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15 July 2011

El tratamiento antirretroviral se confirma como una de las armas más eficaces contra el VIH

Estaban perdiendo credibilidad. Los resultados no eran los esperados para todo el dinero que se invertía en ellas. Las estrategias para la prevención del VIH, basadas en educación, información, promoción de los preservativos y algunas otras cuestiones habían cosechado algunos fracasos y llevaban un tiempo en entredicho. Sin embargo, la situación ha dado un vuelco en un año. Los estudios que confirman a los fármacos antirretrovirales como uno de los mejores elementos para prevenir infecciones, los resultados prometedores de una vacuna y un gel vaginal y la necesidad de lograr la máxima eficacia en tiempos de crisis han revolucionado el paisaje preventivo.
Un equipo de la Universidad de California y la Oficina para la Coordinación Global del Sida del Gobierno de EEUU analizan en la revista 'The Lancet' cuáles son las nuevas estrategias que realmente pueden marcar un punto de inflexión en la historia de la epidemia de sida. Con el conocimiento actual para prevenir esta enfermedad, "el fracaso no puede ser una opción", afirma en la misma revista el doctor Julio Montaner, del Centro British Columbia de Excelencia en VIH de Canadá, para quien "el tratamiento antisida es la medida preventiva más importante con la que hemos contado nunca".
Las últimas investigaciones científicas han mostrado que las personas seropositivas que toman la terapia antirretroviral reducen hasta un 96% las posibilidades de infectar a otros. De ahí el compromiso de la ONU de extender el tratamiento a los 15 millones de pacientes que lo necesitan para 2015. Y de ahí también que el doctor Montaner declare a ELMUNDO.es que "en esta ocasión el compromiso no puede fallar. No sería moralmente aceptable que, sabiendo que esta estrategia evita infecciones, no la pongamos en práctica. No se pueden seguir haciendo promesas y no cumplirlas. Las mentiras se acabaron. Ahora hay que actuar".
Los fármacos logran un triple beneficio: reducen la mortalidad, la morbilidad y la transmisión del virus y además son eficaces para todas las vías: la sexual, la inyección de drogas intravenosa y de madre a hijo. Desde el punto de vista económico, Julio Montaner indica que también es viable. "La inversión es beneficiosa. El sida es como una hipoteca y cuanto antes hagamos la inversión inicial, antes no la quitaremos de encima", señala. "La vacuna todavía no existe, aunque hay ensayos prometedores. Pero sí tenemos una herramienta que funciona. Vamos a usarla", añade.
En cuanto a la profilaxis pre-exposición (dar fármacos a personas no infectadas para evitar nuevos contagios) el debate es mayor. Aunque algunos estudios recientes muestran su eficacia, lo cierto es que su aplicación a gran escala es bastante controvertida. Primero porque si aún hay seropositivos que no reciben los fármacos, no estaría bien visto que se les diera a personas sanas antes que a ellos. Segundo porque habría que definir muy bien a qué población se destinaría esta medida, porque no puede ser a todo el mundo y, en tercer, lugar porque pueden tener efectos a largo plazo. "Puede ser una medida complementaria pero no prioritaria al tratamiento para los ya infectados", declara el experto de British Columbia.

-Vacunas y microbicidas
Todavía son un objetivo más o menos lejano, pero al menos han cambiado su trayectoria. Después de sumar muchos fracasos y decepciones, una vacuna probada en Tailandia, que sigue en investigación, mostró una eficacia parcial al reducir un 31% las infecciones y renovó los esfuerzos y el interés por lograr la ansiada inmunización contra el sida.
Asimismo, en los últimos tiempos ha aumentado el conocimiento científico sobre cómo se propaga el virus por el organismo y cómo se defiende el sistema inmune. A esta mayor sabiduría ha contribuido el caso del hombre que por primera vez se ha curado de la enfermedad gracias a un trasplante de médula y varios trabajos acerca de los receptores y proteínas que sirven al VIH para su replicación.
Sobre los microbicidas o geles vaginales, la esperanza se llama Caprisa, el único producto de estas características que, hasta la fecha, ha mostrado cierta eficacia y que, de confirmarse, supondría una gran ayuda para muchas mujeres, especialmente de África, que son las más afectadas por la epidemia y donde el uso del preservativo aún no está demasiado extendido, según la revisión de 'The Lancet'.
Otras estrategias que cita el equipo de investigadores estadounidenses son la circuncisión masculina y las medidas dirigidas a la educación, a cambiar los comportamientos de riesgo y, principalmente, a reducir el estigma que rodea a la enfermedad. Treinta años después de que se detectaran las primeras infecciones por VIH "no podemos seguir separando las cuestiones biomédicas de las sociales y educativas, porque es ineficaz. Hay que unir esfuerzos", concluyen.

**Publicado en "EL MUNDO"

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