En
la madrugada del próximo domingo 25 de marzo, nuestros relojes deberán adaptarse
un año más al cambio de horario estacional de primavera y verano.
En esta ocasión, cuando sean las 3:00 de la mañana, deberemos adelantar las
agujas horarias hasta colocarlas en posición de las 4:00 am. Esta acción, que
aparentemente se reduce a una sencilla práctica de reajuste temporal y ahorro de
energía, puede producir también ciertas alteraciones en el
sueño.
Aunque
los efectos que el cambio de hora pueden tener sobre nuestro organismo son leves
y transitorios en la población sana, los expertos insisten en que deben ser
tenidos en cuenta, sobre todo, en niños y personas mayores, ya que son más
sensibles a los cambios de hábitos. Y es que, durante los tres o cuatro primeros días de
adaptación a las nuevas pautas horarias y lumínicas, suelen ser habituales
sensaciones de cansancio, astenia, desorientación, dificultad para ir a dormir y
levantarse con el nuevo horario y somnolencia diurna, entre otros. Todas ellas
consecuencia de la alteración de nuestro reloj circadiano.
Esto
se debe, fundamentalmente, a que es necesario adelantar una hora nuestro reloj
biológico para compensar la pérdida de una hora ocasionada por el cambio
horario. Este proceso es mucho más lento y complicado tras el cambio horario de
primavera que tras el de otoño. A ello, hay que añadir, en algunas personas, las
alteraciones en el metabolismo y estado de ánimo asociadas a la entrada de la
primavera (astenia primaveral). Estas parecen estar relacionadas con el aumento
de la temperatura y de la intensidad y duración de la exposición a la luz
ambiental.
Para
contrarrestar estos efectos, la Sociedad Española de Sueño
aconseja:
-Tratar
de levantarse desde el primer día con el nuevo horario. Así le resultará más
fácil adelantar el horario para ir a dormir en los días
siguientes.
-Evitar
totalmente, o acortar el tiempo que dedica a la siesta en los 3-4 días
posteriores al cambio horario. De este modo sentirá sueño
antes.
-Cambiar
cuanto antes sus horarios de comidas para adecuarlos al nuevo
horario.
-Evitar
la ingestión de cafeína y alcohol durante la
tarde-noche.
-Exponerse
a la luz natural y realizar ejercicio físico a primera hora de la mañana. Con
ello favorecerá un rápido ajuste de su reloj.
-Evitar
la exposición a luz brillante y la realización de actividades físicas o mentales
intensas al menos dos horas antes de su nuevo horario de acostarse.
-Dormir
en oscuridad y con temperatura de la habitación fresca.
-Dormir
entre 6 y 8 horas.
La
falta de sueño o no disfrutar de un descanso nocturno de calidad puede llegar a
tener consecuencias muy negativas en nuestra salud física e
intelectual.
Dormir bien permite mantener adecuadamente nuestra actividad diaria y, en
definitiva, llevar un estilo de vida saludable.
No comments:
Post a Comment