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15 November 2011

El 30% de los hombres que consume más de 10 fármacos sufre disfunción eréctil

Cuantos más fármacos consuma un hombre, mayor será su riesgo de padecer disfunción eréctil. Acudir a la consulta del médico para revisar su medicación puede mejorar el problema, ya que es posible que tome medicamentos que ya no le hacen falta, que estén duplicados o que aporten más efectos secundarios que beneficios.
La edad, la obesidad, el tabaco, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes son algunos de los principales factores que aumentan el riesgo de impotencia. Según un estudio que recoge la última edición de la revista 'British Journal of Urology International', a esta lista hay que añadir el consumo de múltiples fármacos.
Un equipo de investigadores del Centro Médico Kaiser Permanente de Los Ángeles (Estados Unidos) ha analizado los datos de más de 37.000 hombres de entre 45 y 69 años y ha comprobado que el 16% de los que toman hasta dos fármacos al día sufre disfunción eréctil moderada, porcentaje que asciende a casi el 20% de quienes consumen de tres a cinco medicamentos, al 25% de los que ingieren entre seis y nueve y, por último, se acerca al 31% de aquellos que toman más de 10 productos cada día.
Los autores del estudio señalan que los fármacos más asociados a la impotencia son los antihipertensivos y determinados productos destinados a tratar problemas mentales como la depresión. Asimismo, la potencia sexual se ve mermada con todos los fármacos que interfieren en la función de la hormona testosterona.
Además de revisar la medicación para evaluar qué fármacos son prescindibles, los autores del estudio proponen el fomento de "cambios en el estilo de vida, como modificar la dieta, hacer ejercicio regular y no fumar, lo que puede ayudar a controlar la hipertensión, la diabetes y el estrés y reducir el riesgo de disfunción eréctil. Los médicos pueden aprovechar para hablar con sus pacientes sobre los riesgos asociados a la impotencia y los problemas de salud que hacen necesario consumir múltiples fármacos".
El especialista español Ignacio Moncada, coordinador del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología, confirma que el fomento de hábitos saludables es el primer paso para combatir el problema. "Si a pesar de eso no mejora la función sexual, habrá que ver qué tratamiento se aplica".
Asimismo, Moncada cree necesario un uso racional de los medicamentos en personas con enfermedades crónicas. Una evaluación cuidadosa puede reducir significativamente el número de productos que consume una persona. "Hay medicaciones que se ponen pero luego nadie las quita cuando ya no son indispensables", reconoce.
"A veces me llegan pacientes que podrían tratarse con fármacos específicos para la impotencia, pero existe una incompatibilidad con los parches de nitroglicerina que están usando", comenta el urólogo. "La mayoría de las veces se los pusieron después de una angina de pecho, pero ya no son necesarios. Les digo que pregunten a su cardiólogo y la mayoría de las veces éste les confirma que pueden dejar de utilizarlos".
No obstante, no siempre se pueden dejar de tomar los medicamentos prescritos. Al fin y al cabo, los hombres con impotencia suelen ser aquellos con una salud más precaria, que son precisamente los que necesitan más medicación. "A veces no es posible saber si lo que causa la disfunción eréctil es el fármaco o la enfermedad", asegura Moncada. Así, los productos para la hipertensión causan impotencia, pero esta patología también es, por sí sola, una de las principales causas del problema sexual.

**Publicado en "EL MUNDO"

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