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04 October 2011

Austria, Reino Unido y España son los países que mejor valoran su sistema sanitario

Los datos de la quinta edición del “Barómetro Europ Assistance Group y Cercle Santé” acerca de la percepción que los europeos y norteamericanos tienen de sus respectivos sistemas sanitarios, refleja cómo en España, a pesar de ser el tercer país que mejor juzga su sistema sanitario, el 66% de los encuestados declara que el acceso a la sanidad es un problema, prácticamente igual que el descontento existente en Italia y el Reino Unido (68% respectivamente) en este sentido.
Mientras que el 86% de los austriacos, el 72% de los británicos y el 69% de los españoles tienen una opinión positiva sobre éstos, solo el 29% de los italianos y el 17% de los polacos los juzgan favorablemente. Los franceses, con un 59% de opiniones positivas, se encuentran en la media europea. Estos resultados se pueden explicar en parte por la percepción de una mayor desigualdad en el acceso a la sanidad en Italia y Polonia (57% y 76% de opiniones negativas respectivamente) más que en Austria o el Reino Unido (50% y 40% de opiniones negativas respectivamente).
En Estados Unidos, menos de la mitad de los norteamericanos (49%) juzga favorablemente la organización del sistema sanitario de su país. Esta mezcla de números sin lugar a dudas revela una división real entre los ciudadanos que no se benefician de la cobertura sanitaria (solo un 33% de opiniones positivas) y aquellos que están cubiertos por el un seguro de salud (62% de opiniones positivas).
De todas formas, los norteamericanos y europeos encuestados comparten preocupaciones significativas acerca del futuro de sus sistemas sanitarios. La falta de financiación pública es identificada a nivel global como la mayor amenaza para sus sistemas sanitarios, en particular para los italianos (85%), británicos (78%) y españoles (75%). En el otro lado del espectro se encuentran los alemanes (50%) y los franceses (53%) que parece estar menos preocupados.
Las preocupaciones sobre la calidad del cuidado médico también se encuentran muy presentes. Así, el 83% de los británicos y el 80% de los españoles estiman que los riesgos de contraer una infección en el hospital es un temor muy fuerte, mientras que el 88% de los polacos y el 76% de los españoles están preocupados por las lista de espera antes de poder recibir un tratamiento médico. Además, en España se declara que aunque el primer temor es el riesgo de coger una infección en el hospital, las largas listas de espera para recibir un tratamiento (76%), la falta de fondos públicos y los errores médicos (75% respectivamente), son las amenazas que más temen.

El 5% de los españoles y de los suecos han renunciado o aplazado un tratamiento médico por motivos económicos
La tendencia a renunciar o posponer la asistencia sanitaria por motivos económicos, particularmente fuerte en los últimos años por la crisis económica, continúa patente en varios países europeos y en Estados Unidos. En Francia, el 29% de los franceses declara haber pospuesto o renunciado a un tratamiento médico por las dificultades económicas durante el pasado año. Era el 23% en 2010 y el 11% en 2009. De los diez países incluidos en el barómetro, solo Polonia, con el 36% de los ciudadanos habiendo pospuesto o renunciado a un tratamiento médico, supone un ratio mayor que el de Francia.
En España, estos aplazamientos están relacionados con los tratamientos dentales y oculares (2%), los tratamientos rutinarios (2%) y con la compra de medicamentos (1%). Pero al contrario que en el resto de los países analizados, ni los españoles ni los británicos hemos dejado de recibir un tratamiento importante (por ejemplo: una intervención quirúrgica) por motivos económicos, al contrario de lo que declaran los polacos (11%) e italianos (8%), quienes sí han renunciado o aplazado tratamientos importantes para su salud. En Estados Unidos, el 25% de los encuestados declara haber pospuesto o renunciado a un tratamiento. Este porcentaje se eleva hasta el 66% entre la gente que no dispone de un seguro médico. El 7% de los norteamericanos incluso pospuso los tratamientos más importantes (operaciones, exámenes médicos o tratamientos de pago).


La mayoría de los encuestados tienen confianza en las autoridades sanitarias en materia de seguridad sanitaria
Los encuestados en la mayoría de los países tienen confianza en los controles que realizan las autoridades sanitarias para limitar los riesgos relacionados con la ingesta de medicamentos: los italianos, españoles y suecos son los más positivos (el 85%, 68% y 67% respectivamente de los ciudadanos declara que tienen confianza en las autoridades sanitarias). Con el 58% de los encuestados declarando tener confianza en los controles de seguimiento de las instituciones sanitarias, Francia se encuentra en una posición media. El escándalo del Mediator y las recientes controversias sobre la retirada de algunos medicamentos del mercado, no parecen haber minado la opinión pública francesa en comparación con otros países. De cualquier manera, alrededor del 50% de los alemanes, polacos y checos declara que no sienten confianza con sus instituciones. En Estados Unidos, la confianza en los controles implementados por las autoridades sanitarias está equilibrada, con el 50% de la población declarando que tiene confianza en estas autoridades y el 46% que no.
Por lo que se refiere a la atención a las personas mayores dependientes, sigue existiendo una mala percepción. El grado de insatisfacción es más alto en Polonia (85%), Italia (77%) y Francia (64%); en cambio, Austria, España y Estados Unidos son los tres únicos países que tienen una imagen positiva de este tipo de cuidados (65%, 61% y 53% respectivamente de opiniones positivas). Para una gran mayoría de los encuestados, las autoridades públicas no han comprendido del todo el reto de las personas dependientes (88% de los polacos, 87% de los checos y el 80% de los suecos). En Francia, la encuesta –realizada antes del anuncio de la posposición de la reforma de dependencia- destaca de alguna forma la opinión negativa, con un 58% de los ciudadanos considerando que las autoridades públicas no han comprendido del todo los retos relacionados con el cuidado de las personas dependientes.
Con el fin de afrontar la realidad relacionada con el incremento de las expectativas de vida y el mayor número de personas mayores dependientes, todos los encuestados apoyan el cuidado de estas personas para que continúen viviendo en sus propios hogares (el 83% de los norteamericanos y el 82% de los británicos). Los españoles declaramos preferir que los mayores dependientes puedan permanecer es sus hogares (70%) frente a su inclusión en un asilo (26%), solo nos adelantan en esta última opción para los mayores dependientes Suecia (38%) y la República Checa (29%). Sin embargo, en todos los países excepto en Estados Unidos, se da un decrecimiento significativo en comparación con el año anterior en el número de personas satisfechas con el apoyo público a la asistencia en el hogar para personas mayores y dependientes, incluida Francia que declara opiniones positivas, ha caído del 50% al 44%.
Con el fin de prolongar la posibilidad de que las personas se beneficien de la asistencia en el hogar, se han expresado altas expectativas en Europa y en Estados Unidos relacionadas con el desarrollo de puestos de trabajo para la asistencia en el hogar (una prioridad para 9 de cada 10 personas en todos los países encuestados) y el seguimiento remoto que incrementa la seguridad para aquellos que viven en sus hogares (en torno a 8 de cada 10 personas y hasta un 94% de los británicos). La automatización del hogar y la robótica, que ofrece asistencia en las tareas diarias del hogar, son generalmente bien percibidas por los europeos y los norteamericanos (por ejemplo: el 52% de opiniones favorables en España).
Para asegurar el cuidado de los dependientes, alrededor de la mitad de los encuestados en todos los países (excepto en Suecia y en España) están a favor de la financiación mixta combinando la financiación pública y las contribuciones individuales. En relación con la parte pública de esta financiación, los europeos y los norteamericanos consideran en su mayoría que debiera ser incluida en los costes sanitarios, sobre todo este pensamiento es seguido por los italianos (83%) y los españoles (77%). La mitad de los franceses sin embargo están a favor de la creación de un nuevo cuerpo de financiación, una solución solo apoyada por el 7% de los italianos y el 18% de los suecos.

**Publicado en "MEDICOS Y PACIENTES"

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