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30 July 2011

Expertos subrayan la importancia de controlar los factores de riesgo cardiovascular en pacientes diabéticos

"Es importante que los médicos aborden la diabetes de manera global en cuanto a otros factores, y no sólo centrándose en los niveles de glucosa”. Así lo ha señalado el doctor Carlos Miranda. Este experto, coordinador del Grupo Nacional de Diabetes de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), ha estado al frente de un curso sobre el manejo de la Diabetes Mellitus tipo 2 en Atención Primaria dedicado al triple control glucémico y el abordaje de los factores de riesgo cardiovascular asociados, en colaboración con Bristol-Myers Squibb y AstraZeneca. La formación de los médicos de AP en diabetes es importante puesto que, para tener un buen control de esta patología, además de mantener los niveles de azúcar, hay que vigilar la hipertensión, el colesterol y hacer una intervención antitabaco directa y convincente si se es fumador.
“Un paciente diabético que además fuma aumenta su riesgo vascular de manera importantísima”, subraya el doctor Gamarra, médico general y de familia y miembro del Grupo de diabetes de la SEMG. Este curso, dirigido a los médicos de Atención Primaria, se ha impartido en diez ciudades españolas. Se estima que han asistido unos 500 facultativos. La fase presencial se completa con una fase on-line a través de la cual se reafirman los conocimientos adquiridos. Vistas las experiencias anteriores, se espera que la parte on line sea seguida por unos 1.500 médicos. “Estos talleres han despertado mucho interés entre los asistentes porque son muy prácticos: se exponen, en sistema interactivo informático, tres casos clínicos, con preguntas que los participantes tienen que ir contestando. Al final de cada caso se ve el porcentaje de aciertos y errores que se han cometido y, en una discusión abierta, se comenta entre todos, -explica el doctor Gamarra.
El principal atractivo es que se han enfrentado a situaciones totalmente cotidianas en una consulta”.
Según recuerda este experto, que también ha participado en la coordinación del curso, en el momento del diagnóstico la mayoría de los pacientes tienen afectaciones macrovasculares y microvasculares que les repercuten en el riñón, la vista y el corazón. Esto se debe a que la detección de la enfermedad puede tener un retraso de bastantes años. En la actualidad, la prevalencia de la diabetes se cifra en el 12 por ciento de población, aunque se estima que entre un 30 y un 40por ciento de los enfermos no están diagnosticados. En este sentido, el doctor Gamarra recuerda que para confirmar el diagnóstico hay que medir la glucemia en diferentes ocasiones, lo que complica y retrasa su detección. A esto se suma que la diabetes es una enfermedad que no da síntomas, por lo que si no se hace un chequeo médico rutinario, es muy difícil diagnosticarla a tiempo.
El diagnóstico precoz es importante puesto que la diabetes es una enfermedad crónica que no se cura; es progresiva y degenerativa. En el momento en que se detecta hay que hacer modificaciones en el estilo de vida y, si es necesario, aplicar tratamiento farmacológico.
Los dos expertos coinciden en la gran cantidad de novedades terapéuticas que han surgido en los últimos años. Entre ellos están los inhibidores de la DPP-4, una familia de fármacos “que consigue controlar de manera eficaz los niveles de azúcar sin provocar hipoglucemias ni aumentar el peso, y sin afectar al páncreas”, explica el doctor Miranda. “La diabetes es una de las enfermedades en las que más se está investigando en la actualidad. Además de los inhibidores de la DPP-4, hay otros fármacos de otras familias que estarán en el mercado en los próximos meses”, añade.Las novedades que han surgido en los últimos años en torno a esta patología no son únicamente farmacológicas.
Durante el curso se informa, además, a los médicos sobre las variaciones en los objetivos de tratamiento: “Nos hemos dado cuenta de que el abordaje debe de ser diferente en personas que llevan padeciendo la enfermedad menos de diez años y en los que tienen más de 75 años o sufren este trastorno desde hace más de una década. En estos últimos, el intentar mantener los niveles de azúcar muy bajos acarrea complicaciones como las hipoglucemias, por lo que es mejor intentar mantener el nivel de hemoglobina glicosilada en un 7,5 por ciento y no en un 6,5 por ciento, como en el resto de la población”, explica el doctor Miranda.

**Publicado en "EL MEDICO INTERACTIVO"

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