensibilidad en los pies y, si se produce alguna herida que no se identifique a tiempo por no sentir dolor, puede derivar en una infección”, apunta la enfermera. Por ello, es conveniente revisar al final del día si se tiene alguna lesión con el objetivo de poder tratarla a tiempo.

Fármacos protegidos de temperaturas extremas

Las recomendaciones de Mercedes Galindo también se centran en el transporte de los medicamentos. Si se tiene pensado ir de viaje, siempre hay que llevar más fármacos de los necesarios. Sea cual sea el medio de transporte, es aconsejable llevar las medicinas, los instrumentos de medición de la glucemia capilar y las tiras reactivas en el equipaje de mano, para evitar perdidas y, en el caso de la insulina, hay que controlar la temperatura a la que está expuesta, aunque no es necesario transportarla en nevera si no se va a someter a frío o calor extremos.

Es aconsejable también llevar siempre alimentos o bebidas ricas en azúcares (zumo, azúcar, etc.) para poder tratar una hipoglucemia en caso que se produzca, o para poder improvisar o sustituir una comida (tostadas, galletas, fruta, etc.) y evitar, así, saltarse los horarios habituales.


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