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02 October 2011

Cómo controlar el estrés digestivo

El estilo de vida actual en el que las prisas y los nervios están a la orden del día ha propiciado que muchas personas hayan padecido, en algún momento de su vida, alteraciones digestivas. Lo que popularmente se conoce como «tener un nudo en el estómago» supone el caballo de batalla de miles de personas a las que las tensiones se reflejan en forma de un trastorno conocido como estrés digestivo. Aunque esta situación no reviste gravedad, si se repite con frecuencia puede mermar la calidad de vida de los afectados.
Para el doctor Emilio Jesús De la Morena Madrigal, jefe de Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Sanitas La Zarzuela en Madrid, «el estrés y la ansiedad son causas bien conocidas de síntomas digestivos. Cuando la localización de los síntomas es alta (dolor por encima del ombligo, ardor estomacal o digestiones pesadas) y no existe una causa orgánica que lo justifique o una repercusión anatómica de los mismos hablamos de dispepsia no ulcerosa. Si los síntomas son de localización baja (dolor por debajo del ombligo, distensión, estreñimiento o diarrea) hablamos de un síndrome de intestino irritable. Coloquialmente podríamos decir que el segmento del tubo digestivo afectado es normal, pero no funciona bien».
En la actualidad existe el Programa de Reducción de Estrés Digestivo (PRED) que fue diseñado e impartido a pacientes desde hace más de veinte años en la «UMass Medical School» de la Universidad de Massachussetts en Estados Unidos para acabar con los problemas digestivos provocados por el estrés y la ansiedad.
Según la doctora Alejandra Vallejo Nájera, psicóloga del Centro Médico-Qurúrgico de Enfermedades Digestivas y que imparte este tipo de terapia, «el programa ayuda a tomar conciencia de la forma en que la persona ingiere alimentos y se le enseña a comer de una forma más saludable: saborear, masticar y comer para alimentarse, no para anestesiarse. Los pacientes aprenden a tomarse el tiempo necesario para permanecer sentados y disfrutar sin que la mente vuele hacia el pasado o anticipe los que queda por hacer». Durante las sesiones, se aprende a menejar cuatro técnicas básicas como control respiratorio y coherencia cardíaca, relajación muscular, formación y entrenamiento del pensamiento y observación consciente de la rutina alimentaria. Además, es posible, mejorar, en un periodo de dos semanas, patologías como «gastritis, úlcera, colon irritable, estreñimiento, gases y náuseas, entre otros», sostiene Vallejo-Nájera.

**Publicado en "LA RAZON"

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