Los científicos de la XXV campaña en la Antártida estudiarán los efectos antitumorales de la naturaleza austral

¿Pueden las estrellas de mar de la Antártida curar el cáncer? ¿Qué lecciones vulcanológicas podemos extraer de Isla Decepción para casos como El Hierro? ¿Qué hay del cambio climático? Estas serán algunas de las preguntas que hasta el próximo mes de abril tratarán de responderse los 150 investigadores y técnicos militares y civiles que integran la Campaña Antártica Española 2011-2012, que cumple su XXV edición.
Entre los proyectos que desarrollarán los investigadores destaca el «Actiquim-II», que establecerá el potencial farmacológico de determinados compuestos antitumorales. Desarrollado por la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, tiene entre los objetivos «describir nuevos productos naturales y evaluar su actividad antitumoral y antiinflamatoria a partir de muestras tomadas mediante buceo en los alrededores de las dos bases españolas», explica Margarita Yela, del área de investigación polar del Ministerio de Ciencia e Innovación que, con el apoyo de Defensa, destina este año siete millones de euros a la Campaña Antártica, que involucrará en 16 proyectos a 20 instituciones científicas.
«Si los productos naturales de la Antártida tienen ese papel antitumoral habrá que tratar de sintetizarlos para poder utilizarlos», explica Yela.
La apertura de las bases antárticas españolas «Juan Carlos I» y «Gabriel de Castilla» ha supuesto todo un desafío logístico y de coordinación para transportar a la Antártida unas 20 toneladas de material científico y 40 toneladas de material técnico para renovar y mejorar las instalaciones.

-Experiencias en El Hierro
«Para nosotros es un orgullo colaborar con los científicos para que España sea más reconocida en el mundo de la investigación», comenta el jefe de división de Operaciones del Ejército de Tierra, general de brigada Fernando Alejandre. La Armada participa también en la campaña con los buques de investigación oceanográfica «Hespérides» y Las Palmas».
Serán cuatro meses aislados, a 13.000 kilómetros de España, en un entorno con sensaciones térmicas por debajo de -30ºC, un escenario ideal para lo que en el argot militar se conoce como «lecciones aprendidas» trasladables también al ámbito civil. De este modo se avanzará en campos, como el de la vulcanología y sismología, un ámbito que ya exploraron los investigadores españoles que se encuentran actualmente en la isla de El Hierro, siguiendo la evolución de los acontecimientos que allí se están produciendo.
El cambio climático y su impacto sobre los ecosistemas, la oceanografía o el impacto de la actividad humana en el continente antártico serán otros campos de actuación de la presente campaña.

**Publicado en "ABC"